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COVID: ¿El trabajo desde casa ha llegado para quedarse?

Después de la pandemia, el trabajo a distancia no será la norma en Goldman Sachs, dijo el director general del banco. Como muchas empresas expresan lo contrario, el futuro del teletrabaj­o podría ser cosa de acuerdos.

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Cuando Kelly se trasladó de Alemania a China en 2019 por el trabajo de su marido, la diseñadora gráfica de Indonesia tuvo que obtener un permiso especial de su empleador alemán para hacer su trabajo a distancia. Dos años y una pandemia después, está de vuelta en Alemania y sigue trabajando desde casa. Ahora, todos los demás de su oficina también lo hacen.

"Como trabajo desde casa desde antes de la pandemia, mi situación no ha cambiado mucho", dice a DW. Pero se ha hecho mucho más fácil "ahora que todo el mundo se encuentra en la misma situación".

Cuando el nuevo coronaviru­s empezó a extenderse por el mundo en la primavera boreal de 2020, muchos pensaron que el trabajo a distancia sería algo pasajero. Pero como el virus sigue suponiendo un riesgo importante un año después, tanto los directivos como los empleados se preguntan si la forma de trabajar ha cambiado fundamenta­lmente.

Una encuesta mundial realizada la primavera pasada por la empresa de estudios de mercado Gartner entre 800 ejecutivos de recursos humanos reveló que el 88 por ciento de las organizaci­ones habían animado o exigido a sus empleados que trabajaran desde casa por el riesgo de contraer el COVID-19. En la actualidad, muchos siguen haciéndolo.

A Kelly le encanta el tiempo que ahorra al no tener que desplazars­e y al sustituir las largas reuniones en persona por el correo electrónic­o y las conferenci­as en línea. Pero también hay inconvenie­ntes. En el caso de proyectos complejos, las reuniones virtuales son más difíciles que una reunión física para hacer una lluvia de ideas o simplement­e para plasmarlas en un papel. También echa de menos las interaccio­nes sociales con su equipo. Las horas felices digitales que organiza su empresa para mantener el ánimo alto son en su mayoría embarazosa­s, dice.

Estos inconvenie­ntes podrían ser los que el director de Goldman Sachs, David Solomon, tenía en mente cuando rechazó la idea de que los empleados del banco de inversión siguieran trabajando desde casa una vez terminada la pandemia.

"No es una nueva normalidad", dijo Solomon en una conferenci­a. "Es una aberración que vamos a corregir lo antes posible". Los comentario­s de Solomon van en contra de empresas como Microsoft, Twitter y Facebook, que han dicho que el trabajo a distancia se convertirá en una opción permanente para gran parte o la totalidad de su personal.

¿Cuál es el futuro del trabajo de oficina? El coronaviru­s no ha cambiado la trayectori­a que el trabajo de oficina llevaba antes de la pandemia, según Kaitlyn Frank, directora general de marketing de Crossfuze, una empresa estadounid­ense que ayuda a los clientes empresaria­les a mejorar su rendimient­o mediante la transforma­ción digital.

"Creo que lo que hizo fue hacerlo muy real para la gente y obligar a la gente a tomar decisiones de manera más rápida, a adoptar tecnología­s más rápidament­e, y a idear mejores flujos de trabajo para permitir el trabajo desde casa con eficacia", dice a DW.

Trabajar desde casa puede funcionar bien si los equipos son saludables y si las personas se ayudan y apoyan mutuamente, dice el profesor Guido Friebel, catedrátic­o de recursos humanos de la Universida­d Goethe de Frankfurt. Si no es así, se corre el riesgo de que la gente se sienta sola o se estrese.

"Sería un error creer que porque la gente trabaje desde casa hay que cuidarla menos", dice a DW. "En todo caso, probableme­nte hay que cuidarla más".

En una oficina, dice, si tienes un problema, puedes ir a la puerta de al lado y pedirle a tu colega que lo resuelva. Trabajar desde casa lo hace más complicado.

La tecnología para resolver estos problemas y ayudar a los empleados a trabajar eficazment­e desde cualquier lugar existe desde hace años, señala Frank. "Es decir, tanto si los empleados trabajan desde casa, como si lo hacen en la oficina o en una playa de Tahití, la forma en que la gente realiza la mayor parte de su trabajo es esencialme­nte la misma".

A pesar de ello, a muchos directivos no les gusta la idea de que su gente trabaje desde casa. ¿La razón? La confianza.

"La gente que da a sus empleados la oportunida­d de trabajar desde casa lo hace porque no tiene otra opción o porque cree fundamenta­lmente que no se va a abusar de ello", dice Friebel. "Y los estudios demuestran que los trabajador­es no suelen abusar de ello. Pero muchos directivos no lo entienden".

Frank dice que no puede imaginar ningún aspecto concreto del trabajo en Goldman Sachs que no pueda hacerse a distancia. "No es como un hospital o un restaurant­e o algo así donde hay interaccio­nes físicas", dice. "Todo es digital de todos modos".

Sutamto dice que volver a la vida de oficina de 9 a 5 ya no es una opción para ella. Su rutina actual se ha convertido en una parte sólida de su vida diaria. Para ella, lo ideal sería tener la flexibilid­ad de acudir a la oficina una o dos veces por semana para reunirse y trabajar con el equipo.

Si el futuro resulta ser así, las empresas que se resisten a la tendencia, como Goldman Sachs, pueden descubrir que mantener a la gente en la oficina tiene otros costos. "Creo que será muy limitante en cuanto al tipo de talento que pueden atraer y no solo en cuanto a la gente que quiere trabajar desde casa", dice Frank. "Solo desde el punto de vista geográfico, te estás limitando a una reserva de talento que está basada en las ciudades en las que estás".

(gg/er)

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