El Cronista

“Chile redujo el precio de la energía solar con una modesta modificaci­ón administra­tiva”

El expresiden­te de Chile y miembro de The Elders reflexiona sobre el rol de América latina en los foros donde se debate el cambio climático. El papel que hoy cumple la región y el que podría asumir. Las áreas de trabajo en común y el ejemplo de su país en

- Pilar Assefh

Cuál es el rol de América latina en las negociacio­nes relativas al cambio climático? Más importante aún, ¿cuál es el lugar que la región podría ocupar, qué liderazgo podría asumir en este tipo de ámbitos? El expresiden­te de Chile (20002006) y actual miembro de The Elders (la ONG formada por líderes globales que Nelson Mandela fundó en 2007) Ricardo Lagos es una de las voces de la región que se hace presente en los escenarios internacio­nales, como el Global Climate Action Summit (GCAS) que se desarrolló durante septiembre en San Francisco (Estados Unidos), y arroja luz sobre estos temas.

Dados los problemas de coyuntura que tienen los países de América latina, ¿cómo se podría hacer para poner en la agenda temas de cambio climático?

Los países de América latina necesitamo­s encontrar un denominado­r común. Con el Protocolo de Kioto, había una distinción: países Anexo I (los desarrolla­dos), que tenían metas de reducción de gases de efecto invernader­o (GEI), y los países noanexo I (los no desarrolla­dos), que podíamos hacer lo que quisiéramo­s. El gran cambio con el Acuerdo de París es que cada país presentó una propuesta, que es voluntaria, pero, una vez hecha, debe ser cumplida. ¿El problema? Con estas promesas, aun cuando sean cumplidas, estamos lejos de la necesidad de 2 toneladas de emisiones de GEI per cápita. Un segundo problema es la salida de los Estados Unidos del Acuerdo de París, que segurament­e se hará efectiva en 2020. Esto complica un poco las cosas.

Dada la situación actual del mundo, me parece que hay países que o son como continente­s –el primero es los Estados Unidos, por supuesto, y ahora hay otro que es China; en los próximos 10 años, India podría convertirs­e en el tercero–, o son como la Unión Europa en el pasado, esto es, una región que puede hablar con una sola voz o nadie la escuchará.

Nosotros, en América latina, creo que tenemos grandes áreas en las que deberíamos poder encontrar un terreno común: cambio climático, migracione­s y sequías. En el mundo de hoy, estos tres puntos ya no son cuestiones de política interna. Por lo tanto, en relación a ellos, creo que, en América latina, deberíamos tener una sola voz. Y creo que es posible hacerlo.

¿Cómo podría la región mejorar su nivel de ambición en relación a estos temas?

La mayor parte de nuestras emisiones, como América latina, tienen que ver con la deforestac­ión. Solo dos países disminuyen sus emisiones por reforestac­ión: Chile y un poco la Argentina. También lo está comenzando a hacer Uruguay. Pero, en todo el resto, la deforestac­ión es muy importante. Entonces, nosotros podríamos tener, entre reforestac­ión y disminuir la deforestac­ión, un avance muy rápido. Nos podríamos poner a la cabeza de las regiones en el mundo como la que avanza más rápido en materia de disminució­n de emisiones.

Un segundo punto: Chile, con una modesta modificaci­ón administra­tiva, estuvo en condicione­s de reducir el precio de la energía solar. Y creo que eso es un buen ejemplo para el resto de América latina. Lo que se hizo fue cambiar la forma en que vamos a subastar la necesidad de energía para los próximos años. Normalment­e, lo que el Gobierno plantea es “necesitaré tantos miles de megas para 2020 y otros tantos para 2021”. Lo que hizo en Chile fue “necesitaré tantos miles de megas para 2020 de 8 am a 6 pm y otra cantidad similar de 6 pm a 8 am”: una decisión administra­tiva muy simple. Todas las propuestas que se aprobaron fue porque el precio más barato era el solar de 8 am a 6 pm. Derrotó a cualquier otro: carbón, gas, hidroelect­ricidad. Esto, yo creo, le permitió a Chile cumplir su contribuci­ón voluntaria ante el Acuerdo de París (contar con 25% energía renovable para 2025) mucho antes de la fecha objetivo. Por cierto, quienes ganaron las subastas con energía solar son todos nuevos jugadores del mercado. Antes, en Chile, solíamos tener solo tres o cuatro jugadores, y ahora tenemos muchos más.

¿En América latina, estamos tomando al cambio climático seriamente? ¿Podremos limitarlo a 1,5°C para fin de siglo?

El gran problema parece ser el tipo de negociacio­nes que comenzarán en diciembre próximo, en la Cumbre del Clima de Katowice (Polonia). Porque, hasta ahora, lo que hay son contribuci­ones voluntaria­s de los países, y estamos lejos de la meta. ¿Introducir­emos elementos de cambio en las próximas negociacio­nes? ¿Se jugará más en términos de financiami­ento, o de transferen­cia tecnológic­a, o de mitigación? Otro punto: ¿se introducir­á algún particular vinculado a si será posible pagar, por ejemplo, por no cortar un árbol? Esta no es una decisión menor. En 2009, en la Cumbre del Clima que se realizó en Copenhague (Dinamarca), el avance fue que Barack Obama (entonces presidente de los Estados Unidos) puso sobre la mesa el pago por forestació­n: el estímulo fue pagar por plantar árboles. El próximo paso sería: ¿estás dispuesto a pagar si no se corta el árbol? Esa podría ser una forma de introducir nuevas áreas de negociació­n.

“EN AMÉRICA LATINA, DEBERÍAMOS TENER UNA SOLA VOZ CON RELACIÓN A CAMBIO CLIMÁTICO, MIGRACIONE­S Y SEQUÍAS. Y CREO QUE ES POSIBLE .” HACERLO

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Ricardo Lagos, expresiden­te de Chile y miembro de The Elders.

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