El Cronista

“Para poder exportar más a China hay que aumentar la capacidad productiva de la Argentina”

- DIEGO GUELAR Por Micaela Pérez n

“Hoy dependemos de la estructura productiva argentina, si hubiera productos estarían todos vendidos, a China y a otros mercados”

El embajador en Beijing dice que la balanza comercial es deficitari­a para el país “porque no le vendemos lo suficiente” y afirma que son necesarias políticas de Estado que den estabilida­d al sector privado para responder a ese desafío. También asegura que una alianza estratégic­a con el país asiático, por un lado, y EE.UU, por el otro, “no son incompatib­les”. Lo que dejó el G20.

EChina estas cosas no pasan”, se lamenta Diego Guelar frente a El Cronista 3Días. El embajador argentino en Beijing llega a la cita con este diario casi una hora después de lo pautado y con la sensación de “haber nacido de nuevo”. No es para menos; acaba de ser víctima de un robo a plena luz del día y en una de las zonas más paquetas de Buenos Aires, mientras caminaba rumbo a esta entrevista por 9 de Julio y Arroyo, frente a la embajada de Francia. Pasado el shock inicial, ya sin el reloj que vestía en su muñeca izquierda, que le fue arrebatado a punta de pistola, y previa denuncia en la comisaría correspond­iente, Guelar se repone del mal trago y pasa a revista a los más de 37 convenios de cooperació­n económica alcanzados entre la Argentina y China en el marco de la visita de Estado del presidente Xi Jinping, tras el cierre del G20. El diplomátic­o logra recuperar la sonrisa recién cuando cuenta que esos acuerdos suman unos u$s 5000 millones de dólares, además de la ampliación del swap de monedas por u$s 8500 millones que pasan a engrosar las reservas del BCRA.

■ ¿Cómo es el interambio hoy con China y por qué la balanza comercial es tan deficitari­a para la Argentina, casi unos 8000 millones de dólares por año?

-Si analizamos los países que están alrededor, Brasil, Chile, Perú, Uruguay, son todos superavita­rios. De todos estos, el que menos le compra per cápita es la Argentina, es decir, no tenemos déficit porque compramos demás a China, tenemos déficit porque no le vendemos lo suficiente, porque vendemos productos primarios, con poco valor agregado. Tenemos las posibilida­des de ese mercado para vender productos con valor agregado, pero la estructura productiva argentina no ofrece esos productos. Hemos tenido muchos años de aislamient­o, nuestra estructura productiva está muy medida para el mercado interno y ocasionalm­ente, si el mercado interno no absorbe esa producción, lo que llamamos saldos exportable­s, lo que nos sobra, lo queremos exportar, y la verdad que eso en el mundo moderno no es así. Uno tiene que mirar el mercado de China y producir para ese mercado.

■ ¿Qué se necesita para poder alcanzar ese objetivo?

-Si aumentáram­os 20 veces la estructura productiva argentina todavía nos faltaría capacidad productiva. Y para hacer eso, hay que invertir, hay que tomar personal, entonces la industria transforma­dora argentina no está preparada para dar este salto... pero lo tenemos que dar. Hoy el Estado le ha cumplido al sector exportador, cumpliendo el trato de que se abran los mercados…

■ ¿Falta mayor decisión de los privados, dice para poder dar ese salto? -Hay que combinar dos datos, nunca le echo la culpa a los privados como responsabl­es, acá tiene que haber políticas de Estado que le den estabilida­d para que los empresario­s puedan responder a ese desafío: una articulaci­ón entre Estado y particular­es. Como siempre digo, nuestro problema esta en el baño.

■ ¿Qué quiere decir con eso? -Cuando uno entra al baño lo primero que ve es el espejo: está frente a la puerta, puede ser grande, chico, estar enmarcado o no, y ahí está lo que se refleja, es decir, el problema somos nosotros. No tenemos problemas con China, con EE.UU., con Europa, con Brasil, con Chile, siempre tenemos un sistema de excusas por el cual hay alguien que es culpable... Nuestro problema internacio­nal más grande somos nosotros mismos. Y hay que resolverlo. ¿En qué estamos fallando? ¿Por qué un país que se inserta, que puede traer a los mayores líderes a la Argentina, con un respeto y una admiración y un reconocimi­ento del mundo entero... eso somos los argentinos. Pero al mirarnos al espejo tenemos que ver esa Argentina, no la Argentina de la anécdota, cuando cuatro tipos con piedras arruinan que había 60.000 personas que iban en familia a ver un partido de fútbol. La verdad que cuatro locos con una piedra no son la Argentina. Esa es la Argentina que tenemos que ver en el espejo, la que quiere trabajar, progresar, educar a sus hijos, exportar al mundo. Y la tenemos que resolver nosotros.

■ ¿Es compatible tener una alianza estratégic­a con China y también con los EE.UU.? Mucho se habló este fin de semana de que el país tenía que optar de qué lado iba a estar... -Totalmente compatible. Si uno analiza la región, Chile y Brasil son los dos países que tienen la relación más estable, estratégic­a y cercana con Washington. Para Chile y Brasil, el primer socio comercial es China, es decir, no existe el escenario en el que tengamos que optar por China y EE.UU., eso es una falacia, quien lo sostenga está mintiendo. Soy un convencido de que la relación con EE.UU. tiene que ser la mejor, y la tenemos, tenemos diferencia­s, tendríamos que poder exportar más, pero la relación es muy buena y no hay motivos para que no sea muy buena. Tampoco hay motivos para que no tengamos una muy buena relación con China.

■ ¿Cómo nos beneficia esta tregua comerciale­ntrechinay­eeuu.queseselló­acáen Buenos Aires? -Todos, incluidos nosotros, nos beneficiam­os de un clima de previsibil­idad y no de tensión. Este año la imprevisib­ilidad y la tensión entre dos superpoten­cias fue muy grande, el dato de oficializa­r que en realidad están negociando, que no hay guerra... EE.UU y China es la mayor asociación entre dos países jamás construida en la historia. Es decir, ahora en vez de ese titular catástrofe que era “guerra comercial”, ahora tenemos claro que son dos naciones que son socias, pero también compiten. Entonces, da una gran tranquilid­ad que se vuelva al clima de diálogo, de cooperació­n, con competenci­a, y eso es bueno para todas las naciones en desarrollo, es bueno para la Argentina, es lo mejor que nos puede pasar.

■ ¿Imagina a partir de esta tregua comercial un mejor clima global para 2019? -Lo vamos a tener, soy un convencido de que el 2019 es un muy buen año para el mundo, va a ser un muy buen año para Brasil, y un buen año para Brasil significa un impacto para la Argentina muy positivo, asi que estoy convencido de que el 2019 va a ser bueno para la Argentina, para China, para EE.UU., para Brasil, así como el 2018 fue un año muy complicado.

■ ¿Hay apoyo en las embajadas de parte de la Cancillerí­a para llevar adelante el mandato que tienen de promover las exportacio­nes? Porque este ha sido un año de ajuste, donde no hay presupuest­o para nada... -El Estado decididame­nte se ha comprometi­do en lo que llamamos la inserción inteligent­e de la Argentina en el mundo. Ahora creo que tenemos que trabajar mucho en ponernos en condicione­s, porque el Estado no vende ni bienes ni servicios, dependemos de la estructura productiva argentina. Hoy, si hubiera productos, estarían todos vendidos, a China y a otros mercados. Lo que nos falta es tomar concencia de que un país que tiene la deuda que tiene Argentina, la población que tiene Argentina, pero los recursos que tiene Argentina tiene que producir tres ó cuatro veces más.

■ ¿Qué le dejó este G20 al país? -Este G20 fue el mejor G20 desde su nacimiento como instancia de los jefes de Estado, porque tuvo nueve años anteriores que era nada más para ministros de Economía y presidente­s del banco central. Esto es unánime, fue el comentario de Lagarde e, incluso, de todos los jefes de Estado. Hubo consenso en un momento donde la expectativ­a era que hasta podía quebrarse el grupo, no haber documento, pero lo hubo; hubo acuerdo entre las dos superpoten­cias, se firmó el nuevo NAFTA entre EE.UU. Canadá y México; tuvimos una visita de Estado muy importante (por Xi Jinping), creo que desde todo punto de vista es un hecho muy positivo pero no es mágico. El propio Presidente dijo acá lo que tenemos que hacer es trabajar con este antecedent­e que nos vuelve a colocar en un nivel de confianza que en buena medida habíamos perdido, y yo creo que la recuperamo­s . No tenemos una conspiraci­ón contra la Argentina, si hacemos lo que debemos, el mundo nos va a confiar. La confianza no es un producto global, es uno por uno y hay que ganársela. ■

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