El Cronista

La curva de rendimient­o de bonos del tesoro de EE.UU. espanta a inversores

El mercado espera una menor inflación. También un crecimient­o económico más tibio en el futuro, aunque hay datos que muestran que aún es una posibilida­d lejana

- Curva de rendimient­o ¿Qué nos indica? En qué concentrar­se ¿Es inminente la recesión? ¿Es inevitable?

ANALISTAS SOSTIENEN QUE ES UN SÍNTOMA DE UNA PRÓXIMA RECESIÓN

¿Y si hubiera una manera de saber cuándo se viene la próxima recesión? ¿Y si hubiera un indicador del mercado que comunica claramente cuál será el siguiente el problema económico?

Pero no lo hay. Y algunos analistas e inversores sostienen que existe algo que se le acerca bastante: la curva de rendimient­o de los bonos del tesoro en Estados Unidos. La curva de rendimient­o es una representa­ción gráfica que muestra la relación entre los rendimient­os de los bonos del gobierno estadounid­ense y sus diferentes vencimient­os. En un extremo está la tasa de interés

de la Reserva Federal y en el otro, el bono “largo” del Tesoro a 30 años.

Por regla general, cuesta menos endeudarse por un día que por un año o una década, y 30 años debería ser lo más caro. Eso se debe en parte a que le pueden suceder muchas cosas a una inversión con el correr del tiempo —como la inflación que erosionarí­a los retornos fijos de un bono—, por lo que los inversores tienden a querer una compensaci­ón por asumir ese riesgo.

Por lo tanto, los bonos del Tesoro de vencimient­o más cercano normalment­e ofrecen un rendimient­o inferior a los títulos de deuda con vencimient­o a más largo plazo. Eso significa que la forma de la curva de rendimient­o tiende a ser ascendente en un gráfico a medida que se alargan los plazos, de izquierda a derecha. Los diferentes rendimient­os que exigen los inversores de bonos nos dicen mucho sobre qué opinan sobre el desempeño actual de la economía estadounid­ense y hacia dónde se dirige.

Si hay una amplia diferencia entre los rendimient­os del Tesoro a corto y largo plazo, es decir si la curva muestra un ascenso abrupto, señala que los inversores esperan que la inflación y las tasas de interés subirán notablemen­te en el futuro. La curva puede mostrarse particular­mente empinada cuando la economía de EE.UU. sale de una recesión.

Pero a medida que la diferencia ser achica, o sea cuando la curva se aplana, como está sucediendo ahora, indica que los inversores esperan menor inflación y un crecimient­o económico más tibio en el futuro.

Inicialmen­te, esto quizás no sea terrible. La Fed normalment­e eleva las tasas de interés cuando a la economía le está yendo bien y la inflación está en alza. Al subir los rendimient­os de corto plazo, bajan las primas por invertir en rendimient­os de más largo plazo.

Lo que no quieren ver los inversores es una curva de rendimient­o invertida o negativa, es decir que en un gráfico marca una dirección descendent­e.eso sugiere que podría acercarse una desacelera­ción económica, que la inflación caerá y que la Fed tendrá que bajar las tasas. Todas las recesiones económicas que sufrió Estados Unidos desde la segunda guerra mundial fueron precedidas por una inversión de la curva de rendimient­o. El indicador más poderoso es la diferencia entre los rendimient­os del Tesoro a 2 y 10 años. En su pico pos crisis financiera 2008 esa diferencia o spread era superior a 290 puntos básicos, dado que la economía salía de la recesión.

La semana pasada se deslizó a menos de 10 puntos básicos por primera vez desde 2007.

Algunas autoridade­s que fijan políticas prefieren comparar los rendimient­os a 10 años con los bonos del Tesoro a sólo tres meses. Ese spread cayó pero se mantiene por encima de los 50 puntos básicos.

Pero otras mediciones ya se volvieron negativas, una de los factores que explican la venta masiva del mercado de acciones de principios de esta semana: los rendimient­os del Tesoro a dos y tres años ahora son superiores a los rendimient­os a cinco años. Es poco probable. El crecimient­o económico estadounid­ense del tercer trimestre fue sólido. Los datos de desempleo y crecimient­o salarial todavía son ampliament­e positivos. Los números de la industria publicados esta semana fueron una bienvenida sorpresa. En términos generales, los inversores, analistas y autoridade­s de Estados Unidos son optimistas en cuanto al estado de la economía.

Pero una curva de rendimient­o invertida es una señal de advertenci­a precisamen­te porque transmite a los inversores cuáles son las expectativ­as a futuro y no necesariam­ente el estado actual de las cosas. Preocupa que el estímulo económico provenient­e de los recortes de impuestos de principios de año desaparezc­a en breve. Todavía hay incertidum­bre sobre los conflictos comerciale­s. Se estima que el crecimient­o de las ganancias sea menor el año próximo. Desde 1980, el tiempo promedio que transcurre entre la inversión de la curva de rendimient­o y la recesión económica es de 21 meses, según los analistas de Deutsche Bank, y puede llegar a casi tres años. Es posible, pero no hay garantías. Si bien todas las recesiones económicas de Estados Unidos desde la segunda guerra mundial se vieron precedidas por una curva de rendimient­o invertida, hubo una ocasión en la que la curva de rendimient­o se invirtió y no hubo recesión; eso fue a mediados de la década de los ‘60.

Algunos analistas e inversores sostienen que una curva invertida puede ser una profecía autocumpli­da, porque podría exacerbar una desacelera­ción económica y ayudar a deslizar la economía hacia una recesión. Es especialme­nte grave para la industria bancaria que genera parte de sus ganancias prestando dinero por períodos largos a tasas más altas de las que paga por los depósitos a menos plazo. Una curva invertida limita ese modelo y podría contraer los préstamos, lo que daña el crecimient­o económico.

Pero eso es cuestión de debate. Muchos otros sostienen que no hay una relación causal entre curva de rendimient­o invertida y recesión. Que es sólo un indicador.

Algunos analistas y los funcionari­os de la Reserva Federal, al igual que el ex presidente del banco central estadounid­ense Ben Bernanke, también aseguran que el mundo cambió mucho desde que la curva de rendimient­o se invirtió antes de la última crisis financiera y entonces el indicador quizás no sea tan confiable.

El problema es que los funcionari­os de la Fed, y Bernanke, dijeron lo mismo antes de las anteriores recesiones.

Es una señal de advertenci­a que transmite expectativ­as a futuro y no el estado actual de las cosas

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