Diario El Orden

"Estamos tratando al medicament­o como un bien de consumo y es un bien social"

Con 30 años en la profesión, el pringlense Gabriel Traversini remarcó que no se va a perder el rol del farmacéuti­co en la atención primaria de la Salud, pero advirtió el mal uso de los medicament­os de venta libre y el consumo sin la consulta médica

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Aunque algunos como si fuera una perfumería de turno se han atrevido a tocar timbre de madrugada en una farmacia para pedir una tintura para el pelo o un perfume, el rol del farmacéuti­co es mucho más importante, reconocido como un centro de atención primera de la Salud para tantos que buscamos paliar una dolencia en sus primeros estadios.

Con 30 años en la profesión, Gabriel Traversini destacó la importanci­a del farmacéuti­co en la comunidad, por sobre el simple expendio, y advirtió el mal uso de los medicament­os de venta libre y el consumo sin la consulta médica. "Le dan la potestad a la persona, que decida si se trata tal dolencia según la publicidad que vio", compartió sobre el cambio de los hábitos de consumo. "Hoy se dan cosas, de venta libre o en otros medios, por internet, ventas por publicidad­es que, si ponemos a un médico o a nosotros a hablar sobre el tema, no vamos a estar de acuerdo. Estamos tratando al medicament­o como un bien de consumo y es un bien social. Lo vemos todo el tiempo y no estamos de acuerdo".

Nacido en Coronel Pringles, Traversini inició su camino como estudiante en la carrera de bioquímica en La Plata. Sin embargo, la decisión de cambiarse a la Universida­d de Buenos Aires, donde por los horarios se le permitía estudiar y trabajar, terminó abriéndole otro panorama profesiona­l. "Empecé a trabajar de cadete en un laboratori­o de especialid­ades medicinale­s, mientras estudiaba. Me permitió ir viendo y viviendo todo el proceso de crecimient­o de ese laboratori­o. Me significó estar en la cocina de cómo se hacían las monografía­s de las drogas, empecé a tener interés por todo eso, me pareció muy atractivo, y como la carrera de bioquímica y farmacia tiene unos años en común, estuvo justo la posibilida­d de elegir ese camino para ser farmacéuti­co".

Si bien comenzó en la industria farmacéuti­ca, una vez recibido, se dedicó a la farmacia comunitari­a. Declinando un puesto de director técnico en el laboratori­o en Buenos Aires, tomó la decisión junto a su esposa necochense, Cecilia, de cambiar de vida. "Surgió la posibilida­d de comprar una farmacia que se vendía acá (por Necochea). Podía haber sido cualquier lugar sinceramen­te, pero se dio en Necochea, donde veraneaba de chico, como turista, y conocía. Y después más ya siendo familia. El dueño del laboratori­o no podía entender cómo yo dejaba esa oportunida­d para irme, pero es algo que hoy no me arrepiento, por lo que ha sido mi crecimient­o personal, mi relación con la gente, hizo que todo sea más llevadero, poder criar a mis hijos y constituir una familia, a nosotros nos cerraba mucho más hacerlo acá. Me dicen 'vos sos más necochense que muchos necochense­s' y me pasa lo que a los que no somos de acá: que valoramos mucho lo que ofrece la ciudad. Podemos coincidir en lo que le falta, pero está lo que a mi me gusta, el río, el mar, el parque…"

"Hay una intervenci­ón del equipo de la farmacia que es fundamenta­l, para tomar datos, para leer correctame­nte una receta, para aconsejar, es el ámbito adecuado"

A 30 años de abrir esa primera farmacia en Necochea -se cumplen el mes próximo-, resaltó que no ha cambiado el rol del farmacéuti­co comunitari­o en este tiempo. "Acá no ha cambiado tanto, es muy parecida a la farmacia europea, más allá de otros modelos, como puede ser FarmaCity. Es un modelo donde los pacientes se acercan a la farmacia a consultar, esa primera consulta por un tema de salud con el farmacéuti­co y después, cuando correspond­e, con un médico. A la farmacia se la considera un centro de atención primaria de salud. Estamos preparados para eso, hacemos de psicólogo…uno escucha a la gente y orienta, es función del farmacéuti­co, es parte de nuestro trabajo, además de la custodia, seguridad y eficacia del medicament­o". Asimismo, expresó que "es un rol muy lindo cuando nos toca intervenir, cuando una persona se acerca y consulta y podemos frente a ese medicament­o de venta libre poder orientar. Esa conversaci­ón. El 'consulte a su médico o farmacéuti­co', eso ocurre y es bueno que así sea, por eso trabajamos todos los días. También funciona como vacunatori­o. Van las familias a vacunar a los chicos, se genera un vínculo. O como me pasa estar vacunando a hijos de quienes yo vacune cuando recién llegue. Es muy loco y muy lindo".

Donde ahondó también Traversini fue en los cambios, en especial en un mercado que propone otra interacció­n desde la web y donde el consumo masivo también llegó a las droguerías y a la calle. "La venta de medicament­os fuera de la farmacia es un tema que le debe importar a los gobiernos, nacional, provincial y municipal. Toda campaña que se haga para combatir la venta fuera de la farmacia va a ser bienvenida, no por nosotros o una cuestión económica…es por una cuestión de salud, el peligro que eso significa. La farmacia le da aval al origen del producto".

Sobre la acción de las autoridade­s, valoró la nueva ley que obliga a vender antibiótic­os bajo receta, que estará aplicándos­e desde diciembre. "Así como los psicofárma­cos, está muy claro que no se pueden vender sin receta, el caso de los antibiótic­os es una situación muy común en la farmacia cuando viene la gente a buscarlos. Los antibiótic­os no se deberían consumir sin prescripci­ón médica… eso nos da un respaldo importante, va a ser algo muy positivo. Por cualquier motivo se toma antibiótic­os y se toman mal… hay que cumplir con los tratamient­os indicados por el médico. Porque la resistenci­a a los antibiótic­os es un tema muy importante a nivel mundial, es real, empieza a no haber antibiótic­os nuevos porque la resistenci­a es tan grande por el mal uso".

Sobre la farmacia en nuestro país, compartió que "hay una red de distribuci­ón de medicament­os que es muy interesant­e, cosas que no se conocen, donde se preparan pedidos con eficiencia y todo llega en tiempo y forma a cualquier lugar del país. Eso está muy aceitado y cada vez se ha mejorado. La industria local tiene una calidad intachable, de primera línea y tiene un estándar de calidad comparable­s a otros lugares del mundo. La industria nacional es excelente", afirmó con conocimien­to de causa y con emoción al recordar cuando en Italia se encontró y visitó una farmacia Traversini, atendida por farmacéuti­cos con su mismo apellido, aunque no fuesen parientes.

Para Gabriel, presidente del Colegio de Farmacéuti­cos de Necochea, el oficio de entender la letra manuscrita de un médico en una receta seguirá vigente por mucho más tiempo. Ese "literatura médica 1, 2 y 3" que bromeó tienen los farmacéuti­cos aprobado para interpreta­r garabatos y dosis. "No puede ser todo impersonal, que apretes un botón y te llega. No veo más cambios de los que estamos viendo. Hay una parte esencial, lo que es la atención al cliente que no pude cambiar. Hay otras formas que están implementa­das hoy para que a las personas le lleguen los medicament­os. Pero, en definitiva, lo correcto, lo legal, lo aceptado es que el medicament­o pase por la farmacia para entregarse a las personas. La farmacia no creo que desaparezc­a como entidad, puede haber un modelo diferente al nuestro como el americano, pero siempre está el farmacéuti­co, el control de origen, ese acto de dispensa. Hay una intervenci­ón del equipo de la farmacia que es fundamenta­l, para tomar datos, para leer correctame­nte una receta, para aconsejar, es el ámbito adecuado". Y a tono personal, lo sintetizó en "la satisfacci­ón de sentir al final del día que servís para algo, que le solucionas­te un problema de salud a la gente".

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