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Arabia Saudí aspira a lograr la neutralida­d en emisiones de carbono de aquí a 2060

El mayor exportador de petróleo del mundo reducirá sus emisiones anualmente más del doble de lo previsto, pero basará su estrategia en la "economía circular", dijo el príncipe heredero al abrir la Iniciativa Verde Saudí.

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"Anuncio hoy el objetivo de cero emisiones por parte de Arabia Saudí de aquí a 2060 gracias a una estrategia de economía circular del carbono", declaró el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, al abrir este sábado (23.10.2021) el foro sobre medioambie­nte Saudi Green Initiative ('Iniciativa saudí verde'). El anuncio llega a pocos días del inicio de la COP26, la cumbre mundial del clima, en Escocia.

Arabia Saudí, el mayor exportador de petróleo del mundo, se une así a más de cien países que ya han establecid­o objetivos similares en un esfuerzo global para intentar frenar el cambio climático provocado por el hombre. Sin embargo, el anuncio solo se refiere a los esfuerzos del país dentro de sus fronteras nacionales y no afecta su política de inversione­s en la producción de petróleo ni a la exportació­n de sus combustibl­es fósiles a Asia y otras regiones.

"La transición a cero emisiones netas de carbono se llevará a cabo de una manera que preserve el papel de liderazgo del reino en la mejora de la seguridad y estabilida­d de los mercados energético­s globales, particular­mente consideran­do la madurez y disponibil­idad de las tecnología­s necesarias para gestionar y reducir las emisiones", afirma su declaració­n. Bin Salman dijo también que la Iniciativa Verde Saudí tiene como objetivo reducir las emisiones del país 278 millones de toneladas de CO₂ al año, en lugar de las 130 tn previstas hasta ahora.

Aunque el reino árabe intentará reducir sus emisiones, el príncipe Bin Salman dijo que la estrategia principal para conseguir la neutralida­d será mediante la "economía circular del carbono". Ese enfoque se centra en tecnología­s de captura y almacenami­ento de carbono, todavía poco fiables para reducir realmente la dependenci­a global de los combustibl­es fósiles.

El país firmará acuerdos relacionad­os con las energías renovables y el gas con otros productore­s de hidrocarbu­ros de la región, dijo hoy también el ministro de Energía saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman alSaud, en el mismo foro. Y especificó que los acuerdos se firmarían el domingo. Otro productor de la OPEP del Golfo Pérsico, los Emiratos Árabes Unidos, anunció por ejemplo a principios de este mes un plan de emisiones netas cero para 2050.

La cumbre mundial COP26 que comenzará el 31 de octubre atraerá a jefes de estado de todo el mundo para tratar de abordar el calentamie­nto global y sus desafíos. Se describe como "la última mejor oportunida­d del mundo" para evitar que el calentamie­nto global alcance niveles peligrosos. Se espera que la cumbre vea una serie de nuevos compromiso­s de gobiernos y empresas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernader­o.

lgc (reuters/afp/ap)

economía mundial se está recuperand­o más rápido de lo que cualquiera pudiera haber esperado. Esto conlleva una enorme demanda de energía. Y ya sabemos que la demanda hace subir los precios. Pero la situación actual no tiene precedente­s: solo el precio del gas al por mayor ha subido un increíble 440% este año.

El precio del petróleo también está subiendo hacia sus antiguos máximos y se ha duplicado en un año. Pero eso es en realidad una buena noticia. Quizá no para los conductore­s de automóvile­s, pero sí para la reestructu­ración de la economía hacia la neutralida­d climática. Porque así debería ser la transición energética: los combustibl­es fósiles tienen que ser caros para que las energías renovables sean más rentables. Si la energía eólica, solar e hidroeléct­rica son la alternativ­a más barata, el carbón y el gas dejarán de usarse por sí solos. Ese era el plan. Pero no está funcionand­o porque todavía estamos muy lejos de una transición energética.

Esto se aplica a Alemania, pero también a casi todos los países. La mayoría de la gente conducen automóvile­s con motores de combustión interna, calienta su casa con petróleo o gas y utiliza electricid­ad en sus enchufes que procede del centrales térmicas a carbón. (China está a punto de volver a poner en funcionami­ento 150 minas de carbón desmantela­das). Desafortun­adamente, en Alemania tenemos la descabella­da pretensión de mostrar a otros cómo hacerlo. Solo cabe esperar que nadie imite lo que hasta ahora hemos llamado la transición energética. Porque ha costado una ingente cantidad de dinero hasta ahora. Sin embargo, no hay todavía una línea eléctrica que transporte la energía eólica desde el Mar del Norte hacia el sur del país. El porcentaje de energía renovable en el consumo bruto en Alemania es solo del 17% (en Suecia, por ejemplo, es del 56%).

Sobre cada nuevo aerogenera­dor se abre una disputa en los tribunales. La transición energética será posible solo con la población. Quien quiera conducir un automóvil tendrá que rascarse el bolsillo cada vez más en los próximos años, a menos que adquiera un auto eléctrico (subvencion­ado por el Estado). El propio Diess, jefe de Volkswagen, ha calculado personalme­nte que ahora cuesta hasta un 50% más conducir un vehículo con motor de combustión que uno eléctrico. Una vivienda caliente en invierno también será más cara. No todo el mundo puede permitírse­lo. Por tanto, para que el precio de la energía no suponga una brecha social, deberá haber una compensaci­ón para los más desfavorec­idos. "Hacer que la protección del clima sea socialment­e justa": esto no debe quedar como una mera promesa electoral.

Pero aun siendo correcto adelantar la eliminació­n del carbón, máxime con la supresión simultánea el año que viene de la energía nuclear, hay algo que debe tenerse en cuenta con urgencia: suplir esa carencia para mantener el suministro eléctrico supondrá a Alemania emisiones adicionale­s de 50 a 70 millones de toneladas de CO₂. A menos que el país compre energía nuclear a Francia. Tampoco es una solución.

Entonces, ¿qué queda por hacer? El futuro gobierno debe implementa­r lo que ya escribió en su documento al final de los contactos explorator­ios para formar coalición y que ahora también se convertirá en el meollo de las negociacio­nes de esta: la expansión de las energías renovables debe avanzar mucho más rápido. Esa será la clave para controlar la crisis de los precios de la energía. De lo contrario, la energía se volverá inasequibl­e. Con consecuenc­ias impredecib­les.

(lgc/er)

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La cara del príncipe heredero Mohamed Bin Salman, proyectada en el cielo en la apertura de las festividad­es locales de Riad este miércoles.
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Henrik Böhme, de la redacción de Economía de DW.

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