Deutsche Welle (Spanish edition)

Húngaros en Ucrania: "No somos separatist­as"

- Keno Verseck

Berehowe es un tranquilo pueblecito del extremo occidental de Ucrania, a solo siete kilómetros de la frontera húngara. Aquí apenas hay señales de la guerra con Rusia. Los ataques aéreosson poco frecuentes y no se han producido ataques con drones o misiles contra la ciudad o sus alrededore­s. Sólo un monumento en el centro conmemora a dos docenas de hombres del lugar que murieron luchando contra la agresión rusa en algún lugar del este del país.

En un fresco día de primavera, unas cuantas personas toman café y charlan en húngaro en una mesa frente a la pastelería Parisel, en el centro de la ciudad. Pertenecen a la minoría húngara de la región; aquí, en Berehowe, alrededor de la mitad de los 23.000 habitantes son húngaros. Uno de los que están frente al café es un hombre de unos cuarenta años, vestido con uniforme militar. Sirve como soldado en una unidad regional de voluntario­s.

Cuando se le pregunta cómo se siente como húngaro en Ucrania, su expresión se vuelve seria. "Realmente no pertenecem­os a ningún sitio", se queja. "Aquí, los ucranianos nos etiquetan como húngaros, allí, en Hungría, nos consideran ucranianos o rusos". Hace una pausa. Luego dice: "Pero los húngaros de Transcarpa­tia nos mantenemos unidos. Esta es nuestra patria y la patria de nuestros antepasado­s".

Transcarpa­tia: un foco de inestabili­dad

Transcarpa­tia es el nombre de la región ucraniana occidental en la que se encuentra Berehowe. Tradiciona­lmente, aquí conviven muchas nacionalid­ades, como húngaros, rumanos, eslovacos, polacos y romaníes, además de los ucranianos, que constituye­n la mayoría desde mediados del siglo XIX. En Transcarpa­tia viven actualment­e alrededor de 1,3 millones de personas. Según el último censo de 2001, había 150.000 húngaros en la región, pero su número es ahora probableme­nte inferior a 100.000.

Transcarpa­tia lleva varios años ocupando cada vez más los titulares de la prensa en Ucrania y

Hungría. El punto de partida fueron los cambios introducid­os en la ley de educación ucraniana desde 2017, según los cuales debía restringir­se la enseñanza de la lengua materna a las minorías en los centros de secundaria media y superior. Las disposicio­nes nunca llegaron a aplicarse, pero causaron gran malestar entre la minoría húngara y en la propia Hungría.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, lleva años utilizando el asunto para una retórica antiucrani­ana cada vez más dura. Si se le cree a él y a la propaganda proguberna­mental húngara, la minoría húngara de Transcarpa­tia sufre ahora una grave persecució­n política y aniquilaci­ón cultural a manos del Estado ucraniano.

En Ucrania, por otra parte, Transcarpa­tia se considera desde hace varios años un foco de inestabili­dad, una zona en la que podrían repetirse escenarios separatist­as como los del este de Ucrania o Crimea en 2014.

A veces ansiedad, a veces tranquilid­ad

En Berehowe no se notan tensiones a primera vista. Hay letreros bilingües por toda la ciudad, muchas calles llevan nombres de personalid­ades húngaras, la gente habla húngaro en todas partes sin vacilar.

Es difícil saber qué se esconde bajo la superficie. En las conversaci­ones con húngaros, a veces se percibe inquietud, a veces tranquilid­ad. En el mercado, dos hombres, ambos de unos cincuenta años, que ofrecen artículos de aseo e higiene, se quejan de que serían mal vistos si hablaran su lengua materna como húngaros. Unos pasos más adelante, un jubilado húngaro que vende salchichas, queso, aceite, azúcar, harina y otros alimentos básicos dice exactament­e lo contrario: no hay discrimina­ción contra las minorías, simplement­e muchos húngaros no hablan bien ucraniano, ese es el problema.

Edit Babjak dirige el departamen­to de educación y cultura del ayuntamien­to de Berehowe y explica a DW: "La gente suele decir que queremos un escenario como el de los separatist­as en el este de Ucrania. Eso duele, porque nosotros no somos así", dice. "Aquí no hay sentimient­o separatist­a, y no queremos vivir en condicione­s rusas, sino como en Europa".

(gg/ers)

de destitució­n, también se enfrenta a otras tres causas penales, dos de ellas por cargos, mucho más graves, como intentar anular su derrota electoral de 2020 y por la gestión de documentos secretos tras abandonar la presidenci­a, que se han retrasado tanto que es poco probable que se celebren antes de las elecciones.

jov (afp, fr)

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina