Industria del mueble reclama mejores tasas y beneficios impositivos
Pide el adelanto del cronograma del mínimo no imponible para contribuciones patronales y que sean repuestas las líneas de crédito para inversión productiva
LA RECESIÓN PEGA FUERTE EN LA ACTIVIDAD Y EL EMPLEO
“La caída del poder adquisitivo es muy grande y la verdad que entre irse unos días de vacaciones y cambiar las sillas o la mesa, las familias eligen tomarse un descanso y, en todo caso, postergar la compra”, explica con una mezcla de resignación y realismo un empresario pyme dedicado a la fabricación de muebles.
Desde hace tiempo las industrias de la madera y producción de muebles vienen golpeadas por la caída de la actividad, el impacto de la inflación en los costos, la presión impositiva y las tasas de interés. Son las cuatro variables clave que en 2018 determinaron la marcha de la economía en general y de los negocios en particular.
Pero a decir verdad, tras la devaluación los grandes aserraderos y la industria maderera volvieron a exportar -a China y Estados Unidos- y hoy tienen un panorama alentador. En contraste, los aserraderos más chicos, volcados al mercado interno, En diciembre, el propio Macri convocó a la mesa foresto industrial
y los fabricantes de muebles tienen los números en rojo. Estimaciones de FAIMA anticipan que el total del bloque terminará el 2018 -cuando estén los números finales- con una caída en torno al 8%, mientras que el segmento de muebles se contraerá entre 10,5% y 11 por ciento.
Las diversas “submesas” de competitividad de esta industria movilizaron durante el año algunas medidas específicas como normativas para impulsar la construcción en madera o la implementación de los bitrenes en varias provincias. Pero desde principios de diciembre, la industria maderera y especialmente los fabricantes de muebles
esperan que el gobierne recoja el guante de algunas de las demandas, que en el sector consideran esenciales.
“En la submesa de muebles tenemos dos requerimientos, uno es que nos equiparen el mínimo no imponible de contribuciones patronales a textiles y calzado, que hoy tienen una base de $ 17.000 mientras que el resto tenemos un tope de $ 7000”, explicó Pedro Reyna, presidente de la Federación Argentina de la industria Maderera y Afines (FAIMA).
El tema es que en la reglamentación del beneficio para textiles, indumentaria, calzado y marroquinería se hace referencia a la tapicería y a USIMRA, el gremio de los trabajadores madereros, pero no a la actividad. De allí la confusión que generó el alcance del beneficio en la industria del mueble. “Existe una posibilidad de que se contemple la situación pero hay que saltar la valla de Hacienda”, sostuvo Reyna.
No es novedad, todos los reclamos sectoriales que encuentran oídos en el Ministerio de Producción, luego se frenan en Hacienda, cuando se analiza el impacto fiscal de las medidas.
La industria del mueble piden también que se reponga la Línea de Crédito para Inversión Productiva (Licip), que estuvo vigente hasta fines de 2017 con tasas subsidiadas y que durante 2018 fue demandada, infructuosamente, por todas las industrias, sin excepción.
“Hasta que la macro no mejore, no se verá el impulso en la industria”, dicen fuentes del sector. Los más optimistas creen que eso recién podría suceder en marzo. Mientras tanto, esperan señales del Ejecutivo, un gobierno en el que hoy manda el cuidado de la caja.