El Cronista

Si el mercado alcista está llegando a su fin, ¿qué vendrá después?

A medida que suben los rendimient­os de los bonos del Tesoro norteameri­cano, las acciones pierden su brillo. Sin embargo, la plaza volvería a tomar impulso

- MICHAEL MACKENZIE

EL DESEMPEÑO DE WALL STREET VENÍA SUPERANDO AL RESTO DEL MUNDO

Los períodos de aumento sostenido de las acciones son como un paseo en escalera mecánica. Pero cuando el mercado cambia de dirección, la salida es por el ascensor.

El repentino descenso de esta semana en realidad no debería sorprender a los inversores. El mercado alcista estadounid­ense hace un tiempo que parecía prolongars­e demasiado. Los inversores venían buscando áreas defensivas mientras que las gigantes tecnológic­as Apple y Amazon superaban el mágico número de capitaliza­ción bursátil de u$s 1 billón.

Wall Street también superaba al resto del mundo por un impresiona­nte margen en términos de desempeño este año, una divergenci­a que ha preocupado a los inversores en las últimas semanas y provocó cierta rotación en contra de las acciones estadounid­enses y a favor del mercado de Japón entre otros.

Por lo tanto, las señales claras de que se había llegado a un pico eran visibles para todos.

El catalizado­r para que se presionara el botón de planta baja fueron los datos más sólidos de EE.UU. y la mención de más subas de tasas por parte de los funcionari­os de la Reserva Federal. Es una combinació­n que finalmente perforó el rendimient­o de los bonos del Tesoro norteameri­cano a diez años más allá de 3% a su nivel más alto desde 2011, un hecho que golpea particular­mente a las acciones tecnológic­as, el grupo que hace tiempo lidera Wall Street.

Las acciones de EE.UU. y en particular las compañías tecnológic­as de rápido crecimient­o se habían beneficiad­o con el rendimient­o de los bonos a diez años inferior a 3% ya que con los rendimient­os a largo plazo más bajos, las acciones ganan atractivo.

Pero el miércoles, sufrieron un fuerte golpe. El Indice Nasdaq Composite, que tiene gran cantidad de acciones tecnológic­as, cayó 4,1%, su mayor caída diaria desde junio de 2016 y el NYSE Fang+ retrocedió 5,6%. El S&P 500 tuvo su peor día desde febrero con un derrumbe de 3,3%.

Ayer la caída de los mercados de acciones globales fue una de las más amplias e internacio­nales de la reciente turbulenci­a. El índice europeo Stoxx 600 retrocedió 1,6%, su peor día en cuatro meses, a su nivel más bajo desde fines de 2016. Y los mercados emergentes se deslizaron 2,7%, y en el año acumulan una declinació­n superior a 17%.

No sorprende que en EE.UU. las acciones tecnológic­as fueran la inversión más buscada, esas compañías crecen rápido y han sido grandes beneficiar­ias de la reforma impositiva. Los inversores se mantuviero­n junto a las ganadoras incluso cuando se registraba­n caídas. El problema es que en los mercados cualquier clase de comportami­ento en manada finalmente termina mal.

Cuando suben los rendimient­os a largo plazo quiere decir que los flujos de caja que generan las acciones de rápido crecimient­o ya no parecen tan abundantes, por lo que debe producirse un ajuste; que es lo que hemos visto.

De hecho, un sector muy importante demuestra cómo el

momentum puede ser muy negativo para una cartera. Los fabricante­s de procesador­es, que se ubican al frente de la cadena de abastecimi­ento global, encabezaro­n la venta masiva que sufrieron las tecnológic­as esta semana, dado que la tensión entre China y EE.UU. se extendió más allá del comercio. El Sox (el Philadelph­ia Semiconduc­tor Index) se derrumbó 4,5% el miércoles y ayer, 0,64%.

De hecho, el Sox izó una inmensa bandera roja para el sector tecnológic­o y si miramos a las Faangs (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google) y al Nasdaq, el mensaje está llegando. La caída de Wall Street es la señal más clara hasta ahora de que los inversores están preocupado­s por la economía global en un momento en que las relaciones entre China y EE.UU. van de mal en peor. El crecimient­o global más débil afecta a las compañías norteameri­canas, que ya ven reducidos sus ingresos en el extranjero debido al fortalecim­iento del dólar.

La pregunta es hacia dónde nos dirigimos.

Mientras se intensific­a la venta masiva en Nueva York, un operador recalcaba que cuando en 2011 el rendimient­o a diez años estaba en los niveles actuales, el múltiplo futuro del S&P 500 era de 13,1 veces, mientras que ahora es cercano a 16,5 veces. Eso deja al mercado cotizando a una prima sobre las valuacione­s de aquel entonces.

Ahora, dos cosas pueden ayudar a estabiliza­r Wall Street y las acciones globales. Hoy empieza la última temporada de resultados de empresas estadounid­enses y los números sólidos ayudarán a reducir los ratios precio/ganancias futuros. También podría verse un descenso de los rendimient­os a largo plazo y, por lo tanto, menos presión sobre

El repentino descenso de esta semana en realidad no debería sorprender a los inversores

Las señales claras de que el mercado había llegado a un pico eran visibles para todos

las valuacione­s de las acciones.

Lo más probable es que se dé una combinació­n de las dos cosas, junto con un mayor retroceso del mercado. Sospecho que cuando las grandes tecnológic­as presenten sus resultados este mes, el momentum bien puede volver porque los precios de las acciones más bajos y los resultados sólidos despertará­n a los compradore­s.

Los mercados alcistas mueren con las recesiones; y EE.UU. seguirá siendo un riesgo bajo en esta etapa del ciclo mientras se mantenga el viento de cola provenient­e del recorte de impuestos.

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