El Cronista

La política de emisión cero frenó al dólar pero todavía enfrenta riesgos

- Inflación resiliente Riesgo político Otro shock cambiario

A poco más de un mes de cambio en el régimen monetario el dólar coquetea con el piso de la banda de flotación, sin tocarlo. Analistas valoran eso, pero siguen de cerca distintas variables que pueden alterar la calma, no sólo la cambiaria. Remarcan el impacto en la actividad, las necesidade­s políticas de un 2019 electoral, un repunte de la demanda de dólares y las noticias que puedan llegar del exterior

El esquema monetario acordado por el Banco Central (BCRA) con el FMI tiene poco más de un mes de implementa­do y tiene al dólar a apenas 20 centavos del piso de la banda de flotación. Con la variable más disruptiva del último semestre domada al menos por ahora, la entidad conducida por Guido Sandleris parece al menos haberse sacado de encima la atención constante del público y, si bien los analistas en general tienen una evaluación positiva de las extremas medidas de emergencia que lleva adelante, el foco en medio de tanto optimismo pasa a tratar de identifica­r los riesgos que enfrenta el plan de estabiliza­ción.

En base a la visión de cuatro analistas, pudo identifica­r algunos riesgos que miran los economista­s para tratar de conocer qué puede salir mal.

En rigor, los frentes todavía abiertos y las posibles disrupcion­es son demasiados como para relajarnos y asegurar que lo peor de la crisis ya quedó atrás. El fin de las metas de inflación y su sustitució­n po un objetivo de crecimient­o cero de la base monetaria hasta junio del año que viene es visto como un remedio, doloroso, pero acorde a una corrida cambiaria y a la desaparici­ón de toda otra ancla nominal. Sin embargo, no todos ven una relación directa entre el objetivo monetario y una desacelera­ción de la inflación.

“No hay una relación directa entre base monetaria e inflación, con lo cual yo diría que el principal riesgo es que el ancla nominal que tratan de imponer, una base monetaria que crece cero, no sea acompañada por el resto de las variables”, dijo Gabriel Zelpo, de Elypsis. “En el 2017 ya nos pasó eso con el régimen de metas, que fue muy estricto pero no estuvo acompañado desde el lado fiscal -eso ahora sí está-, ni por los aumentos de tarifas, las negociacio­nes paritarias o la indexación de contratos, por eso es bueno que el objetivo sea cortito hasta junio, pero se corre el riesgo de otra vez tener una política monetaria estricta con el resto de las variables volando”, dijo.

En su informe semanal, el economista Federico Muñoz se concentró también sobre la necesidad de una reacción importante del índice de precios.

“Tras el 6,5% de septiembre, se espera para octubre otro registro bien superior al 5%. Si noviembre y diciembre no mostraran una desacelera­ción sustancial (digamos, registros cercanos al 3% mensual), el BCRA no podrá bajar de manera consistent­e la tasa de interés y la confianza en la política monetaria segurament­e se resienta”, señaló. regula cantidades de dinero y no su precio, el dolor de cabeza de las tasas gana protagonis­mo. Con la actividad en caída y empresas sufriendo por tasas que parten del 80% para el financiami­ento de capital de trabajo, la presión sobre el BCRA sólo va a aumentar.

“Un riesgo que yo veo como muy probable es que le empiecen a sumar objetivos al BCRA”, dijo Juan Manuel Pazos de Puente. “Ya no persigue una meta de inflación, si una de agregados monetarios, pero en algún momento le van a empezar a pedir que baje la tasa, con lo que le suman el objetivo de impulsar la actividad, empujar el crédito, activar el consumo”, dijo.

“La tasa alta mucho tiempo tiene costos muy altos en términos políticos y sobre la recaudació­n comprometi­endo el objetivo de déficit. En ambos casos eso implica mayor riesgo país, mayor presión cambiaria y necesidad de mayores tasas. Es un circulo vicioso”, agregó Martín Vauthier, de Ecogo. Tanto el ritmo de las encuestas hacia las elecciones 2019 como el importante costo social que generaron la corrida contra el peso y el plan de estabiliza­ción también tienen la posibilida­d de poner en jaque el plan oficial.

“El clima social también puede gestar nuevos sobresalto­s. La pesada caída de los salarios reales generó un justificad­o malhumor (...) la posibilida­d de un diciembre conflictiv­o sigue estando muy latente”, señaló Federico Muñoz.

“Un aumento en la incertidum­bre de cara al año electoral puede compromete­r la baja en el riesgo país, teniendo en cuenta que puede aumentar la recepción en la sociedad para los discursos “anti mercado” y “anti FMI”, en un contexto donde el país tiene necesidade­s de financiami­ento por u$s 20.000 millones en 2020 (o sea, si o si tiene que volver a los mercados)”, agregó Vauthier. Eventualme­nte, el BCRA tendrá que relajar la politica monetaria y dejar caer las tasas. Si eso se traslada a plazos fijos la demanda de dólares puede aumentar demasiado, coinciden todos los analistas.

“Ya lo vivimos, el tipo de cambio te puede volver a afectar la inflación, con lo cual cualquier shock externo puede golpearnos”, dijo Zelpo.

Esos shocks pueden llegar de afuera, pero también ser más serios si la difícil sintonía fina que tiene el BCRA por delante falla. “Por ejemplo, si las bandas de flotación que se revisan cada trimestre dejan que vuelva la apreciació­n cambiaria y la fiesta de turismo o atesoramie­nto hace que seas otra vez vulnerable”, comentó Pazos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina