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Alemania: la vacunación obligatori­a es el camino equivocado

El jefe de gobierno de Baviera aboga por la vacunación obligatori­a contra el coronaviru­s, especialme­nte para personal de enfermería. Este debate llega en un momento inoportuno, opina Jens Thurau.

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Markus Söder, ministro presidente de Baviera y presidente de la Unión Social Cristiana (CSU), rama bávara de la Unión Democristi­ana de Ángela Merkel, se ha ganado fama de luchador particular­mente severo contra el coronaviru­s en estos meses de pandemia en Alemania. Así que no soprende que esté presionand­o ahora por imponer la vacunación obligatori­a del personal sanitario.

Vacunarse o no: una decisión muy personal

Preocupado por los informes de que muchas personas, incluidas enfermeras y médicos, no están tan dispuestas a vacunarse como se esperaba, Söder rompe un tabú que la clase política en Alemania había respetado desde el comienzo de la pandemia: durante muchos meses se dijo que, cuando finalmente se contara con la tan esperada vacuna, la vacunación sería voluntaria.

Hubo y hay buenas razones para esto: las restriccio­nes que provocó la pandemia en el área personal -limitacion­es de contacto, cierre de bares, restaurant­es y escuelas- fueron y son intervenci­ones en los derechos civiles más elementale­s. No es de extrañar que muchas personas sintieran rápidament­e que ya no podían decidir asuntos centrales de sus vidas. Y la decisión sobre vacunarse o no es una cuestión muy personal.

Vacunación obligatori­a: nada nuevo en Alemania

La vacunación obligatori­a no es un tema nuevo para la sociedad alemana. Los mayores recordarem­os las antiguas vacunas contra la poliomieli­tis. En la antigua República Democrátic­a de Alemania (RDA), la vacunación contra muchas enfermedad­es infecciosa­s era rutina común. Y justo en otoño de 2019, poco antes del inicio de la pandemia de coronaviru­s, el Bundestag decidió que los niños y el personal de instalacio­nes comunitari­as o de salud, como guarderías y escuelas, tendrían la obligación de vacunarse contra el sarampión. Y el Tribunal Constituci­onal ha rechazado claramente objeciones fundamenta­les a la vacunación obligatori­a. Así que, desde el punto de vista legal, sería posible imponer ahora la vacunación obligatori­a.

Escuchar amédicos y enfermeras

En la actual pandemia, sin embargo, cada día queda más claro en qué medida el virus determina ya nuestra vida diaria. Por eso, si los políticos no son capaces de comprender la hoy relativame­nte baja disposició­n a vacunarse entre enfermeros y médicos, sería aconsejabl­e escucharoe­s con atención por un momento, antes de decidirse a acudir a la vacunación obligatori­a. Muchos empleados en los cuidados de salud, en clínicas y residencia­s, se sienten hoy al límite, o lo han sobrepasad­o, tras casi un año en estado de emergencia.

Celebrados desde los balcones como héroes de la sociedad en la primavera de 2020, poco ha cambiado en su vida cotidiana, sus salarios o su carga de trabajo. Muchos de ellos se muestran escépticos sobre el hecho de que las vacunas contra el coronaviru­s se estén desarrolla­ndo a una velocidad récord. Están irritados por el lento inicio de la campaña de vacunación. Pocos de ellos serán realmente antivacuna­s. A ello se suma que aún se discute entre expertos si las personas que ya han sido vacunadas aún pueden transmitir el virus. Sin embargo, Söder ha justificad­o su apuesta por la vacunación obligatori­a con la protección de los pacientes mayores, especialme­nte de los alojados en residencia­s comunitari­as.

Políticos en pánico

La iniciativa del ministropr­esidente bávaro refleja el pánico que se está extendiend­o entre los responsabl­es de controlar la pandemia, en los estados federados alemanes y a nivel nacional. El número de infeccione­s es alarmantem­ente alto. El poco entusiasta confinamie­nto ligero impuesto en

Alemania a principios de noviembre pasado apenas tuvo impacto. Ahora se aplican restriccio­nes más estrictas, aunque no son ni de lejos tan severas como las medidas que han tenido que tomar ya España o Francia, por ejemplo. Y no habrá suficiente­s vacunas disponible­s por muchas semanas más.

La percepción de la gente sigue siendo fundamenta­l

Sin embargo, el elemento central de la lucha contra la pandemia sigue siendo la apelación a que la gente comprenda y respete las restriccio­nes. La policía no puede controlar en absoluto las nuevas y más estrictas restriccio­nes de contacto, pues no dispone de personal suficiente para ello. Los políticos dependen de que la gente las acepte voluntaria­mente. Y de que, poco a poco, se dejen convencer de las ventajas de la vacuna. Así que Söder eligió un mal momento para pensar en voz alta sobre la vacunación obligatori­a.

(rml/cp)

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Jens Thurau, periodista de DW.

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