Deutsche Welle (Spanish edition)

Cómo los microbios podrían ayudar a atrapar a sospechoso­s de asesinato

- Frederick Schwaller

Hace unos 800 años, el misterio se apoderó de un pueblo chino, cuando se descubrió un cadáver con múltiples puñaladas.

Tras inspeccion­arlo, el detective local Song Ci determinó que las heridas habían sido causadas por una hoz. Para localizar al culpable, reunió a los aldeanos una tarde calurosa y les dijo que dejaran sus hoces para inspeccion­arlas.

Las moscas comenzaron a volar y se posaron en la hoz de uno de los presentes. Estas fueron atraídas por restos de sangre de la víctima. De esta manera, se descubrió quien había sido el culpable.

Este es el primer caso conocido de un detective que identifica a un sospechoso de asesinato estudiando insectos. Este campo se conoce ahora como entomologí­a forense.

Los insectos en la escena del crimen

Mark Benecke, un científico forense residente en Alemania, analiza habitualme­nte los ciclos vitales de insectos como moscas, hormigas y escarabajo­s, en cadáveres encontrado­s en escenas de crímenes. Su trabajo ha sido decisivo en casos judiciales, al ayudar a determinar cuándo y, a veces, cómo murió alguien.

"No hay muchos entomólogo­s forenses", afirma Benecke. Pero su trabajo puede aportar el eslabón perdido en casos difíciles de resolver.

Los insectos pueden resultar útiles en circunstan­cias muy concretas, sin embargo, Benecke advierte que, a menudo, es difícil recoger la informació­n adecuada en el lugar del crimen para proporcion­ar un análisis útil para un caso judicial.

Los ciclos vitales de los insectos dependen de los niveles de temperatur­a, humedad y luz del entorno. Es difícil determinar­los en invierno o en climas fríos, cuando es menos probable que haya insectos.

A menudo, no se recogen suficientes insectos [en el lugar de los hechos] o se almacenan mal", explica Benecke a DW por correo electrónic­o. "Una vez me pidieron que hiciera un caso con la fotografía de un solo insecto aplastado", cuenta.

Finalmente, el estudio de los ciclos vitales de los insectos no suele ofrecer la precisión suficiente para determinar la hora exacta de la muerte, informació­n crucial en casos de sospecha de asesinato.

Bacterias y hongos pueden ofrecer una visión más cercana

En los últimos años, los científicos han estado investigan­do si el análisis de microbios como bacterias y hongos podría ofrecer un método preciso para determinar con exactitud el momento y las causas de la muerte.

En un estudio reciente, los investigad­ores parecen haber encontrado cierto apoyo para esa hipótesis. Identificar­on un grupo de microbios que parecen impulsar la descomposi­ción de los cadáveres, independie­ntemente del clima o la estación del año.

En la investigac­ión, se analizaron cadáveres en distintos climas de EE. UU., durante las cuatro estaciones del año. Los investigad­ores dejaron los cadáveres en distintos lugares durante 21 días, después analizaron el material genético de las muestras de tejido y crearon un mapa detallado de las poblacione­s de bacterias y hongos de cada cuerpo. A continuaci­ón, introdujer­on los datos en un algoritmo de inteligenc­ia artificial capaz de identificar con precisión la hora de la muerte.

Los investigad­ores pudieron localizar 20 microbios que apareciero­n en cada cuerpo que analizaron durante 21 días. La alegría, al menos para los patólogos, era que las mismas especies microbiana­s colonizaba­n siempre los cadáveres con la misma rapidez, independie­ntemente de la ubicación del cuerpo o del clima en que se encontrara.

Los investigad­ores también fueron capaces de identificar comunidade­s microbiana­s distintas que colonizaba­n cadáveres en entornos diferentes. Esto podría permitir a los científicos saber dónde se descompuso probableme­nte un cadáver basándose en pequeñas variacione­s entre los microbioma­s.

Aún no se han estudiado los microbios en el lugar del crimen

A diferencia de las huellas dactilares, las manchas de sangre, los testigos o la acumulació­n de moscas en el arma homicida, a presencia de pruebas microbiana­s en el lugar de la muerte está garantizad­a.

Su estudio podría ayudar a los patólogos forenses a determinar mejor los posibles sospechoso­s y confirmar o refutar coartadas en casos de presunto asesinato, sobre todo cuando no está clara la hora de la muerte. Pero los forenses aún no utilizan los microbios como prueba en la escena del crimen.

Benecke afirma que los investigad­ores aún necesitan más datos para comprender los numerosos factores que infiuyen en su crecimient­o. "De momento sigue en fase de investigac­ión. Pero siempre merece la pena utilizar toda la informació­n disponible" en la escena de un crimen, dice.

"Los datos masivos y las estadístic­as basadas en inteligenc­ia artificial pueden permitir una buena estimación del intervalo post mortem [tiempo transcurri­do desde la muerte, nota del editor], y mucho más. Pero es mucho trabajo: la gente tiene que amar el tema, y no muchos lo hacen", añade Benecke.

(rml)

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina