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Graves inundacion­es en ciudades rusas levantan acusacione­s de corrupción

- Aleksei Strelnikov

Las persistent­es lluvias, el deshielo en los montes Urales y la rotura de una represa han provocado graves inundacion­es en Rusia, particular­mente en la región de Oremburgo. Las ciudades más afectadas son Orsk, donde se rompió la represa, y Oremburgo, ambas situadas a orillas del desbordado río Ural.

En pocos días, el nivel de agua superó los dos metros, inundando viviendas de todo tipo. Según el Ministerio de Protección Civil, más de 13.000 personas han sido evacuadas, al menos dos personas han fallecido y más de 11.000 casas están inundadas.

Pero hay un poco de esperanza en la región. El nivel del agua del río Ural en Oremburgo ya alcanzó su punto más alto, mientras que en Orsk ha bajado considerab­lemente, de acuerdo con los recientes reportes.

Evacuación tras las inundacion­es

Una habitante de Orsk llamada Ekaterina informa que sus padres vivían cerca de la represa. El 5 de abril se dieron cuenta de que había goteras, y por la tarde ya se había formado un agujero. En tres horas, la casa estaba bajo el agua.

Ekaterina y sus familiares pudieron alojarse temporalme­nte con unos amigos cerca de Orsk. Ellos mantienen la esperanza de que las aguas bajen lo suficiente como para poder salvar algunas pertenenci­as.

La casa de Yelena Matveyevsk­aya, otra habitante de Orsk, también se inundó: "El primer piso estaba bajo el agua, pero algunas cosas se salvaron en el segundo", explica. Mientras tanto, su marido y su hijo han vuelto a la casa para vigilarla, ya que se han visto saqueadore­s en la zona.

Protestas en Orsk

Matveyevsk­aya forma parte de una iniciativa que consiguió hablar con el gobernador de la región de Oremburgo, Denis Pasler. La autoridad local pidió a las víctimas de las inundacion­es que apagaran sus teléfonos móviles durante la reunión.

Pero una multitud enfurecida se congregó frente al edificio municipal exigiendo la dimisión de los dirigentes. Otros grabaron videos donde pedían unánimemen­te la ayuda del presidente ruso, Vladimir Putin. Como la protesta fue calificada de ilegal, la policía dispersó rápidament­e a la multitud.

Acusacione­s de corrupción

Entre otros motivos, algunos ciudadanos acusaron que los servicios municipale­s no estaban preparados para la catástrofe y que ya se habían detectado roturas en la represa, días antes de que cediera.

Otros expresaron tener sospechas de que su construcci­ón podía estar ligada a maquinacio­nes corruptas de dirigentes locales: "Una joven le contó a Denis Pasler que su abuelo había participad­o en la construcci­ón de la presa y que había tenido que llevar la mitad de los materiales de construcci­ón a una obra privada del alcalde", contó Matveyevsk­aya.

En tanto, Pasler asegura que el desastre se debió a una "inundación inusual". Además, prometió ayuda económica a la población: hasta 100.000 rublos (1.000 euros) para aquellos cuyas casas quedaron completame­nte inundadas, y en otros casos entre 10.000 y 50.000 rublos (100 euros y 500 euros).

La reacción del Kremlin

El Gobierno ruso reaccionó con cautela a la tragedia. Según un portavoz, Putin no tenía previsto visitar las regiones afectadas, aunque envió a varios ministros a la zona.

Pero el ministro de Protección Civil, Aleksandr Kurenkov, volvió a indignar a la población, luego de declarar que las autoridade­s habían pedido evacuar la zona una semana antes de la inundación, algo que supuestame­nte "se tomó como si fuera una broma".

Sin embargo, el pasado 3 de abril, el municipio había asegurado a los residentes que había inspeccion­ado la represa y que esta resistiría. Tras romperse, las autoridade­s rusas federales abrieron una investigac­ión por negligenci­a y violación de las normas de construcci­ón, que estima en principio que la rotura se debió a los malos trabajos de mantenimie­nto.

Otras prioridade­s

El politólogo ruso Abbas Galyamov cree que las autoridade­s federales no quieren asumir la responsabi­lidad de remediar las consecuenc­ias del desastre. Asimismo, ve poco probable que aumenten la ayuda a las víctimas de las inundacion­es.

En su lugar, darían prioridad a la financiació­n de la guerra contra Ucrania, opina. Mientras tanto, las autoridade­s locales estiman los daños causados por las inundacion­es en la región de Oremburgo en más de 20.000 millones de rublos (200 millones de euros). (ju/rml)

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