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COVID-19: cómo los hoteles de Berlín sobreviven al confinamiento
El confinamiento por la pandemia golpea duramente al sector hotelero alemán. Uno de cada tres hoteles está cerrado, y otros apenas reciben huéspedes. Los hoteles pelean por su futuro, pero hay gran incertidumbre.
Por estos días, los hoteles de Berlín están desiertos: no hay visitantes, ni valijas en la puerta, ni suenan los teléfonos continuamente, como era usual. Ese es el caso del Novotel, de 274 plazas, donde solo permanece una empleada en la recepción, detrás de una lámina de acrílico. "Al comienzo era extraño”, dice a DW Sebastian Loelf, director del Novotel, "todo estaba tan silencioso”. Solo hay algunos huéspedes, gente de negocios que todavía viaja durante la pandemia. eral, la situación no debería ser muy distinta de la que se observa en otros hoteles de Berlín. De acuerdo con la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Alemania, el sector sufrió masivas pérdidas. Las ventas por habitación -un factor significativo en la industria hotelera- cayó en casi un 80% desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, hasta fines de ese año.
Para generar algún ingreso extra, algunos hoteles ofrecen "teletrabajo en el hotel”, y así lo hace también el Novotel de
Berlín, cercano al parque Tiergarten. Allí se puede alquilar una habitación a precio reducido por un día para trabajar, si el bullicio de los niños que atienden a sus clases online no lo permite hacer en casa. Sin mencionar cifras, Loelf asegura que al alquiler diario de habitaciones "fue muy bien recibido”.
El Hotel Oderberger, en el distrito berlinés de Prenzlauer Berg, ha descartado ahora su oferta de oficina para el teletrabajo. Durante el primer cierre en Alemania, allí se alquilaron habitaciones individuales para trabajar, explica la gerente del hotel, Tini Diekmann, pero los propietarios descubrieron rápidamente que el modelo no era rentable. Tampoco lo fue el puñado de viajeros de negocios que vinieron. Dado que los hoteles tuvieron que cerrar de nuevo a principios de noviembre, ese hotel boutique ha tenido que cerrar sus puertas por completo.
Tini Diekman todavía sigue allí todos los días, porque aunque la casa esté vacía, hay mucho que hacer. "Estamos utilizando el tiempo para la digitalización y la diversificación", incluido un sistema de reservas basado en la nube, y una ampliación de las opciones de reserva para los huéspedes. Además, dice, actualmente se está implementando un sistema de cupones para el hotel. Los huéspedes pueden usarlo para comprar vales para el período posterior al cierre, para pernoctaciones o visitas a la histórica piscina del hotel.
El edificio del Hotel Oderberg está bajo protección municipal porque es un monumento antiguo, ya que data de 1902, y fue alguna vez una gran casa de baños públicos. Ha albergado por cinco años el Hotel Oderberg, que atrajo a muchos huéspedes antes de la pandemia y lo volverá a hacer después. Diekmann está firmemente convencida: "Tenemos que luchar para superar esto ahora, pero nos recuperaremos". Mientras no se pueda nadar, la antigua piscina se reserva con frecuencia para sesiones de fotos. Eso también aporta un poco de dinero.