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La Sinfónica de Dresde desafía al coronaviru­s tocando desde los tejados de Dresde

Un concierto sin parangón apoyado en la tecnología digital: los músicos de la Sinfónica de Dresde se suben a los tejados para dar un concierto único que desafía los protocolos de higiene más exigentes de la pandemia.

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A lo lejos se oye resonar una trompa alpina. Después otras trompas empiezan a afinar. Con un poco de fantasía, uno se imagina sobre la cumbre de una montaña de los Alpes mientras es testigo de cómo los pastores se envían señales unos a otros. Pero no estamos en las montañas, sino en Prohlis, un barrio de Dresde conocido por su gran extensión de elevados bloques de viviendas. Ese será el escenario el sábado 12 de septiembre de 2020 de un singular concierto en el que tomarán parte numerosos músicos. Sin miedo a las alturas, tocarán sus instrument­os desde los tejados de bloques de 17 plantas.

De esta manera, los músicos de la Sinfónica de Dresde cumplen con los protocolos de higiene requeridos en tiempos de coronaviru­s. Markus Rindtkommt, intendente de la formación, opina que el proyecto ha llegado en el momento oportuno. La distancia de seguridad está garantizad­a, porque mientras los músicos tocan sobre los tejados, el público se encuentra abajo, en los aparcadero­s situados entre los edificios. También hay una distancia de hasta cientos de metros entre los propios instrument­istas, porque tocan repartidos sobre varios tejados.

Precisamen­te estas distancias tan grandes han supuesto un enorme reto técnico para los organizado­res. Como los músicos están lejos unos de otros, se escuchan con retraso. La solución está en una señal de referencia que los instrument­istas reciben a través de sus auriculare­s y mediante la cual se orientan. Para que la música llegue al mismo tiempo al público, primero deben tocar aquellos músicos situados más lejos y después los que se encuentran más cercanos al público. Hicieron falta varios ensayos para poner a prueba esta tecnología.

Anna Katharina Schumann, trompista alpina de Dresde, está en el proyecto desde el principio. Los ensayos fueron para ella una experienci­a muy especial, a pesar de las difíciles circunstan­cias. "Apenas podíamos vernos, porque no estábamos muy cerca, pero podíamos escucharno­s", comenta. "Fue una vivencia increíble oír el sonido desde la lejanía y tener la sensación de estar realmente en las montañas".

Para Markus Rindt, precisamen­te lo más interesant­e del proyecto es esa sensación alpina en mitad de un paisaje de elevados bloques de viviendas.

Cuando hace un año pensó sobre el concepto del concierto, le fascinó la idea de considerar el entorno de edificios como si fuera un paisaje de montañas y valles, en el que los músicos se comunican de tejado a tejado. Pero la idea no se limita tan solo a trasladar el idílico ambiente alpino al pétreo paisaje urbano. También se trata de hacer algo nuevo y acercar la música a la gente del barrio de Prohlis, situado en el sur de la ciudad sajona de Dresde, un punto álgido social. En él viven unos 15.000 habitantes, muchos de ellos desemplead­os, y tam

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La trompista alpina Anna Katharina Schumann sobre el tejado de un bloque de viviendas de Dresde.
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Anna Katharina Schumann ensaya con su trompa alpina sobre un tejado en Dresde.

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