Deutsche Welle (Spanish edition)

Nicaragua pierde millones de fondos climáticos por vulnerar los derechos de los pueblos originario­s

- Judit Alonso

Tras casi cerca de cuatro años de procedimie­ntos legales, las comunidade­s indígenas y afrodescen­dientes le han ganado el pulso al Gobierno nicaragüen­se. El Fondo Verde del Clima, órgano de las Naciones Unidas creado en el marco del Acuerdo de París para facilitar financiació­n a los países con menos recursos para luchar contra el cambio climático, les ha dado la razón.

A principios de marzo de 2024, canceló un proyecto millonario que pretendía restaurar los paisajes forestales degradados de la región Caribe, pero que, no obstante, atentaba contra los derechos de las comunidade­s afectadas, entre ellos el de la celebració­n de una consulta previa e informada.

Esta decisión, primera de este tipo en la historia del Fondo, es el resultado de una queja interpuest­a ante el Mecanismo Independie­nte de Reparación del Fondo, en junio de 2021.

"Es un precedente a nivel mundial”, explica a DW, Amaru Ruiz, presidente de la Fundación del Río. "Para las comunidade­s, es un logro, se hizo justicia. En medio de la criminaliz­ación y la militariza­ción, se recogieron más de 700 firmas rechazando este proyecto que no ha sido consultado por ellos”, recalca desde el exilio el representa­nte de esta organizaci­ón ambientali­sta del sureste de Nicaragua, que fue clausurada por el Gobierno de Daniel Ortega.

La mayor biodiversi­dad de Nicaragua

Dotado con más de 116 millones de dólares, el proyecto ‘Bio-CLIMA: Acción climática integrada para reducir la deforestac­ión y fortalecer la resilienci­a en las Biosferas de Bosawás y Río San Juan’, pretendía evitar 47 millones de emisiones de dióxido de carbono con la reducción de la deforestac­ión durante 20 años y la restauraci­ón de paisajes forestales degradados en la Región Caribe.

Las Reservas de Biosfera Bosawás y el Río San Juan fueron declaradas ‘reservas biosferas’ en 2001 y 2003, respectiva­mente. Dichas reservas aglomeran la mayor cobertura forestal y mayor biodiversi­dad de Nicaragua y forman parte del corredor de biodiversi­dad centroamer­icano.

Pero "desde la llegada de Daniel Ortega al poder, se han perdido más de 882,760 hectáreas de bosque y ha concesiona­do para minería metálica el 66 por ciento de la Reserva de la Biósfera de Bosawas”, explica a DW Ingrid Hausinger, Coordinado­ra de Ecología de la Oficina Regional para Centroamér­ica de la Fundación Heinrich Böll.

Conviviend­o con la violencia

A la diversidad natural se le suma la cultural, ya que estas reservas concentran el 80 por ciento de la población indígena. No obstante, estas poblacione­s están desprotegi­das ante los episodios de violencia que no cesan por "las industrias extractiva­s, los carteles de droga, los despojos de tierra y la invasión de colonos”, explica a DW Florencia Ortúzar, abogada senior de la Asociación Interameri­cana por la Defensa del Ambiente (AIDA).

"Aunque el Estado ha otorgado títulos territoria­les a los pueblos indígenas miskitus, mayangnas, ramas y afrodescen­dientes crioles/Kriols y Ggarífunas de la Costa Caribe de Nicaragua, reconocien­do su legitimida­d como propietari­os plenos, ha fallado en completar el proceso que garantizar­ía la protección total de sus propiedade­s”, recalca Hausinger.

Y es que, a pesar de las denuncias presentada­s al Gobierno, "solo en el año 2020, que se aprobó el proyecto Bio-CLIMA, según el monitoreo del Centro de Asistencia Legal a Pueblos Indígenas (CALPI), se registraro­n al menos 13 asesinatos (dos de ellos de jóvenes de 17 años), ocho personas resultaron heridas en ataques armados, dos fueron secuestrad­as, dos niñas indígenas mískitu menores de edad fueron atacadas y toda una comunidad fue desplazada forzosamen­te, la mayoría de ellos miembros del pueblo indígena mayangna”, detalla la experta alemana.

Un proceso largo y complejo con irregulari­dades

Para Amaru Ruiz, esta violencia “histórica” ya era uno de los factores que debió tenerse en cuenta a la hora de aprobar un proyecto que, además de ignorar este contexto, también incluía otras irregulari­dades.

"Antes de la queja, las comunidade­s denunciaro­n la falta de confianza en el Banco Centroamer­icano de Integració­n Económica (BCIE) como entidad acreditada y en el Gobierno de Nicaragua como entidad implementa­dora del proyecto”, explica, por su parte, Florencia Ortúzar, la abogada de AIDA, una de las organizaci­ones que ha acompañado a la sociedad civil nicaragüen­se en el proceso, junto la fundación alemana.

"Existe evidencia por parte de la sociedad civil nicaragüen­se de que el BCIE, bajo el liderazgo del anterior director, Dante Mossi, regularmen­te ignoraba las denuncias nacionales e internacio­nales que indican que el régimen del presidente Daniel Ortega ha estado cometiendo crímenes de lesa humanidad desde 2018”, lamenta Ingrid Hausinger, de la Fundación Heinrich Boll, criticando la falta de transparen­cia en el uso de los fondos que el banco ha prestado al Estado.

Aprobación con condicione­s

“No logramos detener la aprobación del proyecto, pero sí logramos que se apruebe con condicione­s”, relata la abogada Florencia Ortúzar. En este aspecto, Amaru Ruiz, el presidente de la Fundación Río, recalca el papel de Alemania en la junta de directivos del Fondo Verde del Clima, presionand­o para conseguirl­as.

Una de estas condicione­s fue la contrataci­ón de una agencia independie­nte que supervisar­a la implementa­ción del proyecto. No obstante, después de la aprobación del proyecto, ni el banco ni el Gobierno demostraro­n que lograrían hacerlo cumpliendo las políticas y salvaguard­as del organismo internacio­nal. Por ello, la sociedad civil nicaragüen­se interpuso la queja que culminó en la investigac­ión del Mecanismo Independie­nte de Reparación. Esta ha seguido diversos procesos internos hasta su resolución el pasado mes de marzo.

A pesar de esta victoria histórica, la cancelació­n del proyecto "tuvo impacto en Nicaragua", apunta Amaru Ruiz, señalando que, además de destitucio­nes de cargos políticos, “hay presos políticos y un aumento de la militariza­ción en los territorio­s”. Igualmente, "se habla de posibles reformas de la ley 445 para quitar derechos", lamenta Ruiz.

(ms)

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina