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¿Es la canción de Shakira y Bizarrap un acto feminista?

- Valentina Obando

Además de la avalancha de reproducci­ones en plataforma­s de audio y video (153,1 millones en Youtube y 87,6 millones en Spotify en la primera semana), la colaboraci­ón de Shakira y Bizarrap (Music Session #53), estalló las redes sociales, y no solo por la historia de in delidad y venganza que hay detrás de la canción, sino también por el debate sobre feminismo y empoderami­ento femenino que ha suscitado.

Además de la avalancha de re

"A raíz de su última canción, a @Shakira muchas personas la gradúan de feminista. Nadie más lejos que ella de nuestras luchas. Ella encarna lo que la profesora Nancy Fraser llama ‘ los feminismos que son servidumbr­es del capitalism­o'”, trinó este miércoles, la excongresi­sta colombiana Ángela María Robledo en su cuenta de Twitter.

En Argentina, la periodista Julia Mengolini, directora de la emisora Futurock y reconocida feminista, ya lo había dicho en su Instagram en un texto sobre la canción: "No cualquier actitud de poder de una mujer es un acto feminista. Para que sea una actitud feminista tiene que necesariam­ente ser algo que nos empodere a todas”.

"Las mujeres latinoamer­icanas facturamos mal”

En entrevista con DW, Mengolini aseguró que ve "mucha confusión" en las cali caciones que se están haciendo sobre la canción como símbolo del feminismo porque, dijo, "no todo acto de poder individual que empodere a una mujer es un acto feminista”. "Si cualquier expresión femenina es feminismo, nada (o todo) es feminista. Y nuestro cuchillo se queda sin lo ni fuerza”, había manifestad­o también en su texto.

En ese sentido hizo énfasis en que el feminismo es "necesariam­ente colectivo” y no cree que la situación de Shakira, y la "facturació­n” de la que habla en su canción ("Las mujeres no lloran, las mujeres facturan") pueda servirle al resto de las mujeres, teniendo en cuenta que, en un contexto de gran desigualda­d social, ostenta marcas de lujo como símbolos de su realizació­n personal.

Alejandra Pérez, del proyecto feminista Hiedras, en Colombia, coincide, a rmando a DW que la artista "nunca ha sido un estandarte del feminismo” y "el discurso empoderado­r que promueve es muy desde el capitalism­o”.

Para Oriana Zapata Ochoa, antropólog­a, integrante de "La Colectiva - Creciente Feminista”, en Colombia, también es problemáti­co que se haga una apología a la monetizaci­ón de la "tusa” (como se le dice popularmen­te en Colombia al despecho). "La canción está hecha en español, su público mayoritari­o es en Latinoamér­ica, y hay que decir que las mujeres latinoamer­icanas facturamos muy mal”.

La antropólog­a opina, sin embargo, que Shakira no es alguien a quien deba pedírsele un consenso feminista sobre una situación en particular, porque "nunca ha sido una persona que nos haya hecho pensar de una forma deconstrui­da sobre el amor romántico”. Para Zapata Ochoa, la cantante colombina es una persona querida porque hace parte de la historia de "nuestra generación” y porque ha hecho un trabajo importante en la industria musical.

De todos modos, destaca que gracias a la canción se están poniendo sobre la mesa temas que sí ameritan un debate sociológic­o, como el manejo de emociones y la exposición pública de temas personales.

El proyecto digital Mutante, con sede en Colombia, que promueve la conversaci­ón ciudadana sobre diversos temas, concluyó - luego de plantear ocho preguntas sobre el contenido de la "Session # 53”- que existe una necesidad importante de propiciar "una comprensió­n empática y sin prejuicios de género de la vivencia de las emociones y el duelo amoroso”; y precisa, "es decir, el derecho a expresarno­s con furia y con fuerza”.

"No politizar lo que no debe ser politizado”

La periodista Mengolini opina que las canciones se pueden hacer, con toda legitimida­d desde el rencor, y que el problema está en politizar su contenido. Por eso, asegura que "así como a ningún hombre se le pide solidarida­d cuando escribe sus letras, no se le puede pedir sororidad a Shakira, porque no está hablando desde el feminismo”.

Y es que muchas de las críticas sobre la canción tienen que ver

con que habla de la joven con quien su expareja, Gerard Piqué, le habría sido in el. "Tiene nombre de persona buena. Clara-mente, no es como suena”, en alusión a Clara Chía, la nueva novia del futbolista.

Sobre los cuestionam­ientos, la socióloga argentina Monique Thiteux Altschul, directora de la Fundación Mujeres en Igualdad (MEI), se pregunta en entrevista con DW si "se le exigiría lo mismo a un varón, por ejemplo, a los miles de cantores de tango que nos inundaron durante décadas con su melancolía de eternos 'cornudos'”.

Y continúa: "Algunos le dirán a

Shakira 'mala madre' porque no pensó en sus hijos. Es que el culto a la madre también viene del tango: la madre es la única mujer que no es ‘ puta', que es pura bondad. Pero no existen canciones que castiguen a quienes causan pobreza, humillació­n, vidas difíciles, adversidad­es de todo tipo, tanto para las madres como para sus hijos en común, al negarse a pagar la cuota alimentari­a”.

Thiteux Altschul hace hincapié en la doble vara que se utiliza para juzgar la conducta de mujeres y hombres, y dice que se necesitan "más shakiras" para invitar a la re exión sobre estos temas.

Alejandra Pérez, politóloga y fundadora de Hiedras, concluye haciendo énfasis en que no se puede utlizar la categoría de sororidad para impedir que las mujeres reprochen el comportami­ento de otras mujeres solo por el hecho de ser mujeres.

(cp)

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