Diario Huarpe

Familia acusa violencia policial en un operativo

Un asado terminó con 5 personas detenidas. Florencia Richard dijo: “Eran 25 policías contra nosotros, estaban ciegos”.

- POR GUSTAVO BRUNI GBRUNI@DIARIOHUAR­PE.COM

Lo que comenzó con la planificac­ión de una cena familiar en el interior del barrio Rivadavia Norte, terminó en la madrugada de este miércoles en la denuncia de una familia contra efectivos de la Comisaría 23ª por golpes.

Florencia Soledad Richard, de 29 años, le contó a DIARIO HUARPE que en el departamen­to de ese complejo habitacion­al viven 6 personas. Como es una planta alta comparten un parrillero en un espacio común con otros vecinos.

“Tipo 21 horas mi hermano con mi novio empezaron a hacer el fuego para un asado. Una hora después un vecino de la planta baja puso al lado otra parrilla porque era su cumpleaños. Pasaron unos minutos y empezaron a caer personas con hieleritas y bebidas”, narró.

A raíz de esta reunión de personas, alrededor de las 23 horas llegaron 6 u 8 oficiales de la Policía. “Tenían ithacas, ni se identifica­ron de qué comisaría eran. De inmediato pidieron que todas las personas se tiraran al piso, pero mi hermano les trataba de explicar que él estaba haciendo un asado para la familia, que no pertenecía al cumpleaños ni tampoco es taba tomando” , cont inuó Florencia.

La joven afirmó que ante esto su padre “trató de bajar para dar explicacio­nes y lo tiraron al piso”. “En eso mi mamá también bajó y al ver la violencia se desmayó, pero los policías le pasaron por encima y la pisaron. Entonces mi hermano se sacó y les dijo ‘están pisando a mi mamá, date cuenta’. Pero los policías no escuchaban razones”, añadió.

De acuerdo al relato de Florencia, mientras todo esto sucedía ella miraba desde la ventana del departamen­to donde permanecía con su hija de 2 años. “Salí corriendo y vi que las personas del cumpleaños agarraron sus cosas y se iban. Todo era violencia, yo trataba de ayudar a mi mamá mientras a mi hermano 5 policías estaban pegándole”. “Se ve que una policía quiso pegarle a mi hermano con las esposas, pero me dio a mí en la cabeza. Ahí sentí un dolor que me adormeció y caí al piso. Me pegó en la frente y la nariz, caí ensangrent­ada con mi bebé en brazos”, manifestó con la voz quebrada. Señaló también: “Había aproximada­mente 25 policías atacándono­s y diciéndole­s a los vecinos que se metieran en sus casas. A todo eso yo estaba tirada en el piso, lo único que recuerdo fue mirar a la derecha y ver a un policía que disparaba al aire”. Mientras permanecía en el piso, la joven le solicitó ayuda a una oficial de Policía. “Me respondió sacada ‘soltame, a mí no me toques’. Mi novio me logró levantar y me llevaron a un patrullero donde me desmayé como 3 veces. En eso un oficial me decía ‘dale, dale, dale. Deja de hablar y metete a la camioneta rápido’. Yo estaba mareada, me dolía la cabeza y estaba sangrando”.

Todos los involucrad­os terminaron en la Comisaría 23ª. “Allí una de las oficiales me dijo ‘andá a ese baño y lavate la cara porque estás mugrienta’. Yo tenía la cara adormecida, no sabía qué hacer. Otra oficial llegó y me ayudó a lavarme la cara con algodón y servilleta­s. Me metieron a una cocina y vino la ambulancia como a los 40 minutos. Primero la vio a una oficial que supuestame­nte estaba herida, pero a comparació­n mía no tenía nada, y después me atendieron a mí”.

“Yo estaba muerta de frío, ensangrent­ada y los policías estaban fumando al lado mío hasta que me llevaron al Hospital Guillermo Rawson. Ahí me hicieron 4 puntos y una tomografía, a todo esto eran las 2 de la mañana. La Policía le pidió un informe al hospital y de ahí me trajeron a la comisaría. Me sacaron todo para meterme al calabozo: corpiño, alhajas. Ahí me desesperé porque mi bebé de 2 años estaba sola. Mi mamá sufre ataques de pánico, así que le rogué al fiscal de turno, me supo escuchar y me dio la prisión domiciliar­ia para que pudiera amamantar a mi hija”, explicó.

“Si me decís que hay un casco o un chaleco roto, ¿y mi cara? Estaba con mi bebé en brazos. Incluso ellos dijeron que no habían disparado, pero yo recuerdo haber escuchado los tiros. Los vecinos testificar­on y juntaron tres cartuchos que demuestran que sí dispararon. Por eso vamos a iniciar una denuncia por la violencia que tuvieron contra nosotros. A mis hermanos aún esposados lo siguieron golpeando. A mi papá lo mantuviero­n descalzo. Yo estaba en el hospital y la policía no sabía cómo sacarme las esposas, me las tuve que sacar yo. Los oficiales que luego dejaron en libertad a mi papá y a mis hermanos les pidieron disculpas y les dijeron que lamentaban el momento que nos habían hecho pasar. Yo no las acepto”.

INFORME DE FLAGRANCIA

Un llamado al 911 advirtió que en el Rivadavia Norte había varias personas realizando un asado, consumiend­o alcohol y con música a elevado volumen.

“Uno de los sujetos amenazó al personal policial con dos cuchillos, golpeando con el puño al agente Mauro Vallejos en su pómulo izquierdo y en su cuello, además de romperle el casco en la visera. También agredió al agente Gabriel Cortéz con un golpe en su pulgar derecho y a la agente Jenifer Hidalgo en su mano derecha, además de romperle el tricot (buzo)”, indicaron fuentes judiciales.

Se le imputa a Juan Ignacio Richard lesiones leves, atentado y resistenci­a a la autoridad, mientras que al resto la violación a las medidas para evitar la propagació­n de una epidemia.

ABRIERON UNA INVESTIGAC­IÓN

A partir del hecho denunciado por la familia Richard, la Subsecreta­ría de Control de Gestión de la Seguridad Pública inició una investigac­ión para esclarecer las responsabi­lidades de los policías que actuaron.

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▲ La Policía respondió a un llamado por una violación de la cuarentena. Los Richard aseguran que hubo violencia y lo denunciará­n.
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▲ Florencia contó lo que vivió con su familia esta semana.

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