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"Vuelta a la Patria", la nueva técnica de deportación de migrantes en México
De tierras aztecas a Venezuela. Este es el nuevo compromiso del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador junto con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, a través del conocido programa "Vuelta a la Patria". Un acuerdo enmarcado en una estrategia ideada por Caracas en agosto de 2018 y con el que se busca que miles de migrantes venezolanos abandonen México a cambio de una serie de beneficios económicos. ¿Qué puede implicar esta nueva política migratoria en la región? Una medida económica para seducir a migrantes
El acuerdo establece un apoyo económico mensual de 110 dólares durante los seis meses posteriores a la llegada al país de origen. También incluye convenios con empresas mexicanas y venezolanas para ofrecer empleos a estos mismos migrantes deportados. El Ejecutivo mexicano también anunció un mismo pacto con Colombia y Ecuador.
"Es mejor que exista este programa antes de que se repatríe a personas sin oportunidades laborales y sin dinero", indica a DW Valeria Valle, académica del Departamento de Estudios Internacionales en la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México. "Sin embargo, qué pasará cuando pasen estos seis meses?", se cuestiona.
Según Alicia Bárcena, de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México, con esta ayuda se pretende crear "un estímulo para que regresen", dijo la propia diplomática en una conferencia matutina. El monto se entrega en una tarjeta, de forma similar a otros programas del país como "Jóvenes Construyendo el Futuro" o "Sembrando Vida".
En opinión de Valle, pensar que este incentivo compensará a las personas que migran es "ingenuo" y recuerda el "vía crucis" que han tenido que sorportar para llegar hasta México. "Si no volvieron atrás es porque la situación en el origen es tan terrible que prefieren obtener el refugio en México o lograr el sueño de llegar a Estados Unidos y ganar mucho más que 110 dólares al mes", recalca.
"Es muy difícil pensar que una medida de esta naturaleza sea efectiva con personas que han invertido todo lo que tienen para salir y que han arriesgado muchísimo en el camino", dice a DW Luciana Gandini, coordinadora del Seminario Universitario de Estudios sobre Desplazamiento Interno, Migración, Exilio y Repatriación (SUDIMER).
Para Ariel Ruiz, analista del Migration Policy Institute (MPI), con sede en Washington, el acuerdo es una buena iniciativa, aunque solo a corto plazo ya que puede ayudar en la reintegración de aquellos que retornan a Venezuela. No obstante, "por sí solo no es suficiente para atender otras condiciones que motivan a estas personas a emigrar, incluidas altas y persistentes tazas de pobreza y persecución política", dice a DW.
En líneas generales, Andrea Samaniego, profesora de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, opina que el acuerdo es una buena medida, "mejor que la que actualmente impera en donde se criminaliza a los migrantes" y remarca, en declaraciones a DW, que esos vínculos con empresas y gobiernos pueden permitir "reestrablecer el tejido social".
Nueva política, viejos hábitos
Bárcena informó el pasado 21 de marzo sobre dicha cooperación para mandar de vuelta a venezo