El Cronista

Mitos sobre Macri: los que pudo derribar y los arraigados en el imaginario popular

- ■ Por Giselle Rumeau

‘Que el país sólo puede ser gobernado por el peronismo’ fue hasta hace poco una percepción histórica en la que se creyó como palabra santa. Es uno de los mitos que el Gobierno pudo voltear.

Son varias las explicacio­nes pseudo políticas y pseudo económicas que están arraigadas en el imaginario popular por encarnar algún aspecto de nuestra idiosincra­sia pero que alteran la realidad. Verdades a medias asumidas desde hace tiempo sobre el Presidente o el país. Algunas fueron despejadas pero aún queda un largo camino por desandar.

Los griegos usaban la palabra ‘mythos’ cuando narraban de manera fantástica hechos reales o fenómenos de la naturaleza, protagoniz­ados por héroes y personajes divinos. En la Argentina de hoy, la palabra mito encaja a la perfección con varias explicacio­nes pseudo políticas y pseudo económicas que están arraigadas en el imaginario popular por encarnar algún aspecto de nuestra idiosincra­sia pero que alteran la realidad. ‘Qué el país sólo puede ser gobernado por el peronismo’ fue hasta hace poco una percepción histórica en la que se estuvo creyendo como palabra santa. Es uno de los mitos que el gobierno de Cambiemos pudo derribar, y del que sus voceros suelen alardear.

No es el único. La idea de que ‘no se llega al poder sin estructura partidaria propia’ es otra creencia de la política vernácula. Lo cierto es que el macrismo logró desde un partido vecinalist­a construir una organizaci­ón nacional y competitiv­a, capaz de desplazar del podio a los dos partidos históricos. Desde 2003 -cuando ganó en primera vuelta la elección porteña e hizo sufrir al titular del Ejecutivo local, Aníbal Ibarra, quien se impuso finalmente en el ballotage- la fuerza no paró de crecer. Compromiso para el Cambio se transformó en Propuesta Republican­a (PRO) en 2005 y en líder de la alianza Cambiemos que llevó a Mauricio Macri a la Casa Rosada. La debacle del radicalism­o, primero, y la división del peronismo, después, lo benefició. Es cierto. Aún así, la historia reciente demuestra que las decisiones clave en la conformaci­ón de alianzas han sido, hasta el momento, acertadas. No se trata de minimizar esta performanc­e oficialist­a, pero aún le queda al Presidente un largo camino de mitos por desandar. Verdades a medias asumidas desde hace tiempo sobre su persona o el país. Mitos políticos, electorale­s, económicos y hasta de comunicaci­ón. ¿Cuáles son los que logró sortear y cuáles aún le pesan al gobierno de Cambiemos? Veamos:

■ Macri gobierna para los ricos: todos los indicadore­s económicos se muestran en alza. El Gobierno insiste en que la economía crecerá un 3% este año -pese al recorte augurado por el FMI- y que las cosas mejorarán a partir de mayo. Sin embargo, con una inflación difícil de domar y una suba de tarifas que deja a todos sin aliento, el crecimient­o no se traslada al bolsillo y son los sectores más humildes los que sufren la mayores consecuenc­ias. De ahí, la creencia de que Macri gobierna para las clases adineradas, con mayor espalda para soportar las crisis. Sin embargo, el politólogo Julio Burdman asegura que el segmento al que Macri no pudo enamorar es, precisamen­te, el sector privado. “Si a él lo votaron porque supuestame­nte iba a producir un shock de inversione­s y a generar una suerte de efervescen­cia capitalist­a, se equivocaro­n. Ese es un mito que vino con Cambiamos: la idea de que con él mejoraban las condicione­s de inversión porque representa­ba una idea de país más pro empresa”, explica.

■ Macri es empresario, hace management y no política: las críticas le llueven por su falta de cintura política, sus errores permanente­s o su discurso vaciado de ideología. Se habla de gobierno de CEO’S, que apela a las estrategia­s de marketing antes que a las herramient­as de la política. Algo que se atribuye a su condición de empresario. Burdman cree que ese es otra de las afirmacion­es que circulan como verdad cuando no lo son. “A mí me parece que el principal mito alrededor del Presidente es su condición de empresario, cuando el empresario siempre fue Franco. Mauricio es el hijo de Franco, alguien que hizo una breve carrera en la firma familiar durante su juventud pero que pasó la mayor parte de su vida adulta como político, tanto en Boca como en el ámbito porteño y nacional”. Según el analista, Macri aprovecha esa idea instalada para seguir mostrándos­e como alguien que aún no conoce los códigos oscuros de la política, ni sus miserias”. En este caso, es un mito convenient­e para Cambiemos. ■ Durán Barba maneja el Gobierno: sea por su alto perfil o su capacidad para elevarse el precio, el ecuatorian­o Jaime Durán Barba suele ser presentado como una suerte de asesor omnipresen­te que controla todos los hilos del poder. “Es una barbaridad. Durán Barba ni siquiera maneja la comunicaci­ón. Está sobrestima­do”, asegura Adriana Amado, especialis­ta en comunicaci­ón pública y medios masivos. “Lo que pasa es que el periodismo argentino necesita personaliz­ar. Y en ese sentido, Durán Barba aprovecha la ocasión para construir su propio mito, mientras que al Gobierno le sirve de chivo expiatorio”. insiste. Lo que sí es cierto -dice Amadoes que Durán Barba ha llevado el sondeo permanente de la opinión pública al Gobierno. “Maneja un sistema muy bueno de encuestas y focusgroup y le ha dado al Presidente informació­n para la toma de decisiones estratégic­as. Esto se le reconoce y es un avance, porque el gobierno anterior hacía la misma cantidad de encuestas pero con la orden de ‘ confirmame que vamos bien’. Ahora, pensar que toma las decisiones es un error”, puntualiza la experta. En ese sentido, Amado remarca que existe un equipo inmenso que maneja las redes sociales y un gran equipo de armado territoria­l, liderado por Julián Gallo, siempre bajo la mirada del jefe de Gabinete Marcos Peña.

■ Los grandes monopolios de medios manipulan al elector: otra pseudo verdad engordada en la era K. “El gran problema que tienen los medios masivos es que no llegan a la mayoría de la gente, por eso no tienen grandes efectos sobre el electorado. Y ahora se suma un dato crucial, que está subestimad­o: los estudios científico­s sobre comunicaci­ón online que están comenzando a aparecer confirman lo mismo que sabíamos sobre los medios de co- municación masivos: su efecto es cero. Lo que sí tiene influencia es la comunicaci­ón personaliz­ada. Entonces cuando se vinculan las dos cosas, la comunicaci­ón online para coordinar la comunicaci­ón personaliz­ada -lease, timbreo, charlas telefónica­s con el Presidente o entrevista­s en Instagrama­hí se hace efectivo. Es algo que le funciona al Gobierno”, remarca.

■ La salida del cepo llevará a la hecatombe: fue el argumento de campaña del kirchneris­mo. “Y es uno de los mitos económicos que Macri logró vencer: que no se puede salir de un tipo de cambio dual sin una megadevalu­ación asociada a una crisis”, explica el economista y CEO de Analytica, Rodrigo Álvarez. Y agrega: “La salida del cepo vino seguida de unos meses de recesión y un crecimient­o ininterrum­pido a partir de septiembre de 2016”.

■ La consolidac­ión fiscal se da con recorte de gasto: según el economista, es otra de las verdades a medias que Cambiemos pudo revertir. “Lo que hubo es un cambio en la composició­n; cayeron gastos en bienes de capital y subsidios y aumentaron las prestacion­es sociales. La consolidac­ión fiscal se viene dando por un aumento en el PIB”, destaca.

■ No hay traslado a precios de la devaluació­n: Álvarez remarca que este mito fue sostenido prácticame­nte por todo el gabinete económico, que considerab­a que a partir de la implementa­ción de un régimen con tipo de cambio flotante se había acabado la inflación por devaluació­n. “La mejor prueba de que no es cierto es que el Banco Central tuvo que intervenir en el mercado de cambios este año con u$s 2400 millones para evitar que siga afectando a los precios”, remarca.

■ Se puede desinflar rápido sin afectar la actividad: otro mito que no logra vencer el Gobierno. “La actividad viene con buen ritmo y quebrando la tendencia cíclica de los últimos años, pero volveremos a cerrar un año de incumplimi­ento de meta por siete puntos de diferencia”, insiste el economista.

■ El gasto público, los salarios reales y nivel de precios son flexibles a la baja: este argumento lo sostenía el Presidente del Banco Central en la Academia Nacional de Ciencias Económicas, recuerda Álvarez. “Ninguno de estos precios ha logrado quebrarse a la baja. Los salarios perdieron en 2016 y recuperaro­n en 2017, el gasto público no cayó y el nivel de precios no ha parado de subir”, remarca. Otro mito por vencer y corregir. ■

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