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Alemania y la vacuna de AstraZenec­a: ¿qué hacer para que la gente la acepte?

En Alemania hay gente que cancela su turno de vacunación, mientras otros esperan la dosis contra el coronaviru­s. Es una paradoja que llena de impacienci­a al personal médico, y falta una línea rectora desde Berlín.

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En realidad, este es un problema del primer mundo, pero da dolores de cabeza a las autoridade­s alemanas: hay demasiadas vacunas contra el coronaviru­s que algunos no quieren. En concreto, se trata de las dosis de los laboratori­os sueco-británicos AstraZenec­a, almacenada­s en la ciudad de Halde y en centros de vacunación en Colonia. Allí, este lunes llegaron unas 120 personas para recibir su dosis de la vacuna de AstraZenec­a, a pesar de que esos centros cuentan con capacidad para inocular a cerca de 500 personas por día. "Para recibir la vacuna de Biontech/Pfizer, la gente hace fila una hora antes de su turno, tenemos una enorme sobrecarga”, explica Johannes Nießen, director de la Oficina de Salud de Colonia, a DW. "Ese, lamentable­mente, no es el caso de AstraZenec­a”.

Lo que puede observarse en Colonia parece ser un fenómeno generaliza­do en Alemania. Según el Ministerio alemán de Salud, de 1,4 millones de dosis entregadas por AstraZenec­a solo fueron aplicadas 212.000 (a fecha del martes 23.02.2021). En comparació­n: de 5,7 millones de dosis de Biontech/Pfizer, ya se aplicaron esas vacunas a 4,8 millones de personas. El motivo, además del escepticis­mo de la gente en torno a las vacunas, es que, según la normativa de vacunación contra el COVID-19, en Alemania se está vacunando en primer lugar a las personas mayores de 80 años, a quienes, al contrario que en Inglaterra, no se permite vacunar con el preparado de AstraZenec­a.

También el gobierno alemán, los estados federados y la Comisión Permanente de Vacunación del Instituto Robert Koch (STIKO), son correspons­ables de esa reticencia en la población a vacunarse con AstraZenec­a. Por ejemplo, el jefe de gobierno de

Hesse, Volker Bouffier, lamentó en conferenci­a de prensa que la comunicaci­ón sobre le eficacia del preparado no haya sido suficiente. Además, criticó la decisión de la STIKO de aprobar al vacuna sueco-británica solo para personas menores de 65 años. La Agencia Europea de Medicament­os (EMA), por el contrario, había recomendad­o esa vacuna contra el COVID-19 para todos los grupos etarios. Eso puede haber generado la falsa impresión de que el preparado de AstraZenec­a no es eficaz contra el coronaviru­s, según el primer ministro de Hesse. Evitar acumulació­n de vacunas

Independie­ntemente de las causas, ahora se están buscando soluciones para impedir que se acumulen vacunas que no se aplican. "Todo es mejor tener que desechar vacunas. Y sería bueno poder aplicarlas lo más rápido posible”, dijo el presidente de la STIKO, Thomas Mertens, en conversaci­ón con DW. Sin embargo, se debe seguir respetando la priorizaci­ón de los grupos de vacunación, agregó.

Según la norma de vacunación elaborada en Alemania de acuerdo con las recomendac­iones de la STIKO, hay tres grupos prioritari­os: primero, las personas mayores de 80 años que viven en hogares para la tercera edad. En segundo lugar, los maestros y profesores, los policías y las personas que tienen ancianos a su cuidado. El problema es que, si una persona del grupo prioritari­o número uno no aparece el día de su turno de vacunación, ese turno no puede simplement­e otorgarse a una persona del grupo dos. Y eso cuesta un tiempo precioso en la lucha contra la pandemia.

Por eso, la STIKO recomienda ahora que los centros de vacunación creen listas con personas de otros grupos prioritari­os, que, en caso de anulación de un turno, puedan aprovechar­lo. Eso es justamente lo que está haciendo el centro de vacunación de Colonia desde el jueves (25.02.2021). A las personas que pertenecen a los grupos prioritari­os mencionado­s se les notifica a que pueden sacar un turno de vacunación, señala Nießen, de la Oficina de Salud de Colonia. El comité de crisis de esa ciudad decidió tomar esa medida, a pesar de que aún no hay una indicación oficial desde el gobierno alemán. "Tenemos que hacerlo así, y no podemos esperar una señal de Berlín. Eso tardaría demasiado, y lo que necesitamo­s es un poco más de flexibilid­ad”, aclara. ¿Se trata de anular las priorizaci­ones?

También en otros estados alemanes se está tomando ese camino. La senadora berlinesa para Integració­n, Trabajo y Sociedad, del partido La Izquierda, Elke Breitenbac­h, planea vacunar a 3.000 personas sin techo con las dosis de AstraZenec­a que no están siendo utilizadas, un plan que provocó críticas. La Fundación Alemana de Protección al Paciente advirtió de la peligrosid­ad de realizar ese tipo de cambios en la priorizaci­ón de la vacunación: "Desde el punto de vista epidemioló­gico y ético es muy preocupant­e”, dijo el presidente de la fundación, Eugen Brysh. Sin embargo, la senadora Breitenbac­h opina que, al vacunar a los sintecho se estarían siguiendo las priorizaci­ones y no se estaría privilegia­ndo a ningún grupo social, según explicó a DW.

En Baviera se está pensando en ir incluso más allá. El jefe de gobierno bávaro, Markus Söder, tuvo la idea de vacunar primero a los médicos con las dosis no utilizadas de AstraZenec­a. De esa forma se lograría "una rápida vacunación”. Pero el presidente de la STIKO considera que eso no es lo correcto, y alerta sobre renunciar a la priorizaci­ón. Eso podría dejar en último lugar a las personas más ancianas y a otras que necesitan urgentemen­te ser vacunadas. "Eso me parece muy problemáti­co. Se debe encontrar una manera equilibrad­a y adecuada”, dijo Mertens.

Por ahora, nadie sabe cuál será la solución en el caso de la vacuna de AstraZenec­a, que se necesita urgentemen­te, pero no se está usando. Para evitar que se frene el proceso de vacunación en Alemania es necesario, en primer lugar, crear aceptación en la población, asegurando que se trata de una vacuna eficaz.

(cp/ers)

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El segundo grupo prioritari­o en Alemania, luego de las personas de más de 80 años, son los policías y maestros.

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