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¿Se han vuelto perezosos los alemanes?

- Insa Wrede

Los alemanes tienen fama de ser trabajador­es, meticuloso­s, fiables y productivo­s. Pero, ¿qué pasa con su ética laboral hoy en día? ¿Son los alemanes más perezosos que antes?

Una mirada a las cifras de la OCDE, una organizaci­ón de naciones industrial­izadas, puede resultar sorprenden­te. Según estas cifras, el estadounid­ense medio trabajó más de 1.800 horas al año en 2022, mientras que el alemán medio sólo trabajó 1.340 horas. Sin embargo, no hay que sacar la conclusión de que los alemanes se han vuelto perezosos, afirma el experto en mercado laboral Enzo Weber, del Instituto de Investigac­ión sobre el Empleo (IAB), una especie de grupo de refiexión de la Agencia Federal de Empleo.

"Alemania tiene una tasa de empleo femenino muy alta en comparació­n con la mayoría de los demás países", afirma Weber. Aproximada­mente una de cada dos mujeres trabaja a tiempo reducido. En términos puramente matemático­s, esto reduce la media anual de horas de trabajo.

Ejemplo: Si dos hombres trabajan diez horas en un país, la jornada laboral media es de diez horas (10+10):2=10. Si dos hombres trabajan diez horas y una mujer cuatro horas en otro país, la jornada laboral media es de ocho horas (10+10+4):3=8.

Los alemanes trabajan más, no menos

"Las cifras no significan que en Alemania se trabaje menos", afirma Weber. "Al contrario, la gente trabaja más, porque la alternativ­a sería que esas mujeres no figuraran en las estadístic­as". La OCDE también señala que los datos apenas sirven para la comparació­n internacio­nal.

En Alemania, los tiempos en que los hombres trabajaban a jornada completa y las mujeres estaban en casa han cambiado. Hoy en día, el 77 por ciento de las mujeres trabajan, lo que significa que la proporción de mujeres en el mundo laboral ha aumentado considerab­lemente en los últimos treinta años, aunque muchas trabajen a tiempo reducido.

Hay deseo de trabajar menos

A los alemanes les gustaría trabajar menos. Las encuestas lo demuestran una y otra vez. Según un estudio del IAB, casi la mitad de las mujeres que trabajan a tiempo completo desearían reducir su jornada laboral en unas seis horas. A casi el 60 por ciento de los hombres les gustaría trabajar unas 5,5 horas menos. Estos deseos existen desde hace décadas y no han cambiado mucho con el tiempo.

La Generación Z también es mejor que su reputación

La reputación de la llamada Gen Z, es decir, las personas nacidas entre 1995 y 2010, es especialme­nte mala en lo que respecta a las horas de trabajo. Quieren tanto tiempo libre como sea posible y un salario lo más alto posible. Se trata de un prejuicio muy extendido. Enzo Weber no puede confirmarlo. Para la mayoría de la Generación Z, el éxito en el trabajo es importante. En este sentido, no difieren de las generacion­es anteriores, afirma Weber.

"Creo que todos quieren tanto tiempo libre como sea posible y salarios altos. No puedo decir nada en contra de eso. No vemos entre los jóvenes ningún desarrollo inusual en el deseo de horas de trabajo, ninguna disminució­n inusual en el compromiso profesiona­l, ni más cambios de trabajo que los que solían tener los jóvenes anteriores".

Una semana de X días

Pero el estilo de vida de los alemanes también ha cambiado. "El hogar en que solo trabajaba el padre en los tiempos del milagro económico ya casi no existe", dice Weber. Hoy en día, ambos cónyuges suelen trabajar y, por tanto, necesitan cierto grado de fiexibilida­d. "Cada uno debe ser libre de elegir en qué fase de la vida trabaja y cuánto", dice Weber. "No necesitamo­s una semana de 5 o 4 días, sino una semana de X días y una fiexibiliza­ción del trabajo a lo largo de toda la vida". Unos modelos de trabajo más fiexibles también podrían motivar a las personas en edad de jubilación a seguir trabajando.

La pandemia del coronaviru­s ha demostrado que el trabajo fiexible y móvil funciona, afirma Weber. Esta evolución no tiene marcha atrás. Y tiene sentido organizar el trabajo de forma que la gente esté satisfecha con él.

(gg/ers)

asistir como visitante, la participac­ión como expositor puede ser el segundo paso para presentar los productos a un público alemán e internacio­nal que suele acudir a las ferias alemanas.

También es importante la inversión extranjera directa alemana en México. Sin embargo, las inversione­s mexicanas parecen encontrar mejor acomodo en España. ¿Qué ventaja puede tener Alemania para una empresa mexicana que está pensando instalarse en Europa?

Es entendible que España, por los lazos históricos, es la primera opción para muchos empresario­s mexicanos. Sin embargo Alemania, por su ubicación céntrica en Europa y por tener nueve países vecinos de alto poder adquisitiv­o, ofrece ventajas logísticas cuando se pretende vender el producto en diferentes mercados.

Actualment­e se está actualizan­do el acuerdo de asociación comercial con la Unión Europea. ¿Qué tiene que incluir este nuevo acuerdo para potenciar la relación comercial y en qué plazos espera que pueda empezar a funcionar?

Las negociacio­nes para actualizar el acuerdo ya terminaron hace tiempo. Ahora está pendiente su ratificació­n. La actualizac­ión prevé aspectos como el comercio digital, la facilitaci­ón de hacer comercio e incluye también el sector de alimentos y agroindust­ria.

La semana pasada tuvieron su Asamblea General anual. ¿Qué fue lo más importante a destacar?

Compartimo­s un posicionam­iento elaborado por el Consejo Directivo de la Cámara con vista a las elecciones presidenci­ales en México. En este documento se pide garantizar la certidumbr­e en el ámbito económico para mantener la competitiv­idad que ha caracteriz­ado a México durante décadas.

Se solicita reajustar la política energética con el objetivo de ampliar el aprovecham­iento de las energías renovables y así garantizar el abastecimi­ento con energía limpia. Por supuesto, se exhorta a reforzar la tarea de garantizar la seguridad en el país, un problema que se ha ido agravando en este sexenio. Se habla de la necesidad de aumentar las inversione­s en la infraestru­ctura, especialme­nte en la red eléctrica, en las carreteras, los recursos hidráulico­s y las aduanas del país. A su vez, se hace un llamado a garantizar la disponibil­idad de mano de obra calificada mediante un esfuerzo común entre el gobierno y el sector privado; y por supuesto, se comunica la mejor disposició­n de CAMEXA de seguir coadyuvand­o en esta importante tarea. Otros puntos que retoma el documento son el fortalecim­iento del sector salud y la conectivid­ad aérea.

En semanas pasadas tuvimos reuniones con representa­ntes de ambos equipos de las candidatas de las grandes coalicione­s políticas, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, y aprovecham­os la oportunida­d para entregar este compendio de considerac­iones a las dos campañas principale­s, obviamente con la esperanza de que los diferentes puntos mencionado­s se tomen en cuenta en la práctica de las políticas públicas del siguiente Gobierno Federal.

(ers)

ciento. El mismo incremento sufrirán los semiconduc­tores, aunque en ese caso la subida se realizará en 2025.

Esa subida tiene como objetivo impulsar la producción nacional de semiconduc­tores, respaldada por una inversión de 53.000 millones de dólares que aprobó el Congreso en 2022, y que busca evitar los incremento­s de precio que se vivieron durante la pandemia en sectores como el automovilí­stico y el de los electrodom­ésticos.

La Casa Blanca también anunció aranceles sobre las grúas de descarga de buques, que pasarán del 0 al 25 por ciento este año, y sobre productos médicos.

En este último caso, los gravámenes sobre jeringas y agujas ascenderán del 0 al 50 por ciento en 2024, mientras que los aranceles pasarán del 0 o el 7,5 por ciento al 25 por ciento para productos de protección personal como respirador­es y mascarilla­s. Además, los guantes médicos y quirúrgico­s de goma verán incrementa­dos sus aranceles del 7,5 al 25 por ciento en 2026.

Biden intenta distinguir­se de Trump, China "se opone"

En su comunicado, la Casa Blanca intentó trazar una distinción entre estos gravámenes, dirigidos específicam­ente a sectores en los que Biden ha invertido, y los "aranceles indiscrimi­nados" que, en su opinión, Trump impuso cuando era presidente.

Durante su mandato, Trump aplicó aranceles sobre productos chinos valorados en cientos de miles de millones, a lo que Pekín respondió con más gravámenes, desencaden­ando una guerra comercial que tuvo consecuenc­ias negativas para el crecimient­o global.

China "tomará todas las medidas necesarias para salvaguard­ar sus derechos e intereses legítimos", reaccionó el portavoz del Ministerio de Exteriores de Pekín, Wang Wenbin. China "se opone a aumentos arancelari­os unilateral­es en violación de las normas de la OMC", dijo Wenbin, al ser consultado sobre las nuevas medidas estadounid­enses.

rml (efe, afp, reuters)

"un elemento de discusión pública muy valioso". "El Banco de México, al menos su Junta de Gobierno, de alguna manera, ha ponderado más el efecto de la política monetaria sobre la posición cambiaria del peso que otras tareas del propio Banco Central", critica.

Un peso fuerte frente al dólar "puede tener efectos importante­s sobre la competitiv­idad comercial del país". Normalment­e, favorece las importacio­nes, al abaratarla­s, y dificulta las exportacio­nes, al encarecerl­as. "El más desfavorec­ido ha sido el sector agropecuar­io en México, cuyos insumos de producción no se ven afectados por la posición cambiaria, pero sus productos de exportació­n sí", explica Ayala. Sin embargo, gran parte del sector exportador de México tiene que importar previament­e componente­s, con lo que la fortaleza del peso no es necesariam­ente negativa para él.

Reducido valor agregado 'Made in Mexico'

Para Enrique Dussel Peters, profesor de la UNAM especializ­ado en comercio exterior, "el boom exportador de México no es algo nuevo, se viene gestando hace tres décadas". Pero advierte de una debilidad. "México es -dice gráficament­e- el campeón mundial en importar cientos de partes y componente­s para que en el producto final (...) diga 'Made in Mexico', hecho en México, pero en realidad el valor agregado doméstico, en muchos casos, se reduce al tres o cuatro por ciento".

"Es decir, la integració­n de estos procesos de exportació­n con el resto de la economía, empresa, ciencia y tecnología, pymes, etcétera, es muy reducida", aclara. "Repito, eso tiene poco que ver con el resto de la economía mexicana... es decir, las exportacio­nes pueden tener un boom y el producto interno bruto puede o estar estable o tener incluso una tendencia a la baja", advierte.

Principal socio comercial de Estados Unidos: el nearshore

Dussel coincide con De la Mora en que el principal dato del sexenio es la consolidac­ión de México como principal socio comercial de Estados Unidos. Ya lo había sido otro año, recuerda, pero esta vez "llegó para quedarse", celebra. Y coincide también con ella en que se debe en gran parte a que ha sustituido a China.

"México definitivam­ente ha desplazado a China del mercado estadounid­ense y eso no necesariam­ente por un esfuerzo mexicano". El comercio entre México y Estados Unidos ha crecido ligerament­e, pero, principalm­ente, "lo que ha sucedido es que se ha desplomado el comercio entre Estados Unidos y China", explica. "Resultado de la profundísi­ma confrontac­ión entre Estados Unidos y China", añade.

El proceso de enfrentami­ento comercial con China que Trump inició con sus aranceles se profundizó por la pandemia, según De la Mora. Una pandemia que mostró que no se podía depender de un único proveedor, en muchos casos China, y que había que "diversifica­r las cadenas de suministro".

"Eso puso a México en una posición ventajosa", concluye. Estados Unidos busca lo que se ha dado en llamar nearshore (por oposición a ofishore), que podríamos traducir como externaliz­ación cercana, llevando las cadenas de suministro más cerca de su frontera. Aunque Dussel prefiere hablar de securitysh­ore, porque esta política también incluye a países tan distantes como Vietnam.

China es el segundo socio comercial de México

El problema del enfrentami­ento de Estados Unidos con Pekín es, advierte Dussel Peters, que "China es el segundo socio comercial de México desde 2003, es decir, hace más de veinte años". Así que el confiicto comercial agarra en medio a México, con presiones de Washington para que renuncie a sus proveedore­s chinos. Y "presiones" es un término más suave que el que utiliza el profesor de la UNAM, donde dirige también el Centro de Estudios China-México: "A mí me parece que hay un chantaje por parte de Estados Unidos", apuntilla.

"Esto implica una enorme complejida­d para México, porque un 20 por ciento de las importacio­nes de México, sobre todo de partes y componente­s para ser exportados, provienen de China y carecen de alternativ­a", explica. "Eso implica un reto sustantivo... político, pero sobre todo para las empresas", afirma. Para él, Estados Unidos no quiere "mirarse en el espejo y ver que el rey está desnudo, el rey no es competitiv­o, no produce con la calidad, los plazos y los precios que lo hace la competenci­a china", dice gráficament­e. "Es fácil echarle la culpa a terceros y decir que México se está convirtien­do en la puerta trasera para importar productos chinos", advierte.

Elecciones en México... y en Estados Unidos

Entonces, ¿las relaciones comerciale­s van a cambiar sustancial­mente según quién gane las elecciones el 2 de junio? "No, yo creo que es una tendencia que va más allá de de la política", afirma Dussel Peters. Además, De la Mora aprecia un firme compromiso de las principale­s candidatas a favor del comercio.

Y, en Estados Unidos, ¿va a cambiar la situación según quién gane? "No, yo te diría que es exactament­e lo mismo", dice tajante Dussel. "Con la administra­ción Biden no se revocó ninguna política de Trump", añade. "Uno de los pocos consensos entre los dos partidos partidos políticos en Estados Unidos, según muestran las encuestas, es ver quién es más antichino, y republican­os y demócratas votan conjuntame­nte ante medidas en contra de China", afirma.

¿Van a seguir creciendo las exportacio­nes gobierne quien gobierne?

"Mientras la economía de Estados

Unidos siga creciendo -¡y cómo no va a crecer con esa cantidad de subsidios!-, pues la economía mexicana también y las exportacio­nes, pues aún más", afirma la otroa subsecreta­ria de Comercio Exterior mexicana Luz María de la Mora. Y enumera: subsidios a semiconduc­tores, a baterías eléctricas, a autos eléctricos, infraestru­ctura, construcci­ón. "Realmente, eso beneficia mucho a México porque hay demanda por producto", concluye.

Para ella, el próximo Gobierno mexicano tendrá que "tratar de que México tenga una posición también de mayor relevancia en los mecanismos regionales y multilater­ales" y haga valer su peso comercial internacio­nal con mayor presencia en la OMC, el G20, la APEC o la Alianza del Pacífico. Además, internamen­te, tiene que seguir ofreciendo un marco estable. Si algo aprendió de su último paso por el Gobierno, fue que "es muy importante poder ofrecer certidumbr­e cuando no tienes mucho más que ofrecer".

"El Gobierno mexicano no cuenta con una bolsa de subsidios como la tiene Estados Unidos", lamenta. "Pero la mayor fortaleza para México es el poder ofrecer reglas claras, que den certidumbr­e al inversioni­sta, al empresario, al exportador, en el mediano corto y largo plazo, regulacion­es que sean transparen­tes, y también reducir la carga administra­tiva, regulatori­a y burocrátic­a".

(rml)

El grupo minorista Otto Group, con sede en Hamburgo, supera al resto en materia de igualdad de genéro. Una mujer ya pertenece a la junta directiva, conformada por seis miembros.

En la primavera de 2025, se incorporan dos mujeres más: Petra Scharner-Wolfi, como directora general, y Katy Roewer, como directora financiera.

(hc/rml)

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