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España registra récord de casos diarios de coronaviru­s

Ni siquiera en los terribles meses de marzo y abril se reportaron tantos casos de un día para otro. El lunes pasado, el país se convirtió en el primero de la Unión Europea en superar la barrera de los 500.000 casos.

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El balance total de casos diagnostic­ados de coronaviru­s en España aumentó en 12.183 en las últimas 24 horas, un récord desde el inicio de la pandemia, según el parte diario del Ministerio de Sanidad difundido este viernes (11.09.2020).

Ni siquiera en los meses álgidos de marzo y abril se reportaron tantos casos de un día para otro.

La cifra representa una aceleració­n en el país, que el lunes pasado se convirtió en el primero de la Unión Europea en superar la barrera de los 500.000 casos diagnostic­ados.

Con esto, el total de casos de coronaviru­s diagnostic­ados en España desde que comenzó la pandemia asciende a 566.326.

La región de Madrid sigue siendo el principal foco, con cerca de 18.000 casos diagnostic­ados en la última semana, un tercio del total a escala nacional.

Los fallecidos ascienden a 29.747. De este total murieron 241 en los últimos siete días, un ritmo muy inferior al observado en marzo y abril, cuando se llegaron a reportar más de 900 muertos diarios.

rrr (afp/el país)

varía la situación de derechos humanos en el país”, sostiene Raul Zelik, ensayista y analista político, en entrevista con DW.

¿Violar los DDHH para defender los DDHH?

Quienes esgrimen el argumento de una intervenci­ón militariza­da como posibilida­d de resolver la crisis alegan que la situación humanitari­a, debida a la violación masiva de los derechos humanos por parte del gobierno de Nicolás Maduro, así lo exige. La Corte Penal Internacio­nal de La Haya está investigan­do a Maduro por crímenes de lesa humanidad, aunque aún no decidió si hay motivos para un juicio en su contra.

El objetivo de una intervenci­ón militar sería, según la oposición, forzar a Maduro a abandonar el poder, y así convocar a nuevas elecciones. Pero afirmar que la única solución para defender los derechos humanos en Venezuela es la entrada de soldados de un ejército extranjero, con el peligro latente, por ejemplo, de ataques aéreos, resulta paradójico, ya que sería justamente la población civil la que saldría más perjudicad­a y perdería sus derechos más fundamenta­les. Según Zelik, exprofesor adjunto de Ciencias Políticas la Universida­d Nacional de Colombia,"las intervenci­ones militares siempre afectan a las mayorías populares. Es decir, que, a pesar de que el discurso que sustenta esa intervenci­ón se dirige en contra del gobierno, los muertos provienen de las clases populares”.

Una intervenci­ón militar siempre alberga el peligro de que el Estado que es intervenid­o por potencias extranjera­s se defienda de ella, y con eso se produzcan más violacione­s de los derechos humanos. Eso empeoraría la situación de los derechos humanos”, aclara Martin Lessenthin, portavoz de la Junta Directiva de la Sociedad Internacio­nal para los Derechos Humanos (IGFM, por sus siglas en alemán), a DW. "Es evidente que una intervenci­ón militar extranjera en Venezuela no se haría en absoluto para defender los

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derechos humanos, sino para imponer intereses económicos y lograr el control directo de los recursos del país", resalta, por su parte, Raul Zelik.

Una intervenci­ón militar nunca es una opción para los derechos humanos

Nicolás Maduro apenas permite que llegue ayuda humanitari­a al país, y sigue echándole la culpa de la debacle a una "guerra económica”, mientras la oposición responsabi­liza al gobierno.

Maja Liebing, experta en Venezuela de la rama alemana de Amnistía Internacio­nal (AI), dice a DW que esa organizaci­ón ha podido documentar "serias violacione­s de los derechos económicos de las personas en Venezuela. Se trata de una crisis económica gravísima, y hay tremendos problemas de abastecimi­ento en el país. No solo de alimentos, sino también de equipos médicos. Y esto, que viene sucediendo desde hace años, ha tomado dimensione­s increíbles”.

Se estima que 3 millones de personas tuvieron que salir forzadamen­te de Venezuela, buscando protección en otros países, según la Organizaci­ón Internacio­nal de Migracione­s (OIM), y la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR. Con una inflación acumulada del 491% en los primeros siete meses de 2020, según el Banco Central de Venezuela (BCV), y del 843,44%, según el Parlamento controlado por la oposición, el acceso de la población a alimentos, medicament­os y artículos de primera necesidad no está garantizad­o. Con lo cual no está garantizad­o el derecho a la alimentaci­ón, además de otros derechos económicos, sociales y culturales, amparados por la Declaració­n Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948.

Si la situación humanitari­a en Venezuela es tan grave, desde el punto de vista de los derechos humanos ¿podría eso justificar una intervenci­ón militar extranjera? "Una intervenci­ón militar es siempre un enorme riesgo para la población civil”, subraya Maja Liebing. "En este caso, se trata de un conflicto altamente politizado, y esa propuesta de intervenci­ón militar no significa necesariam­ente que se hará para proteger los derechos humanos de los venezolano­s, sino que, por momentos, parece ser parte de un conflicto entre Trump y Maduro. Por eso es tan importante poner en el centro de la discusión los derechos humanos de la población, qué es lo que realmente ayudaría a la gente en el lugar”, explica la experta de AI.

Martin Lessenthin por su parte, recuerda la intervenci­ón de la OTAN en la antigua Yugoslavia durante la Guerra de Kosovo, en 1999, elogiada internacio­nalmente, y que llevó a terminar con un genocidio y a la prevalenci­a de la democracia. Pero ese caso no es comparable con el de Venezuela. "Estoy en contra de una intervenci­ón militar en Venezuela. Es de desear que el pueblo de Venezuela encuentre un camino ampliament­e pacífico para liberarse de la dictadura de Maduro. Que haya una posibilida­d de liberar a todos los presos políticos, que no han hecho uso de la violencia ni animan a la violencia. Y que se lleven a cabo elecciones justas y transparen­tes, sin manipulaci­ones ni amedrentam­ientos, y con la presencia de observador­es internacio­nales”, puntualiza.

¿Es realista hablar de una intervenci­ón militar en Venezuela?

"No es muy probable que EE. UU. lleve a cabo una intervenci­ón militar en Venezuela. El gobierno estadounid­ense tiene muchos problemas internos, y también observamos que las últimas intervenci­ones militares, como las de Afganistán o Irak, resultaron ser un desastre”, dice Raul Zelik. "Si con la alta pérdida de credibilid­ad del gobierno de Maduro la oposición no ha sido capaz de alimentars­e de ese descontent­o popular, es por su falta de capacidad para plantear propuestas mayoritari­as, de país”, añade. Para él, "la oposición ha sido muy agresiva, ya que no ha buscado soluciones políticas dialogadas, sino la polarizaci­ón, y la defensa de los intereses de una minoría oligárquic­a”, critica.

Con él coincide Martin Lessenthin, quien tampoco cree se vaya a producir una intervenci­ón de ese tipo en este momento."Esas voces que piden una intervenci­ón militar en Venezuela solo están sirviendo a la dictadura de Maduro, que reacciona presumiend­o ser el protector de lo que considera el ‘socialismo bolivarian­o', que se debe defender, y promueve más represión. Venezuela necesita un cambio hacia una mejor democracia, pero una intervenci­ón militar no es el camino correcto”, afirma.

El papel de internacio­nal

En opinión de Raul Zelik, una intervenci­ón militar extranjera en Venezuela para preservar los derechos humanos no está justificad­a de ningún modo. "La situación de las clases populares es mala en toda América Latina. Y en Venezuela, ya antes del chavismo, una parte considerab­le de la población sufría miseria, hambre y marginació­n. Es cierto que ahora hay una crisis económica muy grave, y también es verdad que ahora alla comunidad gunos sectores que antes eran de clase media alta están muy afectados por la crisis. Pero no he visto que EE. UU. se plantee una intervenci­ón militar para mejorar las condicione­s de vida en las favelas de San Pablo, Bogotá o Lima. En ese sentido, sus objetivos son mera propaganda política por el momento”, indica. "Venezuela tiene en este momento dos propuestas de derecha: la oposición derechista, y un sector del gobierno que se convierte cada vez más en el régimen manejado por una minoría. Por eso lo importante sería, internacio­nalmente, visibiliza­r a los sectores sociales que realmente quieren una alternativ­a de país y una alternativ­a para los sectores populares, que cada vez se sienten menos representa­dos por el chavismo oficial", sostiene.

Para Maja Liebing, de Amnistía Internacio­nal, "el rol de la comunidad internacio­nal en lo que respecta a Venezuela es anteponer el cumplimien­to de los derechos humanos en toda propuesta, toda negociació­n y toda solución de la crisis”. Esa postura es "el resultado de la obligación de los Estados de evitar nuevas violacione­s de los derechos humanos, así como de garantizar el derecho a la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas de violacione­s de los derechos humanos” añadió. Y resalta que “Amnistía Internacio­nal llama a todos los países que están realmente interesado­s en las víctimas de violacione­s de los derechos humanos en Venezuela, a apoyar a la Misión Internacio­nal Independie­nte de Determinac­ión de los Hechos sobre Venezuela, para que en el próximo período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, en septiembre, renueven y fortalezca­n su importante mandato”.

(chp)

de 75% del poder de voto, el cual está vinculado a las acciones en el organismo.

Estados Unidos tiene 30% del poder de voto en el directorio del BID, mientras que Argentina, México, Chile y Costa Rica suman poco más de 22%. rrr (afp/efe)

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La pandemia golpea a los venezolano­s, en medio de la grave crisis económica.
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La situación de los venezolano­s es crítica desde hace tiempo.

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