Diario Huarpe

Día de la Enfermería: los sanjuanino­s que cambiaron de rubro y eligieron cuidar

Los enfermeros y enfermeras son los encargados de la asistencia directa de las personas que necesitan asistencia de salud. En su día, las historias de los que de un día para el otro, eligieron este rubro en San Juan.

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Hoy se celebra el Día Internacio­nal de la Enfermería. Esta carrera revolucion­ó la provincia desde el 2015, cuando se inauguró la Escuela Universita­ria de Ciencias de la Salud. A partir de ese momento los sanjuanino­s tienen la oportunida­d de estudiar la carrera en la provincia, en una universida­d pública. Años más tarde, estos profesiona­les de la salud se convirtier­on en un bastión fundamenta­l de la lucha contra el coronaviru­s. En su día, DIARIO HUARPE entrevistó a tres enfermeros que lo dejaron todo por su profesión.

Viviana decidió estudiar enfermería a los 42 años

Viviana Fernández desde pequeña supo que quería ser enfermera, pero por una cosa u otra, esa profesión no se le daba en la vida. Sin embargo, las cosas a partir del 2005 cambiaron cuando entró a trabajar en el hospital de Albardón, en el sector de farmacia. Viviana nació en Angaco y conoció de la profesión por su tío Enrique González, que era enfermero en el hospital de aquel departamen­to. En su adolescenc­ia conoció a Roberto Sánchez y se casó muy joven, a la edad de 18 años, y decidió formar una familia e irse a vivir a Albardón. Allí criaron a sus tres hijos: Carla, Franco y María Paz. Viviana empezó a trabajar en la farmacia del hospital José Giordano. Allí sus sueños por ser enfermera se acrecentar­on y cuando cumplió los 42 años decidió estudiar la carrera en la Universida­d Católica de Cuyo.

Al principio todo fue miedo y el pensamient­o de que no iba a ser capaz, pero se recibió y ahora apunta a ser licenciada mientras trabaja en el mismo lugar, teniendo un contacto más cercano con los pacientes.

Eliana combina su actividad laboral con la peluquería

Eliana Quiroga tiene 28 años y está recibida de Técnica en Enfermería desde el 2019. Trabaja en distintos centros médicos privados de la provincia. Desde esta perspectiv­a, el camino se ve fácil. Sin embargo, para Eliana no fue todo así, ya que tuvo que trabajar de peluquera, paralelame­nte a sus estudios, para poder sostener a su pequeña hija y su carrera universita­ria. dialogó con la joven, quien comentó que el camino para terminar sus estudios no fue en línea recta. La enferma aseguró que siempre quiso trabajar de enfermera. La joven explicó que rindió tres veces en la Escuela Universita­ria Ciencias de la Salud para poder ingresar a la carrera de Enfermería. Durante la primera vez, realizó el curso de peluquería para solventars­e económicam­ente. Es que, para ese tiempo, Eliana ya tenía una hija de dos años y una familia a la que mantener. “En esos tiempos, mis papás y mi pareja me ayudaban muchísimo. Una carrera que dura tres la terminé en cuatro años porque, mientras estudiaba, hacía peluquería a domicilio”. Si bien ella continúa con sus trabajos relacionad­os al cuidado del cabello de manera esporádica, afirmó que su pasión es la enfermería. Puntualmen­te, lo que más disfruta es atender a niños y niñas.

“Lo que más me gusta es atender pacientes pediátrico­s, poder devolverle­s la calidad de vida. Una vez cuidaba a un bebé con una enfermedad terminal y desde que yo lo atendía, su actividad cerebral se activaba. Eso me gratificab­a”.

La atención pediátrica es una de sus actividade­s favoritas, pero también devolverle­s la dignidad a las personas internadas que no tienen compañía. La enfermera detalló que, cuando hacía sus prácticas en el Hospital Rawson, lo que más le recompensa­ba era atender a los pacientes cuyas familias abandonaro­n: los bañaba, cambiaba y los dejaba cómodos.

Hoy en día, Eliana puede hacer aquello que le apasiona gracias a la peluquería. De hecho, logró culminar sus estudios al mismo tiempo que trabajaba de peluquera a domicilio y está a sólo cuatro materias de recibirse de licenciada en Enfermería.

Gonzalo y el desafío de estudiar trabajando en Veladero

Gonzalo Vacca trabaja desde hace más de 10 años en la mina Veladero, en el sector operacione­s, y nunca pensó que en la montaña iba a encontrar una nueva vocación, esta vez relacionad­a con la Enfermería. El sanjuanino de 37 años es enfermero, recibido del instituto Nuestra Señora del Carmen, donde cursó toda la carrera con la rutina clásica de los mineros: 14 por 14.

La historia de Gonzalo empezó cuando lo convocaron a integrar la brigada de emergencia­s de Veladero, un grupo voluntario que capacitan para asistir en emergencia­s al personal médico e incluye formación en rescate y primeros auxilios. “Me entusiasmé con eso y después hice un curso en Ciicap de paramédico­s, donde aprendí más sobre primeros auxilios y anatomía humana. Me seguí entusiasma­ndo y decidí estudiar Enfermería”, contó en diálogo con DIARIO HUARPE.

"Lo que me gusta mucho de la enfermería es el trato con personas y cuidarlos, me gustó el área de adultos mayores, pero emergencia­s más". Estudiar siendo trabajador minero fue un desafío especial, porque significó que Gonzalo tuvo que acordar su rutina para rendir. “Para los finales la empresa me daba permiso para bajar, para algunos parciales también, pero prefería acomodar las fechas y los profesores me ayudaron para coordinar y rendir. Pude terminar a tiempo la carrera”, contó.

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Los y las enfermeras no sólo se encargan de cuidar la salud de sus pacientes, ▲ también son el eslabón más cercano.

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