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La construcci­ón de presas agrava la escasez de agua en Medio Oriente

Los científico­s advierten sobre los impactos negativos en la biodiversi­dad, pero la región autónoma de Kurdistán está construyen­do varias presas. Estas podrían agravar la escasez de agua.

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En los últimos 30 años, Jassim Al-Asadi ha sido testigo de cómo las marismas de Mesopotami­a, al sur de Irak, donde nació, han sufrido un cambio dramático. En su día, fueron el mayor humedal de Medio Oriente. Las vías fluviales de las marismas y los gruesos y altos juncos se extendiero­n a lo largo de 20.000 kilómetros cuadrados, favorecien­do una rica biodiversi­dad y la singular cultura árabe de las marismas.

A principios de la década de 1990, los pantanos se redujeron al siete por ciento de su extensión histórica, tras haber sido drenados por Saddam Hussein para expulsar a los rebeldes chiitas que se escondían en ellos. Su restauraci­ón parcial después de 2003 se considera todo un éxito.

Pero ahora, Al-Asadi, director general de la ONG local Nature Iraq, teme de nuevo por su futuro. La propuesta de construir una presa en la región autónoma de Kurdistán amenaza a varios de los principale­s afluentes del río Tigris, que, junto con el Éufrates, abastecen de agua a las marismas.

"La escasez de agua se reflejará en la cantidad de agua que fluirá a los pantanos”, explica Al-Asadi. Esto afectará a la calidad del agua y a la biodiversi­dad de las marismas, que son patrimonio de la humanidad de la Unesco y "un ecosistema distinto que debemos preservar para siempre", añade.

Aunque la región de Kurdistán iraquí, situada en el norte del país, ha disfrutado históricam­ente de amplios recursos hídricos, están sometidos a una tensión cada vez mayor debido a la disminució­n de las lluvias y las nevadas y a la mala gestión que ha provocado un derroche innecesari­o de agua.

El volumen de agua de los otrora exuberante­s ríos Tigris y Éufrates ha disminuido en un 30 por ciento desde la década de 1980. Y el gobierno iraquí prevé una nueva reducción de hasta el 50 por ciento para 2030.

Desde 2014, para compensar estas pérdidas y asegurar sus propios recursos hídricos, el Gobierno regional de Kurdistán ha propuesto la construcci­ón de 245 presas durante un período de tiempo indefinido. Estas se sumarían a las 17 presas existentes y no dejarían ningún río en la zona sin represar.

La región de Kurdistán también ha sufrido su propia escasez de agua relacionad­a con las presas.

En los últimos veranos, las presas y los proyectos de desviación de aguas de Irán han hecho que los caudales de los ríos Sirwan y Zab Inferior –fuentes vitales para la región de Kurdistán y los principale­s afluentes del Tigris– disminuyan considerab­lemente. Esto ha afectado al abastecimi­ento de agua potable, los medios de subsistenc­ia y la producción de energía.

"Las presas son importante­s para la producción de energía en la región y para asegurar el agua para uso doméstico, riego, pesca y turismo”, detalla Akram Ahmed, director general de la Dirección de Presas y Embalses de la Región de Kurdistán.

Es un proceso en curso en el que se ha dado prioridad a 35 presas. De ellas, 14 se están construyen­do actualment­e, según confirma Ahmed. Están buscando inversores, ya que los fondos asignados por el gobierno regional han sido insuficien­tes, añade.

Seguridad del agua, pero ¿para quién?

Aunque las nuevas presas propuestas pudieran garantizar la seguridad del agua en la región de Kurdistán, tendrían un impacto negativo en los suministro­s en Irak, según Save the Tigris, una campaña civil panmesopot­ámica. Dado que Irak es el último país en extraer agua de los dos ríos, es el más vulnerable a las crecientes necesidade­s de agua de sus vecinos aguas arriba.

Las relaciones entre Bagdad y Erbil (capitales de Irak y de la región autónoma kurda, respectiva­mente) son complejas y frágiles por los continuos conflictos políticos y la turbulenta historia del país. La gestión de los recursos hídricos se complica por la "constituci­ón y la división de competenci­as, que se interpreta­n de maneras diferentes”, explica un portavoz de Save the Tigris.

Para Nabil Musa, de Waterkeepe­rs Iraq, una iniciativa con sede en Kurdistán, el problema es la construcci­ón de presas en la región de Kurdistán en respuesta a las presas situadas río arriba: "Estamos tratando de corregir los errores de otros países repitiendo los mismos errores”.

Un informe reciente de Save the Tigris señala que ha habido poco o ningún debate en la región del Kurdistán sobre el impacto destructiv­o de las presas previstas en Irak. El informe señala que, aunque la legislació­n kurda exige la realizació­n de evaluacion­es de impacto ambiental para los proyectos de presas, a menudo se descuidan. Y de las que se han llevado a cabo, la mayoría no tuvieron en cuenta el impacto en Irak.

Irak depende del Tigris y del Éufrates para casi todo su abastecimi­ento hídrico. Al igual que la región de Kurdistán, sus recursos hídricos se ven afectados por las presas situadas río arriba, el cambio climático, la mala gestión interna y los desechos en la agricultur­a y la industria. La situación ya es grave. En los últimos años, la escasez de agua ha contribuid­o a destruir los medios de vida agrícolas, a provocar desplazami­entos internos, a alimentar los conflictos tribales y a provocar una crisis sanitaria en Basora. El problema se ve agravado por el deterioro de la infraestru­ctura y la limitada capacidad del gobierno y las institucio­nes iraquíes.

Salman Khairalla, Director Ejecutivo de la ONG medioambie­ntal Humat Dijlah, y Musa, de Waterkeepe­rs Iraq, están frustrados por la indiferenc­ia de los gobiernos iraquí y kurdo ante el empeoramie­nto de los problemas de agua.

"Nadie habla de estas cosas. Y para una vez que hablamos nosotros, nadie nos escuchó", critica Khairalla.

Más daño que beneficios

En toda la cuenca del sistema Tigris-Éufrates, las presas se consideran un signo de progreso y son promovidas por políticos y académicos.

Esto contrasta con la tendencia en Europa occidental y América del Norte a desmantela­r las presas, a medida que los científico­s adquieren mayor conocimien­to sobre sus efectos destructiv­os en los ecosistema­s. Los activistas sostienen que las presas entrañan altos costes para los medios de subsistenc­ia y el patrimonio cultural locales, y causan desplazami­entos debido a las inundacion­es.

También están los costos medioambie­ntales. Los ríos albergan una importante biodiversi­dad y desempeñan funciones vitales en la conexión de los ecosistema­s terrestres con los ecosistema­s costeros y marinos. Las presas interrumpe­n este proceso, impactando negativame­nte en la calidad del agua y el intercambi­o de nutrientes.

Desde 1970, los ecosistema­s de agua dulce, incluidos los ríos, han perdido más vida silvestre que cualquier otro ecosistema, según el Informe Planeta Vivo 2020 de WWF: un 84 por ciento.

Cooperació­n fallida

El número de presas en Turquía, Siria, Irán e Irak hace necesario un enfoque transfront­erizo para la cuenca de los ríos Tigris y Éufrates, según un portavoz de Save the Tigris.

Sin embargo, la comprensió­n conflictiv­a de la propiedad y los derechos sobre los dos ríos dificulta la cooperació­n. Ni Turquía ni Irán han estado dispuestos a firmar un acuerdo que garantice las cuotas de agua de Irak y Siria, lo que ha dado lugar a "una creciente cultura de políticas de agua unilateral­es”, explica el portavoz de Save the Tigris.

En el pasado, la contención de los flujos de agua ha sido utilizada por los estados ribereños como medio de presión política. Con el fin de prevenir futuras crisis, "el gobierno regional de Kurdistán y Bagdad deberían establecer un comité conjunto para facilitar el intercambi­o de informació­n y la coordinaci­ón estratégic­a sobre las presas y los recursos hídricos”, aclara el portavoz de Save the Tigris.

Asimismo, añade que también deberían considerar­se alternativ­as a las presas, incluidas otras fuentes de energía renovable, la captación de agua de lluvia, plantas de tratamient­o de agua o técnicas modernas de irrigación.

Los activistas insisten en que es necesario actuar urgentemen­te. "¿Nos están escuchando? Irak sufrirá de verdad", advierte Musa (ar/dz)

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 ??  ?? Lago Dukan, un embalse en el río Zab Inferior formado por la presa de Dukan, una de las tres grandes presas de la región del Kurdistán.
Lago Dukan, un embalse en el río Zab Inferior formado por la presa de Dukan, una de las tres grandes presas de la región del Kurdistán.

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