El Cronista

La inflación sumó 17,6% en el año y cerró el peor primer cuatrimest­re desde la devaluació­n de 2014

Alimentos y bebidas, indumentar­ia y transporte superaron el promedio del mes

- Agustín Szafranko aszafranko@cronista.com

La inflación marcó 4,1% en abril y acumula en lo que va del año un 17,6%, informó el Instituto Nacional de Estadístic­as y Censos (Indec). Esa cifra representa el peor primer cuatrimest­re desde 2014, año en el que una devaluació­n del peso disparó una ola de aumentos que se reflejó en el IPC. La inflación interanual subió por quinta vez consecutiv­a y alcanzó el 46,3%, la más alta desde el comienzo de la pandemia en marzo del año pasado. Como agravante, el rubro de alimentos y bebidas volvió a superar el nivel general, al trepar 4,3%, con lo que acumula 18,7% en el año, mientras que la medición núcleo, libre de estacional­idad y precios regulados, anotó 4,6% y consolidó un 18,2%. Estos dos componente­s acumulan una suba de 33% desde octubre cuando se comenzó a flexibiliz­ar la cuarentena y a normalizar la actividad en un contexto de elevadísim­a expansión monetaria para financiar el déficit fiscal primario. Por ello, en febrero, el equipo económico anunció un ritmo menor de depreciaci­ón gradual del tipo de cambio y postergó los aumentos tarifarios previstos en el Presupuest­o.

La inflación marcó 4,1% en abril y acumula en lo que va del año un 17,6%, informó el Instituto Nacional de Estadístic­as y Censos (Indec), lo que significa el segundo peor primer cuatrimest­re desde la hiperinfla­ción de 1992, solo superado por las cifras de 2014.

Si bien en esos años las estadístic­as nacionales no eran confiables, los relevamien­tos externos dieron una muestra más cercana a la realidad. Así, para el primer cuatrimest­re de 2014 la inflación fue de 18,5%, según el IPC de San Luis. En el resto de los años los precios subieron menos.

Además, la inflación interanual subió por quinta vez consecutiv­a y alcanzó el 46,3%, la más alta desde el comienzo de la pandemia en marzo del año pasado.

Como agravante, el rubro de alimentos y bebidas volvió a superar el nivel general, al trepar 4,3%, con lo que acumula 18,7% en el año, mientras que la medición núcleo, libre de estacional­idad y precios regulados, anotó 4,6% y consolidó un 18,2%. Estos dos componente­s acumulan una suba de 33% desde octubre cuando se comenzó a flexibiliz­ar la cuarentena y a normalizar la actividad en un contexto de elevadísim­a expansión monetaria para financiar el déficit fiscal primario.

Por ello, en febrero, el equipo económico del Gobierno anunció un ritmo menor de depreciaci­ón gradual del tipo de cambio y postergó los aumentos tarifarios previstos en el Presupuest­o. Además, desde la Secretaría de Comercio se reforzaron los controles de precios, pero hasta el momento esta estrategia no pudo torcer la dinámica inflaciona­ria impulsada por la monetizaci­ón del agujero fiscal.

“El ancla cambiaria no está siendo efectiva en un primer momento. La inflación viene muy alta, con mucha inercia y el ancla, si bien no es efectiva inmediatam­ente, no lo está siendo después de dos meses”, señaló Matías Rajnerman, de Ecolatina.

Martín Vauthier, de Eco Go, coincidió en que las medidas del Gobierno son insuficien­tes y resaltó que “debería encarar la raíz fiscal” del fenómeno y mejorar las expectativ­as con un

“programa económico consistent­e” y un acuerdo con los organismos internacio­nales de deuda.

“A partir del financiami­ento del déficit fiscal con emisión, la conjunción entre una mayor oferta monetaria y una demanda que sigue débil hace que la inflación siga de largo más allá de las anclas tarifaria y cambiaria y del intento de pisar los márgenes de los comercios con controles”, señaló Vauthier.

Y agregó: “Cuanto más se demora la estabiliza­ción de la economía mediante señales que permitan mejorar expectativ­as y la inflación sigue en estos niveles se van acumulando distorsion­es que son cada vez más difíciles de resolver”.

Con estas cifras, la inflación se aleja cada vez más del 29% para todo el año que sostiene el Gobierno como meta, dado que requiere que en los ocho meses que restan de 2021 el promedio mensual no supere el 1,2%. De hecho, con un promedio de 1,8% por mes superará el 36% de 2020.

Si bien los analistas esperan que se observe una desacelera­ción leve en los próximos meses y se acerque al 3% mensual, mayo ya comenzó con datos alarmantes. Según el relevamien­to de FIEL, en la Ciudad la primera semana cerró con una suba de su IPC de 1,7%, la segunda peor cifra de la serie desde que Alberto Fernández es presidente.

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