“Esta situación va a tener un término, la cuarentena no va a ser eterna como dicen”
Asegura que, incluso en el AMBA, es posible que surjan flexibilizaciones y rescató los avances en el interior. Justifica la estrategia en Villa Azul
Asegura que, incluso en el AMBA, es posible que surjan flexibilizaciones y rescató los avances en el interior. Justifica la estrategia en Villa Azul.
El doctor Pedro Cahn es uno de los infectólogos más reconocidos y consultados por el Gobierno en medio de esta pandemia. A pesar del aumento de casos y del descenso de la temperatura se muestra optimista ante posibles flexibilizaciones luego del 7 de junio, incluso en la Ciudad de Buenos Aires y en el conurbano bonaerense.
—¿Qué análisis hace de los datos actuales? ¿Era esperable el aumento de casos?
—Sí, era previsible que aumenten los casos. De hecho, cuando se empezaron a producir los casos se puso en marcha el plan Detectar. Lo que hace es cambiar la ecuación: en vez de esperar que los pacientes vengan, se va a hacer una búsqueda activa de pacientes sintomáticos, se los testea y aísla.
—La ciudad y la provincia de Buenos Aires tienen diferentes políticas en los barrios vulnerables ¿Qué opina de estas estrategias?
—Es una situación diferente. La Villa Azul tiene 3000 habitantes y la 31 tiene un número indeterminado entre 40.000 y 60.000. No es lo mismo. Además, a 150 metros de la Villa Azul está la Villa Itatí donde hay 40.000 personas. Si lo que sucede en Azul se corre a Itatí estaríamos en un problema muy serio. La medida no es ni buena ni mala, si se ajusta a la necesidad específica de cada caso. No es que todas las villas tengan que ser cercadas o algo así.
— ¿ Le parece correcta la estrategia en Villa Azul?
—Si esto fuera una villa que está en el medio del campo no hubiera tenido sentido hacerlo. Pero si está a 150 metros de otra con 40.000 habitantes, bueno, hay una razón de salud pública para justificar una medida extrema como esta. Y además es transitoria, no es que se va a transformar esto en un gueto o algo por el estilo.
—Ante el surgimiento de un eventual medicamento o de una vacuna, ¿de qué manera podría imaginarse la llegada a Argentina?
—Eso me excede, depende del ministro de Salud. Distribuir un medicamento es más fácil, sobre todo si es uno que ya existe. Igualmente hasta ahora ninguno demostró que sirvió. En el caso de una vacuna, hay que producir vacunas para 8000 millones de personas. Es un desafío estratégico y logístico. Me genera un moderado optimismo que hay una enorme cantidad de estudios en marcha, tanto para medicación como para vacunas. De alguna manera, de tanta cantidad tendrá que salir calidad.
—¿Se propaga mejor el virus con bajas temperaturas? ¿Puede ser un riesgo la llegada del invierno?
— Sí, porque las infecciones respiratorias circulan con más facilidad con los climas fríos. Pero este es el primer invierno que nos va a agarrar con medidas de distanciamiento social. Inclusive si la cuarentena se aligerara en alguna de sus expresiones, la gente aprendió que tiene que lavarse las manos, toser en el codo, usar barbijo y mantener distancia social. Por eso tenemos menos infecciones respiratorias que el año pasado a esta altura. No me sorprendería que el impacto del invierno no sea tan alto.
—Entre el aumento de casos y el invierno, ¿ resta esperar mucho para flexibilizar la cuarentena en el área metropolitana?
—Hay que mirarlo con cuidado y analizar más cerca del 7 de junio. Hay muchas profesiones que siguieron trabajando: periodistas, farmacéuticos, fuerzas de seguridad, alimentación. Y no tuvimos una cantidad anormalmente alta de casos en esas poblaciones, ya que se siguieron las normas de distanciamiento social. No descarto que se puedan abrir actividades en un futuro no muy lejano.
—Por fuera del AMBA, ante los pocos casos registrados, ¿es posible que vuelvan las clases en las próximas semanas?
—Seguro, de hecho está ocurriendo. En Corrientes y Jujuy se han empezado a habilitar actividades. Pero también sucederá en el AMBA. Esto tiene un término, no será una cuarentena eterna como dicen.
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