“Creo que en el Gobierno hay buenas intenciones pero en el día a día no se ven”

El actor sostiene que el desafío de la Argentina es lograr continuidad en las políticas “porque si se cambia radicalmente de gobierno y se proponen proyectos totalmente distintos, vamos a volver a foja cero”. También se queja de que el país no logre “estabilidad económica” y dice que los temas que más le preocupan son “la seguridad y la educación”.

Siempre innovador e independiente, pudo publicar el libro No soy un santo - Teatro en estado crudo, a través de la plataforma digital “Ideame”, que promueve el financiamiento colectivo, y que contiene los textos originales de sus cuatro obras teatrales más importantes: Chicos Católicos, Apostólicos y Romanos, Remisería. Un thriller casi perfecto, Suicida. Tragedia moderna en un acto y Ansiedad. Porque sí. Este 2019 lo espera con una nueva apuesta, ya que abrirá la temporada de verano con La lechuga (ver aparte), en el Teatro Picadero, junto al actor Nicolás Maiques.

■ ¿Cómo viviste este 2018 a nivel personal y profesional? -En general, mis balances tienen que ver con el aprendizaje. Todos los años voy aprendiendo cosas y este año aprendí a sobrevivir, fue un año donde el teatro no estuvo como otros y tuve que aprender a sobrellevar eso. Yo me dedico a la producción, a buscar siempre la vuelta para acercar el teatro a la gente, y este 2018 fue duro. Hay otros rubros como la televisión, donde si te contratan como actor, no sentís el déficit. En cambio, en el teatro sí, porque vos cobrás dependiendo de los asientos que vendés.

■ ¿Cuáles son los temas o problemáticas sociales que más te interpelan? -Yo estoy siempre muy metido en todo, leo mucho, veo muchos programas, trato de ver todas las campanas porque no tengo una identidad política marcada. Soy un gris donde rescato cosas que me parece que están bien y puedo quejarme de cualquiera porque no tengo un líder político al cual seguir. Me interpela todo, pero a la hora de elegir siempre priorizo temas como la inseguridad y la educación, dos cosas que vienen de la mano. En lo económico, siento que es un país que nunca tuvo una estabilidad económica, mis viejos siempre fueron laburantes y tuvieron que remarla.

■ ¿Cuál es tu percepción sobre la gestión económica que de dio durante este año? -Creo que hay buenas ideas y un buen proyecto económico, pero que me parece es a largo plazo y que la gente necesita soluciones inmediatas. Lo que genera ruido e incomodidad es que si bien yo veo que hay buenas intenciones, no se ven materializadas en el día a día, y la gente no las ve.

■ ¿Cuál es tu mirada sobre el presente político, teniendo en cuenta que el año que viene hay elecciones? -Creo que este 2018 hubo menos grieta que los anteriores. Por suerte la grieta fue menguando en el tiempo y sobre todo este año, no vi tanta pelea política. Personalmente, creo que esta gestión va a seguir, por lo menos, cuatro años más. Me parece que hoy no hay una fuerza política que pueda hacerle frente a este gobierno, que tiene errores y aciertos. Cristina Kirchner también los tenía, ninguno es infalible y va a llegar a la perfección, sino que se trata del que menos se equivoque. Me parece que el G20 o cuestiones importantes de infraestructura, que se están haciendo en Capital Federal, por ejemplo, son cosas que la gente ve, y me parece que eso le juega a favor (al gobierno actual).

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Más allá del resultado electoral, ¿cuáles creés que son los desafíos que tendrá la próxima gestión? -Como decía antes, materializar los proyectos. Me parece que algunos son a largo plazo y en algún momento la gente los tiene que tocar. También se tiene que equilibrar la economía. Si es que no me equivoco con esto de buenos proyectos, creo que si se sigue en la misma línea, en algún momento algo bueno va a aparecer. El desafío es sostenerlos y mantenerlos. Creo que si se cambia radicalmente de gobierno y se proponen proyectos totalmente distintos, vamos a volver a foja cero. Ningún proyecto se puede hacer en cuatro años. Tiene que haber algo que dure en el tiempo y, que asuma quien asuma, se suba al tren para mejorarlo. ■