Deutsche Welle (Spanish edition)
Así fueron los 90 segundos en que colapsó el puente de Baltimore
Era pasada la medianoche cuando la advertencia de un despachador sonó por radio: un enorme carguero había sufrido una falla eléctrica y había perdido su capacidad de dirección. La nave fiotaba a la deriva y se dirigía en ruta de colisión hacia el puente Francis Scott Key.
En los 90 segundos que siguieron, agentes de policía que se encontraban cerca lograron detener el tráfico de vehículos sobre el puente de Baltimore en ambas direcciones. Uno se estacionó de lado al otro lado de los carriles y planeó conducir hacia el puente para alertar a un equipo de construcción una vez que llegara otro oficial.
"Todo el puente se cayó"
Pero no tendría la oportunidad. Impotente y cargado de enormes contenedores, el barco se estrelló contra un pilar de soporte. "Todo el puente se cayó", dijo un oficial frenético. "Responda quien sea... todo el puente simplemente se derrumbó".
Cuando el portacontenedores Dalí chocó contra el pilar alrededor de la 1:30 de la madrugadaa del martes, provocó que un largo tramo del puente, un importante vínculo en las redes de transporte de la región, se derrumbara en el río Patapsco.
Al menos ocho personas cayeron al agua. Dos fueron rescatadas, pero las otras seis, parte de un equipo de construcción que había estado tapando los baches en el puente, estaban desaparecidos y se daban por muertos. El miércoles por la mañana continuaba la búsqueda de sus cuerpos, según la portavoz de la Policía Estatal de Maryland, Elena Russo.
Víctimas latinas
Entre las víctimas mortales se encuentran personas de Guatemala, Honduras y México, según las embajadas de esos países. La Guardia Costera de Estados Unidos ya abordó el barco, descargó el registrador de datos del viaje y lo envió a la NTSB, que está elaborando una cronología de lo que provocó el accidente, dijo Homendy. Un informe preliminar podría estar listo en dos a cuatro semanas, dijo.
El tráfico de barcos que entran y salen del puerto de Baltimore ha sido suspendido indefinidamente. El capitán Michael Burns Jr. del Centro Marítimo para la Energía Responsable dijo que hacer entrar o salir un barco de puertos en aguas restringidas con espacio limitado para maniobrar es "una de las cosas técnicamente más desafiantes y exigentes que hacemos".
Hay "pocas cosas que dan más miedo que una pérdida de energía en aguas restringidas", dijo. Y cuando un barco pierde propulsión y gobierno, "entonces está realmente a merced del viento y la corriente".
Segundos de angustia
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