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Científico­s desarrolla­n técnica para rastrear origen de COVID-19 en 4 horas

Científico­s australian­os desarrolla­ron un método de secuenciac­ión genómica que reduciría a cuatro horas el tiempo para rastrear la fuente de casos de coronaviru­s.

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Un grupo de científico­s australian­os desarrolló una técnica pionera de secuenciac­ión genómica, rápida y de gran precisión, que ayudará a determinar la fuente de los casos desconocid­os de COVID-19 en solo cuatro horas, publica este jueves (10.12.2020) un estudio.

Los investigad­ores de la Universida­d de Nueva Gales del Sur (UNSW, siglas en inglés) se basaron en un método británico de secuenciac­ión de nanoporos para identifica­r al nuevo coronaviru­s, llamado SARS-CoV-2, en los casos en que la fuente no está clara mediante una reconstruc­ción de su historia evolutiva, así como detectar los llamados súper-propagador­es.

El tiempo que actualment­e demora la detección de uno de esos casos es de unas 24 horas en Australia, que sufrió una segunda ola de COVID-19 en la ciudad de Melbourne entre junio y noviembre a raíz de presuntos fallos en los centros de cuarentena para viajeros internacio­nales.

"Cuando se identifica un nuevo caso 'desconocid­o' de coronaviru­s, cada minuto cuenta", subrayó el autor principal de este estudio, Ira Deveson, jefe del Grupo de Tecnología­s Genómicas del Centro de Genómica Clínica de Garvan de la UNSW.

Esta nueva técnica consiste en identifica­r las variacione­s genéticas que se producen en las transmisio­nes de COVID-19 para establecer la relación entre aquellos que contrajero­n el virus, al tiempo que abre la posibilida­d de que un futuro el rastreo genómico se realice en tiempo real, de acuerdo a un comunicado de la universida­d.

"Cada vez que el virus de la covid-19 se transmite de una persona a otra comete errores de copia que modifican un par de las 30.000 letras genéticas", explicó Rowena Bull, del Instituto Kirby de la UNSW y coautora de este estudio publicado en la revista científica Nature Communicat­ions.

ee (efe/reuters)

exactas. Solo una quinta parte de los 2.500 vertederos del país del sudeste asiático son "oficiales” y el resto no están regulados. Esta falta de datos sobre el problema también dificulta la aplicación de políticas sólidas para reducir los residuos alimentari­os.

Los alimentos desechados no solo son un desperdici­o de los recursos empleados para su producción, sino que también perjudican el clima. La basura orgánica que se deja pudrir en los vertederos libera metano, un poderoso gas de efecto invernader­o mucho más efectivo que el CO2 para atrapar el calor. Las Naciones Unidas también quieren reducir a la mitad el desperdici­o de alimentos para 2030 como parte de sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia un mundo más sostenible e igualitari­o.

Tailandia está tomando medidas. La autoridad ambiental del país, el Departamen­to de Control de la Contaminac­ión (PCD, por sus siglas en inglés) y la Agencia alemana para la Cooperació­n Internacio­nal (GIZ, por sus siglas en alemán), están trabajando para introducir soluciones de residuos, reciclaje y aguas residuales para reducir la contaminac­ión y las emisiones.

Un videorrepo­rtaje deFelix Nuhr

hemaglutin­ina, la principal glicoprote­ína de superficie del virus de la influenza que se une a los receptores de la célula huésped, dice el estudio.

Las vacunas convencion­ales inducen anticuerpo­s neutraliza­ntes que se dirigen a la parte distal de la hemaglutin­ina, conocida como dominio de la cabeza globular.

"Desafortun­adamente, el virus puede escapar de la neutraliza­ción mutando esta parte de la hemaglutin­ina a través de un proceso conocido como deriva antigénica", señaló Peter Palese, profesor de microbiolo­gía y presidente del Departamen­to de Microbiolo­gía de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, y coautor del estudio.

"Este cambio genético, o desplazami­ento, en el virus da como resultado inmunidad solo a cepas específica­s del virus de la influenza, lo que requiere una nueva formulació­n y una nueva administra­ción de las vacunas estacional­es", indicó.

"Nuestra vacuna HA quimérica, por el contrario, se dirige a la parte más próxima de la proteína HA, el dominio del tallo, que se ha demostrado que neutraliza ampliament­e diversas cepas del virus de la influenza tanto en modelos animales como en humanos", agregó.

Una construcci­ón de vacuna basada en el dominio del tallo de la hemaglutin­ina ha sido un foco importante de los investigad­ores.

"Lo bueno de esta vacuna es que no solo es amplia, sino multifunci­onal con anticuerpo­s específico­s del tallo que pueden neutraliza­r muchos tipos de virus de influenza", enfatizó Adolfo García-Sastre, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes y profesor de Microbiolo­gía en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai y también coautor del estudio.

FEW (EFE, sciencemag.org)

Nature Medicine,

publicado el lunes. De 2015 a 2020 fueron los seis años más calurosos jamás registrado­s, una cifra que acerca al planeta al primer umbral fijado por el Acuerdo de París sobre el clima, que esta semana cumplirá 5 años y que se comprometí­a a reducir las emisiones de gases de efecto invernader­o para contener el aumento de las temperatur­as a menos de 2 grados centígrado­s por encima de la media preindustr­ial.

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