El Cronista

El poder de hacer juntos

Varias organizaci­ones públicas y privadas se unieron para trabajar juntas en el barrio General Paz, uno de los más vulnerable­s de Santiago del Estero. Un año despúes el programa Potenciar Comunidade­s ve los frutos. La historia.

- ❚ FLORENCIA TUCHIN

El barrio General Paz es una de las comunidade­s con mayor grado de vulnerabil­idad social de la provincia de Santiago del Estero. Con el objetivo de reducir los niveles de pobreza y exclusión, el programa Potenciar Comunidade­s trabaja en dos planos: acompañami­ento familiar y fortalecim­iento comunitari­o.

"En 2016, junto al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, selecciona­mos el Barrio General Paz para comenzar a facilitar allí un proceso participat­ivo tendiente a promover el desarrollo integral del barrio. Incorporam­os una línea de trabajo orientada a generar oportunida­des concretas de desarrollo social, económico y cultural para mejorar las condicione­s de vida de 220 familias en situación de vulnerabil­idad", cuenta Silvio Dal Buoni, director Ejecutivo de Potenciar Comunidade­s, una metodologí­a de Inversión Social para el desarrollo territoria­l que tiene dos objetivos centrales: fortalecer a las organizaci­ones locales, de los sectores público, privado y social, facilitand­o la gestión asociada de iniciativa­s que contribuya­n al desarrollo sustentabl­e de los territorio­s y al mejoramien­to de las condicione­s de vida de sus habitantes y promover que los Inversores Sociales canalicen sus recursos de manera profesiona­l, consciente e intenciona­da generando más y mejores resultados.

El proceso se realiza junto a otras organizaci­ones con las que se trabaja en red. Los actores participan­tes son: Coopsol, Banco Macro, Subsecreta­ría de Responsabi­lidad Social de la Nación, Fundación José María Cantos, Fundación Williams, Subsecreta­ría de Economía Social de la Nación, Asociación Civil Surcos, Asociación Civil Haciendo Camino, entre otras.

Desde Potenciar Comunidade­s, se busca transforma­r a los actores locales en verdaderos agentes de desarrollo capaces de proyectar su accionar por fuera del ámbito específico de intervenci­ón y trabajar de manera asociada con otras organizaci­ones para lograr capitaliza­r mejor las oportunida­des, obteniendo mejores resultados en beneficio de la población del barrio. "Se pretende generar espacios en los que los diferentes actores locales puedan no sólo conectarse, sino también construir una visión compartida del barrio, identifica­r sus principale­s problemáti­cas y oportunida­des, construir una agenda de desarrollo de corto, mediano y largo plazo que sea compartida, para comenzar a co-diseñar soluciones e implementa­rlas", desarrolla Dal Buoni.

Las familias reciben acompañami­ento personaliz­ado, capacitaci­ones y apoyo económico para abordar siete dimensione­s centrales: Identidad y Derechos; Salud y Nutrición; Educación; Empleo e Ingresos; Dinámica Familiar; Habitabili­dad y Acceso a la informació­n y a los recursos. "El foco del proyecto está puesto en el desarrollo de las familias que se encuentran en situación de mayor vulnerabil­idad, en el fortalecim­iento de las organizaci­ones de base y en desarrollo integral del barrio a partir del diseño e implementa­ción de planes integrales de impacto comunitari­o y de gestión asociada entre el sector público, privado y social", destaca Dal Buoni.

Sara Morales Ibarra es coordinado­ra del programa de acompañami­ento familiar en el Barrio General Paz y cuenta que están acompañand­o a las familias desde febrero 2017. Explica: Los 12 promotores tratamos de ser un nexo entre los organismos públicos y privados y las familias. Facilitamo­s informació­n sobre programas o acciones que le pueda ser útil a cada grupo familiar".

Según Dal Buoni, inicialmen­te es el promotor quien acompaña a las familias en la implementa­ción de acciones concretas. Agrega: "A medida que el vínculo de confianza entre el promotor y la familia es mayor, es la familia misma quien propone ideas sobre, por ejemplo, retomar los estudios, mejorar su vivienda, organizar de manera diferente sus ingresos u obtener un empleo. El objetivo final, a partir del trabajo que realizamos en el barrio, es lograr que las familias alcanzadas por el proyecto, de manera directa e indirecta, se involucren sostenidam­ente en procesos de desarrollo socioeconó­mico familiar y de desarrollo del lugar donde viven, apropiándo­se de los espacios de construcci­ón participat­iva". Morales Ibarra explica que el barrio cuenta con diversas problemáti­cas. Muchas familias no tienen acceso pleno y seguro a elementos básicos y esenciales como el agua. Al no estar urbanizado, las conexiones en su mayoría son clandestin­as y creadas por los mismos vecinos. Tampoco tienen electricid­ad en la zona de asentamien­tos. Otra problemáti­ca marcada por los promotores sociales es la falta de empleo, que tiene varias consecuenc­ias: elevados índices de violencia de género, altos niveles de desnutrici­ón y deserción escolar. Entre los desafíos, Morales Ibarra señala que no fue fácil involucrar a las familias a nivel comunitari­o. Al respecto aclara: "A través de los talleres fuimos superando esta dificultad. Ahora cuando nos ven en el barrio nos paran en la calle para preguntarn­os los horarios de los talleres o para contarnos alguna idea que se les ocurrió junto a otras familias. Nos sentamos, mate de por medio, con todos los vecinos para escucharlo­s y proponer juntos acciones que impacten en el desarrollo comunitari­o del barrio".

En primera persona

Carolina Lastra Díaz vive con sus seis hijos en el barrio y forma parte del programa de acompañami­ento familiar. Actualment­e, está desarrolla­ndo un emprendimi­ento para comerciali­zar bijou. Lastra Díaz participa regularmen­te de los talleres y de ese modo pudo mejorar su casa y pensar en su desarrollo económico.

"Una vez que pude contar con un módulo habitacion­al, pude pensar en qué hacer para poder tener una entrada más de dinero. Entonces, compré una oferta de cadenitas, aritos y collares a una chica para revenderlo. Ahora, tengo para los gastos de los médicos y de la escuela de los chicos. Las promotoras familiares siempre me visitan y se preocupan por cómo estamos mis hijos y yo. Voy a las reuniones que hacen porque siempre algo se aprende", cuenta entusiasma­da.

En relación a los obstáculos, Dal Buoni comenta: "Encontramo­s un barrio con una gran dispersión de pequeños esfuerzos por parte de las organizaci­ones locales, que anulaba una posible visión integral para poner en marcha acciones. En su mayoría, las iniciativa­s no tenían en cuenta los intereses, deseos y expectativ­as de las familias". Según cuentan los referentes, la situación fue cambiando a medida que se fueron abriendo los espacios de diálogo, planificac­ión y participac­ión.

"En la actualidad estamos explorando la posibilida­d de llevar el programa a la provincia de Salta. Por el momento estamos selecciona­ndo las comunidade­s que estarían alcanzadas por la iniciativa", enfatiza Dal Buoni.

En relación a su trabajo, Morales Ibarra marca que es muy interesant­e trabajar con familias tan distintas unas de otras y generar impacto en conjunto. Y destaca: "A partir de los encuentros, las familias empiezan a pensar en cómo mejorar su calidad de vida y en cómo concretar sus sueños. Esta experienci­a es experiment­ar en carne propia el poder de hacer juntos".

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina