Deutsche Welle (Spanish edition)
El turismo extranjero cayó en España un 75% en agosto
El número de turistas extranjeros que viajaron a España en agosto cayó respecto al año pasado un 75,9%, hasta 2,443 millones (10,1 millones en 2019), con el consiguiente recorte del gasto, que bajó de 11.765 millones de euros a 2.457 millones, el 79% menos.
Las encuestas Frontur y Egatur sobre tráfico en fronteras y gasto turístico que ha publicado este viernes (02.10.2020) el Instituto Nacional de Estadística (INE) arrojan resultados similares a los de julio como consecuencia del mantenimiento de las cuarentenas en los principales países emisores de turistas hacia España.
Entre los grandes emisores, los descensos más significativos se los anotó el turismo británico, que de 2,18 millones de llegadas en agosto del año pasado descendió a 256.528 (una caída del 88,2%), seguido de Alemania, con 298.217 entradas (1,12 millones en agosto de 2019). Con esas caídas, Francia se colocó como primer emisor.
Los datos de entradas de turistas y gasto acumulados fueron también pobres: entre enero y agosto últimos viajaron a España 15,69 millones de personas a pasar las vacaciones frente a 58,2 millones hace un año, y el gasto en estos ocho meses sumó 16.747 millones de euros, frente a los 64.124 millones de ese periodo de 2019 (-73,8%).
En septiembre se registraron en España 84.013 nuevos afiliados a la Seguridad Social (nuevos empleados), un récord para ese mes. Además, el paro registrado cayó en 26.329 personas. Sin embargo, estos datos se pueden deber en parte a que el ritmo de contrataciones y despidos en el sector turístico se ha visto sacudido por la pandemia. (efe)
de salud y las consecuencias del cambio climático” son los principales problemas a enfrentar: "El Congo y la República Centroafricana ocupan los últimos lugares en el índice de la organización. Conflictos violentos y fenómenos climáticos extremos frenan una evolución positiva”.
Pero también hay ejemplos alentadores, como el de Nepal. "Inversiones en el desarrollo agrícola han reducido la pobreza”, explica Simone Pott. El factor COVID-19
Sin embargo, ahora ha entrado en juego otro factor: el COVID-19 y sus consecuencias. Los golpes sufridos por la economía redundan en una reducción de ingresos, lo cual lleva a muchos países a no poder importar tantos alimentos como antes. La FAO estima que, considerando solo a los países importadores netos de alimentos, eso podría traducirse en que 80 millones de personas adicionales se vean afectadas por la desnutrición. Mathias Mogge, secretario general de Ayuda contra el Hambre en el Mundo, muestra gran preocupación: "La pandemia y sus secuelas económicas tienen potencial suficiente para que se duplique la cantidad de personas afectadas por crisis alimentarias”.
En muchas partes se plantea la pregunta de si las consecuencias económicas del coronavirus no serán peores que el propio virus. Simone Pott indica que "el confinamiento ha tenido consecuencias fatales, sobre todo para los millones de personas que trabajan en el sector informal. Ellos perdieron sus ingresos de un día para otro, mercados locales tuvieron que cerrar y los pequeños campesinos no pudieron seguir cultivando sus campos”.
Volviendo a la pregunta de si la humanidad conseguirá erradicar el hambre hasta 2030, Simone Pott no se muestra optimista. "En general la evolución es satisfactoria, pero los avances son muy lentos”. Estima que, si las cosas siguen por el actual derrotero, unos 840 millones de personas podrían estar subalimentados para esa fecha. Y eso, sin contar las repercusiones de la pandemia.
(ers/cp)