"Tengo la tranquilidad del deber cumplido, durante 30 años"
Ana Mabel Castro tuvo su último día de trabajo como enfermera, y se jubiló luego de 30 años de profesión, ejerciendo dentro del Hospital Municipal. Se va con muchos recuerdos y la satisfacción de haber aprendido muchas tareas en Laboratorio
"El jueves -6 de octubre- fue mi ultimo día de trabajo, en realidad el día de mi retiro efectivo es el 24, pero como estoy de vacaciones, cuando deba retomar ese día, ya no me reincorporo" cuenta Ana Mabel Castro a Diario EL ORDEN.
Fueron 30 años y un poco más para la pringlense, que ingresó trabajando en el sector de cocina del Hospital Municipal en el 8990, y luego de hacer el curso de enfermera pasó a trabajar en Laboratorio.
"Entré a trabajar a la cocina, como ayudante, en el 89-90, aunque figuro como que entré en el 92. Siempre en el hospital, y mientras trabajaba en cocina se abrió el curso de enfermería, lo hice y me recibí -agrega-.
Al año de haberme recibido no quería irme de la cocina, pero fui uno de los mejores promedios y abanderada del curso, entonces el director de esa época me dijo que necesitaban enfermeras, y pasé a enfermería".
En su momento, con Néstor Bottini como supervisor, pasó al área de Laboratorio y allí trabajó durante todos estos años.
"Hacía trabajos de enfermería, era técnica en laboratorio y administrativa. Néstor me guió un montón, me enseñó el trabajo, hasta que le tomé el gusto y me encanto trabajar ahí. Estuve de técnica en laboratorio estos años, y luego con el tema de la pandemia tuve enfermedad de por medio, cuando volví me respetaron los certificados" amplió.
Sobre la pandemia, señaló: "fue dura, el resto de las de mi edad estaban en consultorios externos y como a mí me faltaban meses para jubilarme, si bien el trabajo en laboratorio es hermoso, les dije que me busquen un lugar más tranquilo para los últimos meses. Me ofrecieron la salita de mi barrio a fines de julio, y estuve ahí de lunes a viernes de 7 a 12, más tranquila".
Ana trabajó a la par que cuidaba a sus seis hijos: "la mayor se quedaba con los más chicos, a veces con guardería. Es bravo trabajar 30 años teniendo solamente domingo o feriado. Pero tengo la tranquilidad del deber cumplido durante 30 años, con errores y aciertos, llantos y risas y compañeros -como en todo lugar donde hay mucha gente- con quienes te llevabas o no. Pero nunca tuve ningún problema serio y tampoco con los diferentes jefes y gobiernos que pasaron" destacó.
Seis hijos y 11 nietos hacen que la vida de acá en mas para Ana sea para repartirse en visitas -muchos de ellos están fuera de Pringles-.
"Los gustos que me he dado son pocos, ir a la cancha a ver futbol por ejemplo. Me dedicare a eso, a ver a mis hijos y nietos, antes se me hacía difícil esperar a los fines de semana o vacaciones. A disfrutar, me voy de paseo porque no tengo esa responsabilidad de volver tal día a trabajar" finalizó.