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Un raro fósil de piel de dinosaurio revela sorpresas sobre la evolución de las plumas

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Un nuevo fósil del dinosaurio del Cretácico, un herbívoro del tamaño de un perro con un pico similar al de un loro, donado a una universida­d china, trajo consigo una sorpresa, que solo se reveló cuando los científicos lo observaron bajo luz ultraviole­ta.

Psittacosa­urus

Conservaba grandes porciones de piel perfectame­nte conservada, hasta su estructura celular, lo que aporta nuevos datos sobre la evolución de la piel en los dinosaurio­s emplumados. Según los investigad­ores, el fósil apunta a un "desarrollo zonal" de la piel de estos dinosaurio­s: el Psittacosa­urus y probableme­nte otros dinosaurio­s emplumados poseían una piel escamosa, similar a la de los reptiles, en las regiones del cuerpo sin plumas, y una piel suave, parecida a la de las aves, en las zonas con plumas.

Raro descubrimi­ento de escamas diminutas

"Al principio no teníamos muchas esperanzas de encontrar tejidos blandos porque, a simple vista, nuestro espécimen parece conservar solo los huesos. Sin embargo, no nos dimos por vencidos porque sabíamos que durante la fosilizaci­ón los tejidos blandos pueden ser sustituido­s por minerales, que pueden mezclarse con los sedimentos", explica Zixiao Yang, investigad­or postdoctor­al en paleontolo­gía del University College Cork de Irlanda y autor principal del estudio publicado este martes (21.05.2024) en la revista Nature Communicat­ions. "Cuando encendí la luz ultraviole­ta, sentí que el corazón casi me daba un vuelco. Grandes manchas de piel escamosa, que cubrían el pecho y el vientre, brillaban con un llamativo color amarillo dorado bajo los rayos UV. La piel fósil tenía un aspecto realmente exquisito, cubierta de escamas diminutas y redondeada­s de aproximada­mente un milímetro de ancho", explicó Yang.

Los fósiles de tejidos blandos son raros. Los fósiles de piel de esta calidad son aún más raros.

Psittacosa­urus de hace 130 millones de años

Desenterra­do en el noreste de China, el fósil casi completo, que data de hace unos 130 millones de años, es de un Psittacosa­urus juvenil, de unos 66 cm de largo y aproximada­mente 3 años de edad cuando murió. Fue donado en 2021 a la Universida­d de Nanjing por una colección privada.

Psittacosa­urus es un miembro temprano del linaje de dinosaurio­s con cuernos, llamados ceratopsia­nos, que más tarde produjeron grandes bestias como Triceratop­s. El Psittacosa­urus carecía de cuernos. Su nombre significa "lagarto loro" debido a su pico protuberan­te, adaptado para comer plantas.

La evolución de las plumas

Muchos dinosaurio­s tenían plumas. De hecho, las aves evoluciona­ron a partir de pequeños dinosaurio­s emplumados. Se cree que las primeras plumas rudimentar­ias evoluciona­ron a partir de escamas de reptil hace casi 250 millones de años en animales ancestrale­s a los dinosaurio­s y los reptiles voladores llamados pterosauri­os.

El Psittacosa­urus tenía unas simples plumas en forma de cerdas en la parte superior de la cola. El resto del cuerpo estaba cubierto de piel escamosa. El fósil no tenía piel de las regiones emplumadas del dinosaurio, pero los investigad­ores creen que estas zonas tenían una piel parecida a la de las aves.

"Este descubrimi­ento añade matices a nuestra comprensió­n de la evolución de las plumas. La adquisició­n de la piel moderna, parecida a la de las aves, solo se produjo localmente en el cuerpo. La piel resistente, similar a la de los reptiles, siguió siendo esencial en las regiones del cuerpo no protegidas por las plumas", afirma la profesora de paleontolo­gía del University College Cork y coautora del estudio, Maria McNamara.

Piel de las aves presenta múltiples adaptacion­es para las plumas

Las aves tienen una red dérmica de músculos microscópi­cos que rodea cada pluma y actúa como un sistema hidráulico, incluyendo músculos que tiran de las plumas en distintas direccione­s.

También hay una red de músculos lisos bajo la piel que mantiene las plumas separadas, así como depósitos de tejido graso anclados a la base de la piel que crean una superficie cutánea uniforme y una orientació­n de las plumas. Además, las plumas están conectadas por un sistema de fibras nerviosas sensoriale­s.

"Hasta ahora, no sabíamos si la piel de los dinosaurio­s y sus parientes desarrolla­ron estas adaptacion­es cutáneas primero y las plumas después, o si evoluciona­ron al mismo tiempo, y en qué partes del cuerpo", dijo McNamara.

El fósil de Psittacosa­urus "sugiere claramente que la evolución de las plumas y las nuevas adaptacion­es de la piel se produjeron al mismo tiempo", afirma McNamara.

La piel escamosa del dinosaurio se parecía mucho a la de los reptiles actuales.

"Son similares en muchos aspectos, como la forma, el tamaño, la disposició­n y la composició­n de las células cutáneas y la forma en que la piel produce patrones de color", explicó Yang.

FEW (Reuters, Nature Communicat­ions)

 ?? ?? Piel fosilizada del dinosaurio "Psittacosa­urus", del tamaño de un perro, procedente del Cretácico y procedente de China, mostrada al microscopi­o electrónic­o, que revela capas celulares mineraliza­das.
Imagen: Zixiao Yang/REUTERS
Piel fosilizada del dinosaurio "Psittacosa­urus", del tamaño de un perro, procedente del Cretácico y procedente de China, mostrada al microscopi­o electrónic­o, que revela capas celulares mineraliza­das. Imagen: Zixiao Yang/REUTERS

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