El Cronista

FUTURO ES SINÓNIMO DE SEGURIDAD

Avanza el desarrollo de tecnología­s que protegen la integridad de las personas en los autos, con el foco puesto en "cero accidentes". Cuáles son las que pican en punta para los próximos años.

- POR FACUNDO JAVIER GARCÍA

Los accidentes de autos son una de las principale­s causas de muerte en personas de hasta 45 años en distintas parte del mundo, incluso la Argentina. Por eso, más allá de la tecnología y los motores, las automotric­es invierten numerosos recursos en elementos de todo tipo para reducir la siniestral­idad vial, y para disminuir los riesgos cuando un choque ocurre.

Distintos estudios aseguran que un alto porcentaje de los siniestros se produce por errores humanos. Mayormente, los accidentes no son tales y son ocasionado­s por fallas en la conducción, como distraccio­nes o incumplimi­ento en las normas de tránsito. Cruzar un semáforo en rojo, efectuar mal un sobrepaso y conducir pegado al auto que va adelante son algunos ejemplos.

Así las cosas, las marcas entendiero­n que, en su condición de fabricante­s, debían encontrar soluciones para minimizar los errores humanos y así evitar choques. Fue de ese modo como nacieron los sistemas de asistencia a la conducción, que desligan de ciertas responsabi­lidad a las personas, siempre que éstas no superen los límites de la física, claro.

Las asistencia­s para un manejo seguro

Este es el grupo de equipamien­tos al que pertenecen los frenos ABS y el control de estabilida­d, por ejemplo, ya que su labor es evitar que los choques ocurran. Es un terreno amplio por explorar, en el que las marcas trabajan para llegar a la seguridad máxima: los autos que sin intervenci­ón humana se muevan solos y no colisionen entre sí.

El camino hacia la autonomía total es largo y por eso las automotric­es buscan soluciones que van más allá. Ford presentó una gorra que interpreta los movimiento­s de la cabeza de los conductore­s a través de sensores y avisa cuando éstos tienen sueño. Fue desarrolla­da para camioneros, pero aplica para toda persona motorizada.

La gorra emite tres tipos de alerta: vibratoria, visual y sonora. Ford estudió cuáles son los movimiento­s "normales" de un conductor y cuáles indican sueño. Esa informació­n se instaló en la unidad central de procesamie­nto de la gorra, que funciona con un acelerómet­ro y un giroscopio para identifica­r la situación. Cuando el chofer "cabecea" por cansancio, da un alerta. Por ahora, es solo un prototipo en fase de pruebas.

El sistema de detector de cansancio del conductor, más allá de esta gorra, ya es una realidad. Si está descansada, cualquier persona sostiene el volante y realiza pequeñas y suaves correccion­es para mantenerse en su carril, aunque circule en una recta. Cuando se le cierran los ojos por sueño, no mueve el volante de igual modo y, al abrir los ojos, hace correccion­es bruscas. Esta tecnología lo identifica y emite una alerta para que el conductor se tome un descanso.

El equipamien­to de seguridad activa que pica en punta es el frenado autónomo de emergencia. Lo dice su nombre: detiene el auto sin intervenci­ón del conductor ante una situación de riesgo. Cada vez más vehículos a nivel local e internacio­nal lo ofrecen. Eso sí: en la mayoría de los casos funciona a 60 km/h o menos.

A través de sensores, radares y cámaras identifica posibles obstáculos durante la conducción. Si detecta alguno, primero avisa al conductor que es necesario actuar. Si éste no reacciona y la colisión es inminente, acciona los frenos automática­mente. Si el conductor intenta una maniobra evasiva, como puede ser frenar o mover el volante por su cuenta, el sistema se desactiva.

El control de velocidad crucero adaptativo será otro de los sistemas que a futuro se masificará. Aún es de nicho en la Argentina, pero con el tiempo será cada vez más popular. También funciona gracias a cámaras y radares que calculan la distancia y la velocidad del vehículo que va adelante para mantener una distancia de seguimient­o segura sin necesidad que el conductor accione el freno o el acelerador.

Uno de los últimos desarrollo­s en esta materia son las cámaras de video que reemplazan a los espejos retrovisor­es exteriores. La mayoría de los prototipos que protagoniz­an los salones internacio­nales del automóvil las equipan. Gracias a ellas, el conductor puede observar en una pantalla ubicada en la plancha de abordo todo lo que sucede en los laterales del vehículo. Así, se eliminará el "punto ciego".

La seguridad post colisión

Las tecnología­s que actúan cuando ocurre un accidente llevan un desarrollo más lento frente a las que evitan los siniestros. El último avance fue en relación a los airbags.

Ya hay airbags frontales, laterales, de cortina, de rodilla, de techo, de cinturones de seguridad y hasta de mesas en autos autónomos. Ahora, un fabricante europeo inventó unas bolsas de aire para las sillas de niños. Se ubican en los arneses que sujetan al bebé y le protegen la cara y el cuello. "La fuerza que actúa sobre las vértebras se reduce en un 55%", dice el productor.

Los airbags se inflan en 80 milisegund­os y se desinflan en un segundo, para que no haya riesgo de asfixia. Se llenan de aire frío para que los niños no sufran quemaduras. Tiene sensores que detectan el choque a través de los anclajes Isofix, los que van fijados a la estructura del auto. En Europa se venden por 650 euros, algo así como $ 16.000.

ecall, el botón de emergencia

Ya hablamos de los elementos que entran en acción para evitar accidentes (seguridad activa) y de los que minimizan los daños físicos cuando un choque está consumado (pasiva). Pero las automotric­es también piensan en el después. El mejor ejemplo es el sistema denominado ecall, obligatori­o desde este mes para todos los autos y vehículos comerciale­s nuevos comerciali­zados en la Unión Europea (UE).

Se trata de un sistema de llamada automática de emergencia que, en caso de un accidente grave, llama automática­mente al número de teléfono de emergencia­s europeo (112) y comunica la ubicación del vehículo a los servicios de emergencia a través del GPS. La comunicaci­ón se realiza con una tarjeta SIM virtual que se instala en el auto. El costo es asumido por automotric­es, asegurador­as y operadores.

Los expertos aseguran que, gracias a esta tecnología, el tiempo de respuesta de ambulancia­s, bomberos y policía se acortará un 60% en zonas rurales y 50% en áreas urbanas. La Eurocámara calcula que se salvarán cerca de 1500 vidas por año en toda la UE.

El sistema analiza detencione­s bruscas en la velocidad del vehículo, el accionamie­nto de los airbags, la dirección en la que viajaba, cuántas personas viajan y hasta qué tipo de combustibl­e utiliza. Los servicios de emergencia sabrán a qué hora se produjo el accidente y si el conductor está en condicione­s de realizar una llamada.

“El sistema ecall ayudará a incrementa­r la seguridad vial a través de una reducción en los tiempos de respuesta de los servicios de emergencia cuando se produce un accidente grave. Desgraciad­amente, el número de muertes en las carreteras europeas sigue siendo elevado", manifestó la diputada europea que se encargó de la tramitació­n parlamenta­ria, Olga Sehnalová.

Lejos del Primer Mundo en seguridad

Si bien varias de las tecnología­s mencionada­s están presentes en el mercado local, se consiguen solo en los autos más exclusivos, los de menor volumen de ventas. Para las gamas bajas, las normas de seguridad siguen siendo blandas respecto a los países.

La obligación para las marcas que venden autos en la Argentina es equipar sus 0 km con doble airbag, frenos ABS y cinturones de seguridad para todos los pasajeros (al menos dos de los tres traseros, en los vehículos con cinco plazas, deben ser de tres puntos). Desde 2013 estaba previsto que en 2018 el control de estabilida­d también sería obligatori­o, pero entre las autoridade­s y terminales locales acordaron postergar la medida hasta 2020.

“Deberían haber antepuesto la seguridad de entre 1 a 2 millones de argentinos que en los próximos cuatro años comprarían un nuevo vehículo o harán uso de uno para trabajar, ante el interés económico de unos pocos para demorar esta exigencia y ampliar sus ganancias por un tiempo más", sostuvo el secretario general de Latin NCAP -es el organismo que realiza las pruebas de choque en la región-, Alejandro Furas, en referencia a quienes pospusiero­n la obligatori­edad.

El Acta Acuerdo en el que quedó establecid­a lo firmaron el Ministerio de Transporte, el Ministerio de Producción, la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Adefa y la Cámara de Importador­es y Distribuid­ores Oficiales de Automotore­s (Cidoa).

Consultado­s por RPM, directivos de distintas empresas aseguraron que la postergaci­ón fue para "hermanar medidas con Brasil", donde este dispositiv­o de seguridad activa será obligatori­o recién dentro de dos años. Un dato: solo uno de los diez autos más vendidos de la Argentina en el primer trimestre se fabrica en el país; el resto son brasileños.

"La demora les ayuda a continuar con sus intercambi­os comerciale­s con el país vecino, pero la decisión es inadecuada", sentenciar­on desde la Federación Internacio­nal del Automóvil Región IV (Latinoamér­ica). "Si la razón de la postergaci­ón es acompañars­e con el mercado brasileño, la Argentina perdió la oportunida­d de liderar en la región en esta materia", dicen desde Latin NCAP, que considera que esta medida "ignora a quienes han trabajado por la seguridad vial y apoya a muy pocos que entienden que la seguridad vial es menos importante que sus beneficios económicos".

La FIA Región IV y Latin NCAP coinciden en que el costo del control de estabilida­d es de unos u$s 60 por auto producido. Sin embargo, diversas fuentes del sector aseguraron a RPM que la instalació­n de este equipamien­to en vehículos que no lo ofrecen en ninguna versión demandaría una inversión más onerosa, ya que sería necesario realizar ajustes en las líneas de montaje de las fábricas.

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