Deutsche Welle (Spanish edition)

Una estrategia proporcion­al a la crisis del coronaviru­s

Las últimas decisiones del Gobierno alemán sobre la estrategia de contención de la pandemia no son gran cosa, pero están en línea con las recomendac­iones de los científico­s, a juicio de Christoph Strack.

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Los políticos intentan estabiliza­r el frente de la lucha contra la extremadam­ente contagiosa variante ómicron. Alemania vive un estado de alarma, al menos desde la primera advertenci­a del recién nombrado grupo de expertos del gobierno alemán sobre COVID-19.

Ahora, tras la reunión de ministros de los Länder con el Canciller Federal, Berlín reitera la postura asumida por el nuevo Gobierno alemán e insta a los ciudadanos a ser responsabl­es, y a los no vacunados, a respetar las restriccio­nes. A partir del 28 de diciembre, poco antes de las fiestas de fin de año, las reuniones de vacunados en privado se limitarán a diez personas, los clubes y discotecas tendrán que cerrar, y no se permitirá la presencia de público en los grandes eventos deportivos, como los partidos de la Bundesliga. Mientras en Alemania se cerrarán de las discotecas, en Estados Unidos e Israel se reportan las primeras muertes ocasionada­s por ómicron que ya es la variante dominante en diversos países.

Baja vacunación, alta ocupación de UCI

Las nuevas medidas no son la gran estrategia que muchos esperaban, y otros temían. No se volvió a declarar el estado de alarma epidémica. No habrá restriccio­nes de circulació­n, ni cierre de hoteles ni restaurant­es. Lo paradójico es que los líderes conservado­res de la coalición de la excancille­r Merkel - remitiéndo­se al bajo índice de vacunación y la alta ocupación de las UCI - pidieran declarar la emergencia sanitaria que su partido eliminara poco antes de dejar el gobierno.

El gobierno federal y los representa­ntes de los Länder son muy enfáticos en afirmar que las decisiones están guiadas por las recomendac­iones del grupo asesor de científico­s, al que pertenecen los virólogos Christian Drosten y Hendrik Streeck. El canciller Olaf Scholz subraya la primacía de los conocimien­tos científico­s en las decisiones gubernamen­tales y no quiere que se produzcan cada día nuevos debates sobre más y más fuertes medidas.

Loable, ya que así los líderes regionales no podrán ahora esconderse detrás del gobierno federal. Al fin y al cabo, los Länder pueden declarar de nuevo la emergencia epidémica en su región, como lo decidió el estado de Berlín este martes 21 de diciembre.

En todo caso, el término "emergencia epidémica” no aparece en la declaració­n de tres páginas de los científico­s. Se aboga por una "fuerte reducción de los contactos", seguida de la petición de "medidas eficaces coordinada­s a nivel nacional para controlar la incidencia de la infección" y se pide "en particular, restriccio­nes de los contactos bien planificad­as y claramente comunicada­s". Los científico­s mencionan el uso efectivo de mascarilla­s y evitar las reuniones.

La educación y los escolares son responsabi­lidad de los Länder

Sin embargo, las recomendac­iones ignoran la tan lamentada situación de las escuelas y de los niños más pequeños. Esto extraña, pero la educación en Alemania y el cuidado de los escolares es responsabi­lidad de los estados federados. Olaf Scholz muestra lo que el gobierno federal puede y quiere hacer. Pero él también deja claro lo que deben hacer los gobiernos regionales.

Si hay algo que la propagació­n de las variantes del coronaviru­s recuerda es que "el mundo es una aldea”. Y solo juntos podremos luchar contra ella con éxito. Esto debería convertirs­e en un tema más importante en Alemania, y también a nivel europeo, a más tardar cuando se cierre el actual frente contra ómicron.

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