El Gobierno se ilusiona con cambios en el BID
Casi desde la penumbra y con sumo cuidado de no errar en el cálculo, el Gobierno mira con atención y acciona discretamente en la disputa de poder que se abrió por la conducción del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la institución más grande e importante de América latina y el Caribe para conseguir créditos necesarios para financiar las obras de infraestructura y otros proyectos orientados al crecimiento, la reducción de brechas en la región y, en forma urgente, la recuperación económica en la pospandemia.
En octubre pasado, Mauricio Claver- Carone, ex director del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca gobernada por Donald Trump, asumió formalmente la conducción del banco por un plazo de cinco años, no sin polémica.
La Argentina y otros países de la región protestaron porque su nominación ponía fin a una ley no escrita: la titularidad del organismo la ejercen los latinoamericanos, aunque la sede de la entidad está bajo la esfera de influencia de Estados Unidos, por tener su sede en Washington. De hecho, Alberto Fernández impulsó sin éxito a su secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, quien debió bajarse al final de la carrera ante una derrota que se avizoraba estrepitosa.
Claver- Carone esun halcón republicano que incentivó la política de presión extrema contra Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia (antes del derrocamiento de Evo Morales), y su desembarco en semejante silla fue visto como un condicionamiento a la agenda exterior de los países de la región.
Ahora, el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Jorge Taiana, acompañó una declaración del Grupo de Puebla -el club de dirigentes progresistas e izquierda que cuenta a Alberto como un baluarte- que subrayaba “la urgencia de un relevo en la presidencia del BID”. Según este foro, “la elección de Claver-carone fue posible por la presión indebida de la administración Trump”.
Con Joe Biden en la Casa Blanca, la administración de los Estados Unidos debate internamente si acaso avalar la hoja de ruta de Claver-carone en el organismo, o presionar para su salida. El BID votará en días más una capitalización que le per
Contra el orden vigente, Trump presionó el ingreso de un alfil suyo al BID, y ahora Biden estudia removerlo
mitiría incrementar la concesión de créditos de los actuales u$s 12.000 millones al año a u$s 20.000 millones. El Congreso de mayoría demócrata rechaza al actual presidente del BID, y la Casa Rosada tomó nota junto a otros líderes para presionar su salida.
Los oficiales argentinos en Washington negaron gestiones para propiciar una “revisión” del mandato de Claver- Carone, aunque admitieron que “no hay simpatía, de seguro, de varios países miembro” con el cubanoamericano. El equipo de Alberto Fernández evitó los comentarios, aunque en su entorno reconocieron que hay “expectativa” sobre la postura que tomará la gestión Biden.
Cuando la disputa por el control del organismo emergió, la Argentina fijó como política de Estado preservar la tradición que indicaba la conducción latinoamericana. De hecho, todos los ministros de Relaciones Exteriores desde el retorno de la democracia a esta parte firmaron una carta abierta pidiendo a Washington bajar la candidatura norteamericana.
El Gobierno mira con expectativa la jugada en Washington. El senador Taiana pidió lisa y llanamente su “relevo”