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El negocio de las teorías de conspiración: cómo ganar dinero con las noticias falsas
Muchas teorías de conspiración son creadas por organizaciones que también venden algo más que ideas locas. ¿Realmente se puede ganar dinero con teorías de conspiración?
Toda la publicidad es, en cierto sentido, una forma de falsear. Pero mientras que antes el mensaje intentaba probablemente vender una cosa real - un coche o una hamburguesa-, hoy el propio mensaje es a menudo el producto.
"La fuente de valor es el trabajo de observación que realiza el público; al fin y al cabo, esta es la actividad que produce la atención del público, que es el bien que se vende", explica a DW Zoe Sherman, profesora del Merrimack College.
Por lo tanto, cuando los negocios y la política se entrelazan tan estrechamente -como lo hicieron durante la presidencia de Donald Trump-, no puede sorprender que algunos aspectos del discurso público se infecten con modismos tomados directamente del marketing y el entretenimiento.
Los analistas políticos Jaroslaw Kuisz y Karolina Wigura lo llaman "populistainment", una mezcla de política, populismo y entretenimiento, cuando los medios de comunicación se convierten en un teatro para una representación continua destinada a captar y mantener la atención del público.
"Si servir dopamina es la única forma de captar la atención de un cerebro aburrido, no es de extrañar que muchos políticos lo practiquen. Al igual que en los mercados, donde hay demanda, la oferta le sigue", dice Wigura a DW.
En este sentido, poco importa si lo que se vende es la desinformación. El contenido no es más que un producto, como los datos o los plátanos, con una cadena de suministro, una plataforma de venta y una red de distribución. Las empresas pueden posicionarse directa o indirectamente a lo largo de esta cadena de suministro.
Algunos comentaristas políticos en Estados Unidos, como Glenn Beck, el difunto Russ Limbaugh y Alex Jones, se convirtieron en lo que Sherman llama "empresarios ideológicos", televangelistas para la era