Qué buscan los inversores que arriesgan por emprendedores argentinos
En el ecosistema emprendedor argentino, sobran empresas y faltan inversores, lo que ha generado, entre otras consecuencias, que la mortandad de compañías fuera mayor a la de otros países de la región y que aquellas que sobreviven crezcan a un ritmo más lento que en otras latitudes.
Sobre la temática dialogaron referentes de fondos y aceleradoras en el 4YFN
un punto de encuentro para que tuvo lugar en Buenos Aires, en el marco del Mobile 360 Latam. Moderó la charla Ariel Muslera, inversor ángel y consultor que, entre otras actividades, trabaja junto RSK Labs, una compañía que opera en el sector de criptomonedas. “Creo que se va a convertir como en una suerte de dijo, al explicar que en el futuro muchas empresas se financiarán a través de esta forma.
Una firma que este año levantó un nuevo fondo fue NXTP Labs, que cerró uno por u$s 120 millones –el segundo, tras uno de u$s 38 millones–, enfocado en las series A y B. “Existía una oportunidad para ingresar en ese espacio. Creo que estamos validando que hacen falta más fondos de cheques más grandes”, dijo Alex Busse,
de esa organización, que nació en 2011 con una estrategia de “correr programas de aceleración y hacer -continuación de inversión- de hasta u$s 1 millón”, recordó.
La aceleradora que sí sigue orientada en el segmento de u$s 50.000 a u$s 150.000 es Wayra, de Telefónica. Según Karen Mirkin, la estrategia fue cambiando al mismo tiempo que el ecosistema argentino fue madurando. “Invertíamos una vez al año y las empresas no necesariamente tenían que poseer encaje con Telefónica”, dijo.
Entre otros cambios, desde la aceleradora entendieron no podía ser tan rígida en los tiempos, términos y condiciones de inversión, así como tampoco las empresas no podían ser de estadios tan tempranos.
La estrategia de la aceleradora Overboost, que se ha convertido en un nexo conocido entre
y corporaciones. está orientada en que van desde u$s 50.000 a u$s 150.000 “Tenemos un con Warner Music y hemos hecho desarrollos de proyectos con Turner y Disney”, destacó Antonio Peña, fundador y El propósito, añadió, es que las empresas monetices y logren ser autosustentables, lo que permite que las empresas no tengan necesidad de buscar “una y otra ronda” para salir a flote y puedan pensar más detenidamente para qué quieren buscar dinero.
Busse opinó que muchas compañías en la región finalmente terminan levantando menos mucho menos dinero del que podrían. “Y no terminan soñando en grande”, criticó, y comparó: “Si una empresa de los Estados Unidos logra un crecimiento acelerado en tres años, en América latina tarda ocho años”. Muslera sostuvo que en Brasil hay un ecosistema con mayor masa crítica. “Y acá trabajé con emprendedores que quieren soñar en grande y, al mirar inversores que les vayan a firmar un cheque de u$s 3 millones, encuentran uno”, contrapuso.
La región, para Busse, es un océano azul. “América latina es una tierra de oportunidades, pero hay dificultades”, distinguió Peña, quien luego aclaró que “no hay que cerrar esos sueños”. Si se eliminan, explicó Mirkin, el ecosistema no madurará. “Como inversores tenemos el desafío de desafiar a los emprendedores a pensar en grande”.