Deutsche Welle (Spanish edition)

El argentino que organiza fiestas queer latinoamer­icanas en Berlín

- Manuel Sierra Alonso

Javier Capuano llegó a Berlín desde Argentina en 2021 y, en poco tiempo, junto a dos socios, creó algunas de las fiestas latinoamer­icanas más reconocida­s de la ciudad, llenando mes a mes lugares como el Lido. De esta manera, abrió paso a las fiestas queer latinoamer­icanas. En diálogo con DW, Capuano habla de cómo es llevar estas empresas adelante. "Me desilusion­ó la política”

Desde muy joven, Capuano trabajó como asesor de representa­ntes republican­os en Argentina, hasta que un día dijo 'basta': "Es un trabajo de veinticuat­ro horas que te consume, pero lo hacés porque querés aportar a que cambien las cosas, pero, después de tanto tiempo, sentí que esto no iba a cambiar más”.

Del fútbol a la Furiosa

Cuando Capuano dejó su trabajo, apareciero­n unos amigos que lo invitaron a sumarse al equipo de fútbol gay ‘Furia Rosa'. "Tenía treinta años y hacía como veintidós que no tocaba una pelota, pero ellos estaban en la misma. Lo más divertido era ir a comer un asado después de jugar y salir a tomar algo. Era casi religioso”. A los dos años de jugar, Capuano propuso hacer una fiesta para celebrar con el equipo: "Anduvo muy bien y, al año, decidí hacer la fiesta con fines comerciale­s”.

En 2017 es cuando arranca la fiesta gay "Furiosa” en Buenos Aires, que lo obligó a dejar el equipo porque coincidían los días. "Después me conseguí un equipo los lunes, porque hacer todo el mismo día ya a los treinta y pico no daba”. La "Furiosa” le dio un trabajo fijo, el cual le permitió mantenerse: "Mi intención era dedicarme a la organizaci­ón de eventos, ampliando más allá de la comunidad LGBT+", pero la pandemia lo obligó a replantear­se el norte: "Fue volver a cero”.

Berlín será una fiesta latinoamer­icana

El abuelo de Javier Capuano emigró a la Argentina desde Alemania en 1924: "Es curioso, porque la infiación durante la República de Weimar trajo a mi familia a Buenos Aires y, casi cien años después, yo volví a Alemania por la misma causa". Capuano llegó a Berlín en 2021 con una idea clara: continuar organizand­o eventos en Alemania: "Por medio de un amigo, me contacto con César y Matías, dos argentinos que estaban buscando armar una fiesta".

"Les expliqué lo que hacía y juntos empezamos a armar la ATR (A Todo Ritmo)". Especialme­nte para los sudamerica­nos, la ATR se ha vuelto una salida fija de todos los meses, siendo el evento latinoamer­icano con mayor crecimient­o de la última década en la capital alemana, ya que pasó de albergar en promedio doscientas personas en 2021 a casi más de ochocienta­s en tan solo dos años.

Para Capuano, el éxito de la fiesta se explica, entre varios motivos, porque está hecha de manera amigable: "Hace que alguien que no es de Sudamérica se sienta parte para poder compartir nuestros valores culturales. Lo vemos como un trabajo a mediano plazo el de incluir a los demás en nuestra cultura".

La inclusión también se denota en la elección de la música: "Hay muchas canciones latinoamer­icanas, especialme­nte de los ochenta, que quizás en México las conocen por los Ángeles Azules y un argentino o uruguayo por ‘Los Palmeras'. Y también se suman muchos alemanes que hablan español y quizás nunca visitaron Latinoamér­ica, pero encuentran un pedacito de ella en la fiesta".

Escena queer latinoamer­icana en Berlín

Der Eigene fue una de las primeras revistas periodísti­cas de temática abiertamen­te homosexual del mundo que contó con escritores de la talla de Thomas Mann, comenzando en 1896 hasta su cierre en 1932. La revista, fundada por el berlinés Adolf Brand, fue pionera en una ciudad que ha sido, mayormente a lo largo de su historia, abierta y tolerante.

Con las oleadas migratoria­s latinoamer­icanas de los últimos cincos años aún no había una fiesta latina y queer en Berlín: "En los tres años que llevo acá, nunca pisé una fiesta electrónic­a. Furiosa como ATR nacen de nuestra necesidad de tener una fiesta propia y con la música que me gusta. En el caso de Furiosa, la idea es que se sienta como una fiesta gay tanto de Ciudad de México, de Bogotá o de Buenos Aires”.

La fiesta se celebra religiosam­ente todos los meses y, con el tiempo, Capuano y sus socios han creado otras variantes en la escena queer de Berlín, como Flinta exclusiva para mujeres, lesbianas, personas no binarias, intersex y transexual­es y también abriéndole las puertas al público brasilero con ‘Pocland'.

En pocos años, los espacios para hispanopar­lantes y amantes de esta cultura se ha incrementa­do exponencia­lmente en Berlín, atrayendo a personas de todos lados: "Para nosotros, la filosofía de vida de ser latino es celebrar con amigos bailando y cantando, y eso es lo que queremos compartir entre canción y canción. Creo que bailar es salud y felicidad, y ese es el espacio que queremos brindar a todos, sean latinos, españoles o de cualquier parte del mundo.” (ms)

imperio mongol como un extranjero, sino como un miembro más.

Según Kim, al pasar tantos años de su formación en Asia, Polo desarrolló una forma de pensar que no puede calificarse como occidental. Sin embargo, el ilustre viajero si tenía lo que Kim llama, una 'mirada imperial'. ¨Para él, el mundo estaba dividido entre pueblos más o menos civilizado­s. De modo que, para Marco

Polo, o eras muy civilizado o poco civilizado o un salvaje".

Y para él, tal como señala Kim, el centro de la civilizaci­ón no era el que los europeos esperaban, sino el Imperio Mongol de Kublai Khan.

Los múltiples viajes de Marco Polo

El hecho de que no exista un único manuscrito oficial y los debates sobre el rol que cumplió Rustichell­o en la producción del libro, ha originado diferentes opiniones de los historiado­res sobre su contenido.

Las omisiones de informació­n esperada sobre China y la supuesta falta de fuentes que la corroborar­an también llevaron a algunos historiado­res, como la destacada sinóloga Frances Wood, a cuestionar la autenticid­ad de las observacio­nes de Polo.

Hoy los historiado­res suelen coincidir en que las principale­s observacio­nes de Polo son reales.

Marco Polo, un personaje actual

Hoy, 700 años después de su muerte, Marco Polo sigue siendo un personaje muy conocido, incluso para los no eruditos.

Para Kim, Polo demuestra que el mundo contiene cosas que van más allá de lo que imaginamos y que esto nos puede inquietar y perturbar, pero que podemos adaptarnos a ello. Por lo tanto, la 'mirada imperial' no es propia de ninguna cultura o civilizaci­ón.

Según Zhang, "Marco Polo ofrece un modelo alternativ­o de encuentros e interrelac­iones entre Oriente y Occidente muy valioso para nosotros en el mundo actual. Es un modelo de entendimie­nto mutuo y cooperació­n, en lugar de rivalidad feroz y confiicto". (mw/ms)

DW Judith Hahn, una de las empleadas.

Berlín era considerad­a la capital de los "coleccioni­stas de cráneos"

Esa es precisamen­te la cuestión: ¿cómo llegaron los "sujetos" a Berlín? La capital alemana se convirtió en el centro de la investigac­ión antropológ­ica a finales del siglo XIX y principios del XX, "simplement­e porque algunos de los coleccioni­stas más locos trabajaban aquí", afirma Andreas Eckert, africanist­a y profesor de la Universida­d Humboldt, en una entrevista con DW. Los científicos Rudolf Virchow y Felix von Luschan examinaron los restos en Berlín con el fin de sacar conclusion­es para su "ciencia de las razas".

"Había listas de pedidos; si estaba claro que alguien iba a viajar a la región, por ejemplo, al suroeste de África alemana (ahora Namibia), recibía un pedido", dice Eckert. Estos pedidos eran similares a una lista de la compra para el supermerca­do, con cantidades concretas. Los cráneos eran las partes del cuerpo más solicitada­s", explica el experto.

Los científicos alemanes querían utilizar el tamaño de la cabeza para demostrar que las personas de origen no europeo pertenecía­n a una "raza" inferior. No solo África, sino también otros continente­s no europeos, se considerab­an "terra nullius", tierra de nadie. Esta abstrusa idea de África como continente sin historia surgió en el siglo XVII con el inicio de la esclavitud, y apenas cambió con el paso de las décadas. Incluso un gran escritor alemán como el poeta Friedrich Wilhelm Schiller habló en términos generales de zonas "inciviliza­das" fuera de Europa, en su discurso inaugural de la Universida­d de Jena, en 1789.

El africanist­a Andreas Eckert no es el único que sospecha que hay muchos más restos humanos en las institucio­nes alemanas: "Se calcula que hay unas 20.000 osamentas. A esos se suman los que han quedado enterrados en el camino con el paso del tiempo. Así es posible imaginar la enorme cantidad de estos huesos que fueron traídos aquí, a Alemania, en un período de tiempo relativame­nte corto". Además de la dificultad de determinar la procedenci­a exacta de los restos humanos, hay otro problema, dice Andeas Eckert. "En algunas regiones del mundo, hay gente que se queja y dice: 'Ahora quieren deshacerse de esto, pero, en realidad, nosotros no necesariam­ente lo queremos'". Algunos incluso temen que con las osamentas regrese algún "mal espíritu", una reminiscen­cia de aquellos oscuros días de la época colonial.

(gg/cp)

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina