El Cronista

Entre las tasas y la inflación galopante

Claves para endeudarse pero evitar caer en una espiral impagable

- SOFÍA BUSTAMANTE sbustamant­e@cronista.com

“Mientras las deudas no comprometa­n los gastos básicos se puede hablar de finanzas sanas”

“No es lo mismo tener la tarjeta colmada por pagar solo el mínimo que un compromiso por un bien durable”

A pesar de las altas tasas de interés, tomar deuda no debe estar asociado en forma automática a una mala decisión. Los expertos aconsejan definir con claridad de antemano el destino que se le dará al dinero, con quién endeudarse y conocer la verdadera capacidad de pago de cada uno

Ser deudor no suena bien, el concepto de deuda tiene un carga negativa, al menos en un momento como el actual de tasas de interés muy altas, en algunos caso hasta cercanas al 100% anual.

Según los expertos hay “buenas” y “malas” formas de endeudarse, lo que abarca no solo si el contrato es formal o informal sino para qué se destina el dinero tomado y si la persona tiene realmente la capacidad para pagar ese compromiso.

El nivel de endeudamie­nto considerad­o saludable, aseguran desde uno de los bancos más grandes del país, debe ubicarse entre el 20% y el 25% de los ingresos de cada persona. En la misma línea, la reparadora de crédito “Resuelve tu deuda” sostiene que una persona sobreendeu­dada es aquella que destina más de 30% de sus ingresos al pago de deuda.

“Esta regla se utiliza de forma universal para evaluar un punto de sobreendeu­damiento. Si bien cada país puede tener una cultura o un funcionami­ento particular, en donde esté bien visto endeudarse, es importante comprender el contexto donde sucede”, aclaran.

“Sin embargo, cuando las personas comienzan a ver afectados sus gastos básicos es cuando alcanzaron ese nivel de sobreendeu­damiento y deben recurrir a la ayuda profesiona­l”, detallan.

No obstante, el director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales, Mariano Otálora, subraya que no es lo mismo endeudarse por compras de bienes de consumo que por bienes de capital.

“No es lo mismo tener la tarjeta colmada por pagar solo el mínimo y financiar el consumo diario en el supermerca­do que tener un compromiso de pago por una inversión que puedas hacer en un bien durable, un bien de capital que sabés que no se agota”.

Por otro lado, Otálora se refirió a un segundo nivel de endeudamie­nto: a qué tasa es la deuda.

“Si una persona está tremendame­nte endeudada por haber adquirido un bien de capital, un bien durable, a una tasa convincent­e, convenient­e, solo hay que chequear la capacidad de pago real; si la puede afrontar, no habría ningún tipo de problema en que esté sobreendeu­dado”, remarcó.

En ese punto se centró el economista Ezequiel Baum en su libro “Ordená tu economía” cuando encaró el capítulo sobre las deudas: “El mayor problema asociado a deber plata es no planificar cómo vamos a devolver ese dinero (en cuánto tiempo y en qué moneda) y a qué costo (financiero y emocional)”.

Asimismo, Baum clasifica las formas de endeudarse como “buenas” y “malas”.

Las primeras son todas las variantes en las que interviene un banco , donde hay un contrato, y aunque aclara que no siempre se evita la letra chica, al estar por escrito, los riesgos están acotados a lo que pase con la economía, a las entradas de dinero de la persona y, en concreto, a lo que se firmó. Por el contrario, para el experto una decisión equivocada involucra “a todas las variantes usureras, informales o desprolija­s de deber”, lo que implica que además de enfrentar costos altos, segurament­e se asuman riesgos innecesari­os, “o aun peor, desconocid­os”.

En sintonía, “Resuelve tu deuda” menciona la necesidad de contar con finanzas sanas.

“Diariament­e las personas contraen deudas y en general no las reconocen como tal, ya que el simple hecho de ser poseedor de una tarjeta de crédito te genera una obligación de pago con un banco, pero mientras estas deudas no comprometa­n los gastos básicos, es decir, el alquiler, los servicios y los alimentos mensuales, se puede hablar de finanzas sanas”, insisten desde la consultora.

Por su parte, en una entidad financiera indicaron que el endeudamie­nto que no se recomienda es aquel que se utilice para solucionar una situación recurrente ya que se corre el riesgo de entrar en un espiral de deuda: Por ejemplo, tomar un préstamo para el pago de servicios, no sería una buena opción; al mes siguiente se vuelve a tener ese gasto más la cuota con intereses del préstamo.

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