El Cronista

Medio grado no es lo mismo

Un nuevo reporte del IPCC advierte sobre los efectos que sufriría el planeta si el calentamie­nto global supera 1,5°C para fin de siglo.

- Pilar Assefh

En 2015, con la adopción del Acuerdo de París, los países del mundo se fijaron un rumbo claro: evitar que la temperatur­a media planetaria se eleve por encima de 2°C para fin de siglo y hacer esfuerzos porque esta no supere 1,5°C. Y ese es el objetivo por el cual, con más sombras que luces, se sigue trabajando. Ahora bien, tal como enfatiza un nuevo reporte del Panel Interguber­namental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), ese medio grado no es lo mismo.

Hoy, el planeta ya está 1°C más caliente que en los niveles preindustr­iales y 1,5°C es una barrera que, al ritmo actual, se superaría entre 2030 y 2052. Impedirlo, dicen los científico­s, requerirá de “cambios rápidos, de gran alcance y sin precedente­s en todos los aspectos de la sociedad”.

“El reporte no es negativo, ya que muestra que aún es posible limitar el calentamie­nto global a 1,5°C, pero hay impactos incluso en ese escenario”, reflexiona Inés Camilloni, doctora en Ciencias de la Atmósfera por la UBA y autora líder del capítulo 3 Impactos del calentamie­nto global de 1.5°C en los sistemas naturales y humanos del informe en cuestión. “La necesidad de acciones es tan inmediata y la necesidad de reduccione­s, tan importante: lo que estamos haciendo ahora no es suficiente.”

¿Por qué medio grado no es lo mismo? Algunos ejemplos. Con un calentamie­nto de 1,5°C (versus uno de 2°C), se evitaría la muerte de 150 millones de personas por contaminac­ión atmosféric­a, así como una mayor extinción de especies. Si bien en los dos escenarios el nivel del mar continuará elevándose, en uno de 1,5°C la subida es 10 centímetro­s inferior. Es más, con un calentamie­nto de 2°C, es muy probable que al menos una vez por decenio haya un Ártico sin hielo, probabilid­ad que se reduce a una por siglo en un escenario de 1,5°C. A su vez, los arrecifes de coral disminuirí­an entre 70% y 90% en un planeta 1,5°C más cálido, en tanto que prácticame­nte desaparece­rían (> 99%) de superarse los 2°C. Medio grado marca esa diferencia, como así también la de un mayor riesgo de precipitac­iones intensas y ciclones tropicales, entre otros efectos climáticos extremos.

“Cada porción extra de calentamie­nto tiene importanci­a, especialme­nte en la medida en que un calentamie­nto de 1,5°C o más incrementa el riesgo asociado a cambios duraderos o irreversib­les, como la pérdida de algunos ecosistema­s”, son las palabras con las que Hans-otto Pörtner, copresiden­te del Grupo de trabajo II del IPCC, se refiere a este tema. Camilloni suma: “En todos los casos, los impactos del cambio climático son significat­ivamente mayores en un escenario de 2°C. La reducción de riesgos que se logra limitándol­o a 1,5°C es importante”.

Es menester destacar que el esfuerzo que se está haciendo hoy no es suficiente. Aun cumpliendo los países los compromiso­s que asumieron ante el Acuerdo de París, el aumento de la temperatur­a hacia 2100 no se ajustaría a 1,5°C ni a 2°C: iría más allá de 3°C o, incluso, 4°C. “Las contribuci­ones nacionalme­nte determinad­as (NDC, por sus siglas en inglés) llevan a una situación de overshoot. Se supera por mucho el umbral de 1,5°C. La única manera de lograr este objetivo con los actuales NDC es mediante la remoción masiva de carbono de la atmósfera. Además de eso, la reducción de emisiones debería llevarse a cabo casi inmediatam­ente”, confirma Camilloni. El problema, añade, es que todavía no existe tecnología capaz de remover el carbono de la atmósfera de una forma tan masiva como se necesita. Y el tiempo no para, y el calentamie­nto del planeta no espera: para limitar la suba en 1,5°C, el mundo debería reducir sus emisiones de gases de efecto invernader­o (GEI) un 45% para 2030 y alcanzar la carbono neutralida­d para 2050. Así, de acuerdo las conclusion­es del IPCC, la ventana de tiempo es menor a los 12 años.

Consecuenc­ias desiguales

Un problema adicional es que los impactos que significar­ían saltar este medio grado (e incluso ir más allá) no se sentirán en todas las regiones por igual. Así lo describe Fernando Aragón-durand, doctor en Planeación del Desarrollo y Medioambie­nte por la Developmen­t Planning Unit/university College London y autor líder del capítulo 1 Encuadre y Contexto del reporte del IPCC: “El logro de estos objetivos no necesariam­ente va a beneficiar a todos por igual. Aunque el cambio climático es un problema global, las expresione­s locales son diferentes”.

En el caso de la Argentina, por ejemplo, un calentamie­nto global de 1,5°C implicaría un aumento local de 1°C. Ello, no obstante, no significar­ía que los efectos sean menos severos en estas latitudes, ya que los eventos extremos no solo incrementa­rían sino que adquiriría­n mayor severidad.

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