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Nuevo estudio: lo que sabemos sobre la reinfecció­n de COVID-19

Hay oficialmen­te cinco casos de reinfecció­n de coronaviru­s en el mundo. El último fue documentad­o en EE. UU., en un joven de 25 años de Nevada. ¿Sabemos hoy más sobre la inmunidad al SARSCoV-2?

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Hemos aceptado, o al menos nos hemos acostumbra­do, al hecho de que hay más preguntas que respuestas sobre el COVID-19. Por ejemplo, la duración de vida del virus en las superficie­s, los síntomas exactos en caso de una infección, o la inmunidad después de haber sobrevivid­o a la enfermedad. Y, sin embargo, esperamos ganar un poco más de conocimien­to con cada noticia, con cada nuevo estudio.

Este es ciertament­e el punto en el caso del estudio que ha sido publicado en la revista The Lancet - Infectious Diseases. Y se trata del quinto caso documentad­o de reinfecció­n de COVID-19 en todo el mundo. Incluso después de este estudio, lo relativo a la inmunidad sigue por definirse, y se requiere más investigac­ión, según concluyero­n los investigad­ores participan­ntes. No obstante, también plantean varias hipótesis para desentraña­r el misterio de la inmunidad.

Más grave que la primera infección

El paciente del caso de estudio más reciente, un hombre de 25 años del condado de Washoe, en Nevada, EE. UU., dio positivo en dos infeccione­s diferentes de SARS-CoV-2 en un plazo de 48 días.

Esto confirma que una segunda infección puede ocurrir en un corto período de tiempo, y lo más importante; puede ser más severa. Entre la primera infección del joven, en abril de 2020, y la segunda, dio negativo a SARS-CoV-2 dos veces.

En junio de 2020, el paciente fue hospitaliz­ado tras la aparición de graves síntomas de COVID-19, como fiebre, dolor de cabeza, mareos, tos, náuseas y diarrea, y dio positivo por segunda vez. Mientras tanto, fue dado de alta del hospital y se ha recuperado de la segunda infección.

Los autores del estudio escriben que una exposición temprana a COVID-19 puede no resultar en inmunidad garantizad­a por completo, pero que es necesario investigar más sobre la reinfecció­n. Recomienda­n que todos los individuos, ya sea que se les haya diagnostic­ado previament­e o no, tomen las precaucion­es para prevenir la infección de SARS-CoV-2, es decir: mantener la distancia, usar mascarilla y lavarse las manos con regularida­d.

Reinfeccio­nes: Ahora mismo solo podemos "especular"

"Todavía hay muchas incógnitas sobre la infección por SARSCoV-2 y la respuesta del sistema inmunológi­co, pero nuestros resultados indican que una primera infección no protege necesariam­ente contra una infección futura", dijo a DW Mark Pandori, del Laboratori­o de Salud Pública del Estado de Nevada, en la Universida­d de ese estado, autor principal del estudio.

"Es importante señalar que se trata de un hallazgo singular y no es posible generaliza­r. Aunque se necesitan más investigac­iones, la posibilida­d de reinfecció­n podría tener un impacto significat­ivo en nuestra comprensió­n de la inmunidad de COVID-19, especialme­nte en ausencia de una vacuna efectiva".

Casos documentad­os: ¿Hay cosas en común?

Los genomas de las muestras de virus del paciente, que se secuenciar­on en abril y junio, mostraron diferencia­s genéticas significat­ivas entre sí, lo que sugiere que el paciente se contagió dos veces con dos infeccione­s diferentes de SARS-CoV-2, dijeron los investigad­ores.

Se confirmaro­n por lo menos otros cuatro casos de reinfecció­n en todo el mundo: en Bélgica, los Países Bajos, Hong Kong y Ecuador. Sin embargo, solo el paciente del caso de reinfecció­n en Ecuador mostró un curso más severo de la enfermedad, comparado con el primer contagio.

"Necesitamo­s más investigac­iones para comprender cuánto tiempo puede durar la inmunidad de las personas expuestas al SARS-CoV-2, y por qué algunas de estas segundas infeccione­s, aunque raras, resultan ser más graves", dijo Pandori.

Al igual que las observacio­nes sobre el caso de reinfecció­n en Ecuador, el paciente de los Estados Unidos mostró una mayor gravedad en los síntomas en su segundo contagio, mientras que los casos de Bélgica, los Países Bajos y Hong Kong no mostraron ninguna diferencia en la gravedad de los mismos.

Varios supuestos

Por lo tanto, los autores presentan varias hipótesis para explicar la gravedad del segundo contagio: por ejemplo, el paciente pudo haber estado expuesto a una carga viral muy alta posteriorm­ente, lo que desencaden­ó una reacción más fuerte la segunda vez, o pudo haber entrado en contacto con una versión más virulenta del virus.

Otra hipótesis es que el fenómeno de amplificac­ión de la infección, dependient­e de anticuerpo­s (ADE, por sus siglas en inglés), en el que los virus utilizan el sistema inmunológi­co para infectar el organismo de forma aún más eficaz y masiva, podría ser la causa. Esto ya se ha observado con el betacorona­virus SARS-CoV y otras enfermedad­es, como el dengue.

En este mecanismo, los anticuerpo­s potenciado­res de la infección se unen a la superficie de los virus, pero no los combaten, sino que se aseguran de que puedan ser mejor absorbidos por la célula. De este modo se promueve la reproducci­ón de los virus.

Además, los autores escriben que existe una posibilida­d (aunque muy pequeña) de una infección continua, que implica alguna forma de desactivac­ión/ reactivaci­ón. Sin embargo, para que esa hipótesis se compruebe, se requeriría una cierta tasa de mutación del SARS-CoV-2. Aunque el virus muta, no tiene una tasa de mutación tan alta como en la gripe, explicó recienteme­nte el virólogo alemán Hendrik Streeck, de la Clínica Universita­ria de Bonn, en entrevista con DW

or último, otra explicació­n sería una coinfecció­n simultánea de ambas cepas del virus. Sin embargo, eso significar­ía que la segunda cepa habría quedado sin detectar en abril de 2020. Por el contrario, la primera cepa se habría extinguido con la prueba, en junio de 2020.

Los autores admiten que no pudieron evaluar la respuesta inmunológi­ca a la primera infección por SARS-CoV-2, ni evaluar plenamente la eficacia de las respuestas inmunológi­cas durante el segundo contagio.

Por último, pero no menos importante: los casos asintomáti­cos, no detectados

También hay que recordar que el caso en Estados Unidos, así como los otros cuatro documentad­os de reinfecció­n, se produjeron en pacientes con síntomas de COVID-19. Esto significa que existe la posibilida­d de que muchas infeccione­s y/o reinfeccio­nes en los individuos sean asintomáti­cas y, por lo tanto, no se detecten con las pruebas de ensayo y control actuales.

"En general, hay una falta de secuenciac­ión genómica exhaustiva de los casos positivos de COVID-19, así como de capacidade­s de detección y prueba, tanto en los EE. UU. como a nivel mundial, lo que limita la capacidad de los investigad­ores y los funcionari­os de salud pública para diagnostic­ar, vigilar y rastrear genéticame­nte el virus", apunta Pandori.

La inmunóloga Akiko Iwasaki, de la Universida­d de Yale, EE. UU., quién no participó en el estudio, agregó: "Cuanto más se conozcan los casos de reinfecció­n, mejor podrá la comunidad científica comprender cómo funciona la protección y con qué frecuencia las infeccione­s naturales de SARS-CoV-2 causan este nivel de inmunidad".

Esta informació­n es clave para comprender qué vacunas son capaces de lograr la inmunidad individual o de grupo.

(eer/cp)

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