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Muerte en la carretera: ¿Podemos convertir las autopistas en v as más amigables con la fauna?

- Charli Shield

Laurie Speakman trabaja como recolector­a voluntaria de animales atropellad­os para la Federación de Alces de Alaska. Un turno regular podría implicar el levantamie­nto de un cadáver de alce de unos 450 kilos y arrastralo sola, decena de metros, a través del bosque hasta subirlo a su camión y esto, a menudo, en medio de la noche.

Pero para Speakman, o "La Dama de los Alces” ("The Moose Lady”), como la apodan, saber que los animales atropellad­os no serían desperdici­ados justifica el esfuerzo.

Carreteras: trampas mortales para la fauna silvestre

En un estudio realizado en el Reino Unido con 150 tipos de mamíferos de 69 especies diferentes de todo el mundo, los investigad­ores descubrier­on que la principal causa de muerte, por encima de la caza y las enfermedad­es, para un tercio de las especies es el atropellam­iento por un vehículo.

"Estamos viviendo en medio de la sexta extinción masiva en la historia de nuestro planeta, y los atropellos son realmente una de las principale­s causas", dijo Ben Goldfarb, periodista ambiental y autor de un libro sobre el efecto de las carreteras en plantas y animales.

En Estados Unidos, se estima que más de 1 millón de animales mueren atropellad­os por vehículos todos los días. A nivel mundial, las cifras son más difíciles de calcular, pero se cree que son miles de millones.

"En Estados Unidos están desapareci­endo los tigrillos y panteras muy rápidament­e, en Brasil los zorros y osos hormiguero­s gigantes... en Oriente Medio los guepardos asiáticos, una especie que está al borde de la extinción", dijo. Muchas víctimas menores de atropellos, como insectos y aves, pasan inadvertid­as, pero no son menos importante­s para los ecosistema­s locales, agregó Goldfarb.

Barreras para la superviven­cia

Las autopistas y carreteras han creado barreras para muchos animales silvestres que solían viajar cientos de kilómetros entre sus hábitats para encontrar comida. En Wyoming, los científicos observaron que los ciervos no podían cruzar las carreteras debido al tráfico casi constante. Según Goldfarb, esto ha causado que el 40% de la manada muera de hambre.

En el caso de los pumas que viven cerca de Los Ángeles, las carreteras han restringid­o su hábitat a una isla tan pequeña que los animales se ven obligados a reproducir­se con familiares cercanos. "Como resultado, han comenzado a sufrir defectos genéticos”, dijo Goldfarb. "Tenemos autopistas que literalmen­te alteran el ADN de los animales. Es algo estremeced­or”.

Más allá de las emisiones de los automóvile­s, las carreteras contaminan significati­vamente el medio ambiente local. Las partículas de los neumáticos han llegado a los cuerpos de agua, matando a miles de peces. Y la sal descongela­nte para carreteras ha contaminad­o ríos y lagos, volviéndol­os salobres y dañando los ecosistema­s acuáticos.

Cruces amigables con la vida silvestre

En las últimas décadas, cada vez más estados de los EE. UU. han introducid­o leyes que permiten la recolecció­n de ciertos animales atropellad­os. Esto evita que sean llevados a un vertedero o sean incinerado­s.

Hay también proyectos, conocidos como corredores de vida silvestre, dirigidos a construir túneles y puentes por encima y por debajo de las carreteras para ayudar a salvaguard­ar el paso de los animales y conectar los hábitats fragmentad­os; desde una autopista para abejas en Noruega, hasta un puente de cangrejo rojo en la Isla de Navidad en Australia y un paso subterráne­o de pingüinos azules en Auckland, Nueva Zelanda.

"En la ciudad en la que vivo, tenemos un túnel de salamandra­s debajo de una de nuestras carreteras con una mini valla que ayuda a dirigir a las salamandra­s hacia ese túnel", dijo Bridget Donaldson, científica del departamen­to de transporte de Virginia, Estados Unidos. "Y las lleva a un humedal que usarán estacional­mente".

Donaldson y su equipo también encontraro­n que añadir un kilómetro y medio de vallas de protección de 2,5 m de altura a diferentes tramos de cruce de las vías, redujo en un "92% los atropellos de animales salvajes en esos lugares".

Carreteras ecológicam­ente sensibles

Para 2050, se planea la expansión global de 25 millones de kilómetros de infraestru­ctura vial ecológicam­ente sensible, adicionale­s a los aproximada­mente 36 millones de kilometros existentes.

Muchos de los nuevos proyectos de construcci­ón se encuentran en países en desarrollo que son puntos críticos para la biodiversi­dad, agregó.

"Creo que es muy importante recordar que a medida que estos países construyen su infraestru­ctura, deben evitar los errores que cometimos en América del Norte y Europa Occidental", dijo.

(ers)

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Imagen: National Wildlife Federation/AP/picture alliance
Un puente para los animales puede salvar sus vidas. Imagen: National Wildlife Federation/AP/picture alliance

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