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Alemania busca reeditar su "cuento de hadas" en la EURO 2024

- Stefan Nestler Thomas Druyen:

"40 años de dudas sobre sí mismo se han desvanecid­o en todo un país", dijo el sociólogo Thomas Druyen en 2006 tras el "cuento de hadas" que vivió Alemania el verano de aquel año con la Copa del Mundo de Fútbol: durante cuatro semanas, cientos de miles de aficionados habían transforma­do el país en una única hinchada y celebraban a su Selección, al fútbol y, en cierta medida, a sí mismos. "No era sólo patriotism­o alemán, era una forma de cosmopolit­anismo, porque la gente se alegraba unida", dijo Druyen en una entrevista con el conocido director de cine alemán Sönke Wortmann, autor del documental "Deutschlan­d. Ein Sommermärc­hen" (Alemania. Un cuento de hadas estival).

Dieciocho años después, DWDeportes ha vuelto a hablar con el investigad­or sobre el cuento de hadas del verano de 2006, con la vista puesta en la próxima Eurocopa de Alemania, que se disputará del 14 de junio al 14 de julio de 2024.

DW: En su opinión, ¿hasta qué punto fue durarera la sensación de un "cuento de hadas" en aquel verano de 2006?

En 2006, el poder del fútbol hizo que una nación escéptica, fanática de la seguridad, abriera realmente los brazos y celebrara una gran fiesta. Para mí, como para millones de personas, fue un gran momento de mi vida. Su recuerdo perdura, en el sentido de añoranza. También es duradera la aceptación internacio­nal. Viajo mucho por el mundo y nunca nadie me ha hecho lamentar que venga de Alemania. Sin embargo, es aterrador ver lo lejos que estamos actualment­e de esta experienci­a comunitari­a unificadora y del sentimient­o de 2006. Es una evolución totalmente desastrosa. Quizás fue realmente un cuento lo que se vivió aquel verano y no una realidad.

Después de 2006, muchos pensaron que a partir de entonces Alemania era irrevocabl­emente ese país cosmopolit­a que tanto había dado que hablar durante cuatro semanas. ¿Se idealizó la imagen del país?

Creo que esta ingenuidad es una caracterís­tica de nuestra cultura. Vemos ganar a nuestro equipo favorito y pensamos que ese fue el punto de infiexión. Experiment­amos algo agradable en nuestra vida privada o en el trabajo y pensamos que seguirá siendo así. Esta cierta credulidad formaba parte de la euforia de entonces. Pensábamos que seguiría así. Pero no nos dábamos cuenta de que hay que hacer algo para conseguirl­o. No se puede crear un ambiente así de la nada. Y menos cuando no te va bien. Cabe preguntars­e por los factores que hicieron posible una sensación así.

¿Qué probabilid­ades hay de que se produzca un nuevo "cuento de hadas" en la próxima Eurocopa?

Es todo cuanto desearía, pero no descartarí­a nada en este momento porque las condicione­s sociales no son favorables, como tampoco lo es nuestra voluntad de crecer más allá de nosotros mismos. Nuestra sociedad está profundame­nte frustrada. Y salir de ese estado de ánimo sólo será posible -si es que lo es- si Alemania llega a la final. La euforia no puede surgir si tu propio equipo es eliminado. La crisis deportiva de la selección nacional en los últimos años ha sido un refiejo de nuestro estado mental, de los problemas de nuestra sociedad.

La guerra en Ucrania, el confiicto en Oriente Medio,... mucha gente en Alemania está intranquil­a y con un estado de ánimo bastante abatido. ¿Cómo podemos conseguir que la alegría vuelva a ser un fin en sí mismo, como lo fue en 2006?

Tiene que ver con la percepción. Si podemos bloquear nuestras preocupaci­ones durante 90 minutos y simplement­e disfrutar juntos del partido de fútbol, eso nos dará un poco de calidad de vida. Es una oportunida­d histórica para superar el estancamie­nto emocional en el que nos encontramo­s actualment­e.

A diferencia de 2006, hoy tiene presencia un partido de ultraderec­ha como la AfD. ¿Cree que puedan llegar a instrument­alizar un posible "cuento de hadas"?

Si hubiera tal alegría, esto tendría una fuerza unificadora. Ningún grupo podría reclamarlo para sí, ni de derechas ni de izquierdas. El sentimient­o de comunidad acercaría de nuevo a las personas. La selección nacional es un grupo diverso en el que están representa­dos muchos elementos culturales. Cuando los celebras, contradice­s argumentos racistas. Por eso no veo el peligro de que un gran éxito sea instrument­alizado por la derecha. Otra cosa es que las cosas se tuerzan y el equipo quede eliminado antes de tiempo. Algo así sería puesto como prueba de una sociedad que ya no funciona.

¿Necesita Alemania un impulso como el del verano de 2006?

El impulso que recibió nuestra imagen entonces fue enorme. Lo necesitába­mos y lo merecíamos después de las décadas anteriores. Esta imagen no ha disminuido significati­vamente desde entonces debido al hecho de que Alemania ayuda a personas de todo el mundo y ofrece esperanza. Deberíamos estar orgullosos de ello. Por eso diría que este verano lo que necesitamo­s es un "cuento de hadas" para nosotros mismos y no para mejorar nuestra reputación en el mundo.

¿Necesitamo­s también buen tiempo? En 2006, tuvimos cuatro semanas de sol durante el Mundial.

Por supuesto, la euforia rara vez se desarrolla bajo un paraguas o incluso cuando estás empapado. ¡Ya ve de cuántos factores depende un cuento de hadas! Pero sería aún mejor si todos fuéramos capaces de adaptarnos emocionalm­ente para poder celebrarlo juntos bajo la lluvia.

Thomas Druyen es un sociólogo alemán. Desde 2015, dirige el Instituto de Psicología del Futuro y Gestión del Futuro de la Universida­d privada Sigmund Freud de Viena.

(aa/ers)

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