Si el mercado alcista está llegando a su fin, ¿qué vendrá después?
A medida que suben los rendimientos de los bonos del Tesoro norteamericano, las acciones pierden su brillo. Sin embargo, la plaza volvería a tomar impulso
EL DESEMPEÑO DE WALL STREET VENÍA SUPERANDO AL RESTO DEL MUNDO
Los períodos de aumento sostenido de las acciones son como un paseo en escalera mecánica. Pero cuando el mercado cambia de dirección, la salida es por el ascensor.
El repentino descenso de esta semana en realidad no debería sorprender a los inversores. El mercado alcista estadounidense hace un tiempo que parecía prolongarse demasiado. Los inversores venían buscando áreas defensivas mientras que las gigantes tecnológicas Apple y Amazon superaban el mágico número de capitalización bursátil de u$s 1 billón.
Wall Street también superaba al resto del mundo por un impresionante margen en términos de desempeño este año, una divergencia que ha preocupado a los inversores en las últimas semanas y provocó cierta rotación en contra de las acciones estadounidenses y a favor del mercado de Japón entre otros.
Por lo tanto, las señales claras de que se había llegado a un pico eran visibles para todos.
El catalizador para que se presionara el botón de planta baja fueron los datos más sólidos de EE.UU. y la mención de más subas de tasas por parte de los funcionarios de la Reserva Federal. Es una combinación que finalmente perforó el rendimiento de los bonos del Tesoro norteamericano a diez años más allá de 3% a su nivel más alto desde 2011, un hecho que golpea particularmente a las acciones tecnológicas, el grupo que hace tiempo lidera Wall Street.
Las acciones de EE.UU. y en particular las compañías tecnológicas de rápido crecimiento se habían beneficiado con el rendimiento de los bonos a diez años inferior a 3% ya que con los rendimientos a largo plazo más bajos, las acciones ganan atractivo.
Pero el miércoles, sufrieron un fuerte golpe. El Indice Nasdaq Composite, que tiene gran cantidad de acciones tecnológicas, cayó 4,1%, su mayor caída diaria desde junio de 2016 y el NYSE Fang+ retrocedió 5,6%. El S&P 500 tuvo su peor día desde febrero con un derrumbe de 3,3%.
Ayer la caída de los mercados de acciones globales fue una de las más amplias e internacionales de la reciente turbulencia. El índice europeo Stoxx 600 retrocedió 1,6%, su peor día en cuatro meses, a su nivel más bajo desde fines de 2016. Y los mercados emergentes se deslizaron 2,7%, y en el año acumulan una declinación superior a 17%.
No sorprende que en EE.UU. las acciones tecnológicas fueran la inversión más buscada, esas compañías crecen rápido y han sido grandes beneficiarias de la reforma impositiva. Los inversores se mantuvieron junto a las ganadoras incluso cuando se registraban caídas. El problema es que en los mercados cualquier clase de comportamiento en manada finalmente termina mal.
Cuando suben los rendimientos a largo plazo quiere decir que los flujos de caja que generan las acciones de rápido crecimiento ya no parecen tan abundantes, por lo que debe producirse un ajuste; que es lo que hemos visto.
De hecho, un sector muy importante demuestra cómo el
momentum puede ser muy negativo para una cartera. Los fabricantes de procesadores, que se ubican al frente de la cadena de abastecimiento global, encabezaron la venta masiva que sufrieron las tecnológicas esta semana, dado que la tensión entre China y EE.UU. se extendió más allá del comercio. El Sox (el Philadelphia Semiconductor Index) se derrumbó 4,5% el miércoles y ayer, 0,64%.
De hecho, el Sox izó una inmensa bandera roja para el sector tecnológico y si miramos a las Faangs (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google) y al Nasdaq, el mensaje está llegando. La caída de Wall Street es la señal más clara hasta ahora de que los inversores están preocupados por la economía global en un momento en que las relaciones entre China y EE.UU. van de mal en peor. El crecimiento global más débil afecta a las compañías norteamericanas, que ya ven reducidos sus ingresos en el extranjero debido al fortalecimiento del dólar.
La pregunta es hacia dónde nos dirigimos.
Mientras se intensifica la venta masiva en Nueva York, un operador recalcaba que cuando en 2011 el rendimiento a diez años estaba en los niveles actuales, el múltiplo futuro del S&P 500 era de 13,1 veces, mientras que ahora es cercano a 16,5 veces. Eso deja al mercado cotizando a una prima sobre las valuaciones de aquel entonces.
Ahora, dos cosas pueden ayudar a estabilizar Wall Street y las acciones globales. Hoy empieza la última temporada de resultados de empresas estadounidenses y los números sólidos ayudarán a reducir los ratios precio/ganancias futuros. También podría verse un descenso de los rendimientos a largo plazo y, por lo tanto, menos presión sobre
El repentino descenso de esta semana en realidad no debería sorprender a los inversores
Las señales claras de que el mercado había llegado a un pico eran visibles para todos
las valuaciones de las acciones.
Lo más probable es que se dé una combinación de las dos cosas, junto con un mayor retroceso del mercado. Sospecho que cuando las grandes tecnológicas presenten sus resultados este mes, el momentum bien puede volver porque los precios de las acciones más bajos y los resultados sólidos despertarán a los compradores.
Los mercados alcistas mueren con las recesiones; y EE.UU. seguirá siendo un riesgo bajo en esta etapa del ciclo mientras se mantenga el viento de cola proveniente del recorte de impuestos.