Lujo oriental en Milán
Aescasos metros de La Scala, uno de los teatros de ópera más famosos del mundo, el hotel de diseño Mandarin Oriental ocupa cuatro elegantes edificaciones del siglo XVIII y ofrece la combinación perfecta de confort, lujo y estilo. En este alojamiento se fusionan el diseño atemporal milanés con la hospitalidad y el encanto oriental características del sello MO. Los cuatro palazzos interconectados albergan 104 habitaciones y suites con vistas hacia las calles empedradas y patios internos del hotel. Diseñado por el estudio italiano Antonio Citterio Patricia Viel Interiors, su elegante estilo contemporáneo-clásico es sumamente actual y moderno. Las espaciosas habitaciones combinan pisos de madera, paredes de boiserie y armarios de roble negro con mobiliario vintage, sábanas de algodón egipcio personalizadas y paletas de colores que van del beige a las distintas tonalidades del púrpura. Los baños son de mármol italiano blanco o negro y cuentan con una pared de vidrio -a la altura del hidromasajeque se vuelve transparente u opaca con solo presionar un botón. Un punto aparte es la Suite Presidencial, que tiene 150 metros cuadrados, cocina y comedor privados y hasta un baño de vapor. El diseño y el buen gusto no terminan en las habitaciones. Las piedras abigarradas, el granito y la madera de tonos cálidos reflejan el antiguo estilo oriental que se quiso recrean en el Spa subterráneo, al igual que sus tratamientos holísticos basados en los cinco elementos del feng shui. Asimismo, la piscina climatizada con azulejos de color turquesa estilo retro monopoliza la visión en otra zona de relajación fuera del spa en la que también se encuentra el sauna. El restaurante Seta, uno de los más exclusivos de Milán, da hacia un patio interno en el que es posible almorzar o cenar durante los días y noches de temperatura agradable. Con un diseño sobrio y elegante, en concordancia con el resto del hotel, se distingue su techo de madera, las sillas tapizadas en pana azul y los grandes ventanales que favorecen la luminosidad. Por su parte, el Mandarin Bar & Bistrot es un espacio con sillones y mesas bajas en el cual distenderse -trago en mano- luego de un intenso día de paseo y shopping. Más allá de su diseño privilegiado, este hotel ofrece una excelente ubicación, a menos de 20 minutos a pie de algunas de las atracciones más famosas de la ciudad como el Duomo, la Galería Vittorio Emanuele II, el Castillo Sforza y la Iglesia Santa Maria delle Grazie, que alberga la ‘Última cena‘ de Leonardo Da Vinci. ■