Territorio sagrado
Ubicado en el altiplano de Argentina, Salinas Grandes de Jujuy es el tercer salar más grande Sudamérica y fue elegido como una de las siete maravillas naturales del país. Es un destino esperado por todo turista que visita la región, un lugar ideal para tomar
fotografías panorámicas y para conocer de cerca su belleza natural a cielo abierto.
Las Salinas Grandes con sus asombrosos paisajes se convirtió es uno de los destinos imperdibles de la provincia de Jujuy. A tan solo 131 km de la capital provincial, el acceso a esta inmensa planicie blanca que llega al horizonte es relativamente fácil, subiendo cuesta, serpenteando y atravesando la impresionante Cuesta de Lipán, hasta superar los 4.100 metros de altura.
Con su blanco de cristal, el tercer salar más grande de Sudamérica con una extensión mayor a las 12 mil hectáreas a cielo, tiene su origen entre cinco y diez millones de años cuando la cuenca se cubrió por completo de aguas provenientes de un volcán. La paulatina evaporación de este líquido y sus componentes, es lo que dio posterior forma a este salar que posee una costra cuyo espesor promedio es de 30 centímetros, resistiendo el peso de vehículos hasta camiones medios. Allí el silencio apenas se rompe con el paso de los animales que habitan la región y los gritos de alegría de los viajeros que juegan con los espejismos que permiten su óptica singular.
A través del voto popular, recientemente Salinas Grandes se coronó como una las 7 Maravillas Naturales de la Argentina, un proyecto que busca inspirar y concientizar sobre la conservación de las bellezas originarias de todo el país a través de la selección de siete íconos. Este enorme inmenso desierto reful
gente los viajeros viven una experiencia única. El silencio es prácticamente total y cada paso al avanzar suena crocante a los oídos. A simple vista todo parecerá lo mismo, pero este territorio ancestral tiene una textura de robusta dureza que es necesario apreciar de cerca para comprenderlo. En el salar se destacan los piletones desde los cuales los trabajadores extraen de forma precaria la sal de primera calidad que luego se comercializa; y algunos obreros del salar son las mismas personas que cumplen la función de guías y acompañantes. También vale la pena acercarse a los orificios con formas cónicas, más conocidos como los “Ojos del salar”. Este ícono nacional recibe más de un millón de visitantes por año y ahora, gracias a la nueva frecuencia aérea de Flybondi –la primera aerolínea ultra low cost de Argentina– Jujuy está más conectada con el resto del país y del mundo. No hay excusas, vale la pena viajar al Norte y descubrir la magia del salar. ¡No se olviden los anteojos de sol!
Sol intenso, cielo azul y un mar de sal custodiado por el nevado de Chañi, Salinas Grandes regala un silencio que te deja sin aliento.
Con su blanco de cristal, Salinas Grandes es el tercer salar más grande de Sudamérica con una extensión mayor a las 12 mil hectáreas a cielo.