Activaron el pago a proveedores para acercarse a la meta de déficit fiscal cero
La deuda exigible del sector privado ascendió a $ 57.000 millones, tras caer 10% los gastos corrientes y 28% los gastos de capital. Se sobrecumple techo prometido al FMI
El Tesoro redujo 15% en términos reales la deuda flotante en 2018 para empezar mejor este año, cuando debe cumplir el objetivo. Se trata de pagos a proveedores de obra pública y subsidios a empresas.
El Tesoro redujo un 15% en términos reales la deuda flotante el año pasado, al haber cerrado en unos $ 57 mil millones a diciembre de 2018, según informaron a
El Cronista fuentes oficiales. Esa decisión le permitió al Tesoro empezar en mejor situación el 2019, cuando tiene que cumplir con el déficit primario cero.
Se trata de la deuda flotante definida en el acuerdo con el FMI y “no friccional”. Básicamente las transferencias al sector privado, es decir, los pagos a proveedores de obra pública y subsidios a empresas.
Según datos de Hacienda, la deuda exigible cayó 15% en términos reales, al considerar los $ 46 mil millones registrados al 31 de diciembre de 2017.
Ese avance por detrás de una inflación de 47% se compuso de una baja de 10% en términos reales en los gastos corrientes y del 28% en términos reales en los gastos de capital.
“Sobre todo quedó bien abajo la deuda de gasto de capital. Es una baja nominal abismal”, señalaron las fuentes de Hacienda.
En tanto, también logró sobrecumplir con el techo acordado con el FMI de deuda flotante, de unos $ 72.400 millones.
Está considerando la deuda exigible que no incluye los gastos figurativos (transferencias a la ANSES), pero tampoco los gastos en personal (que se pagan al día hábil siguiente al cierre del ejercicio).
El acuerdo con el FMI incluye un techo de deuda flotante trimestral equivalente a 0,5% del PBI, para que el Gobierno no intente cumplir la meta de déficit primario pisando la caja.
La definición de deuda flotante del FMI es la diferencia entre el gasto primario devengado y el registrado en base caja. Excluye las transferencias figurativas (intrasector público), pero incluye el gasto en personal, la adquisición de bienes y servicios, los servicios no profesionales, el gasto en bienes de uso y las transferencias.
El Gobierno se encaminaba a sobrecumplir la meta de 2,7% de déficit primario de 2018. Al tercer trimestre la había sobrecumplido en 0,6%, pero la recaudación en los últimos meses del año fue peor a la esperada y diciembre es estacionalmente un mes de alto nivel de gasto. El resultado fiscal del año se informará en unos diez días, pero para los expertos este nivel de deuda flotante significa que el Gobierno trató de dejar lo más limpio posible el panorama fiscal para 2019 adelantando pagos de este año, cuando tiene que cumplir con el déficit cero.
“Si la deuda flotante cae en términos reales significa que hay una variación positiva, pero inferior a la inflación. La sensación que da es que tenían cierto margen, pero tampoco tanto. Si hubiera tenido más margen, la deuda habría caído o se habría mantenido en términos nominales. Da la pauta de que se llegó con un poco de aire para cumplir la meta fiscal, lo cual no es poco dada la magnitud del ajuste. La razón por la que no tuvieron tanto aire es la caída de la recaudación en los últimos meses”, dijo Rafael Flores, economista de ASAP.
Daniel Artana, economista Jefe de FIEL, coincidió en que el nivel de recaudación por debajo de lo previsto le hizo perder al Gobierno margen para sobrecumplir la meta o reducir aún más la deuda flotante.
“Si se canceló deuda flotante más allá de lo previsto, se arranca 2019 con cierta holgura. Pero se perdió con que la recaudación haya terminado por debajo del presupuesto. Te deja en la punta en un nivel de recaudación menor al que se esperaba y te complica la primera parte de 2019. Aunque la actividad y los precios ayuden, con esos nivel de recaudación, ya no se puede cerrar el resultado fiscal con una inflación en 23%”, explicó Artana. Según los datos de la Tesorería de la Nación, a diciembre de 2017 la deuda exigible ascendía a $ 87.894,6 millones, pero las transferencias sumaban $ 44.406,26 millones. En tanto, a noviembre de 2018, la deuda exigible ascendía a $ 144.861,9, pero las transferencias alcanzaban $ 59.200,05.
El sector privado reconocieron el avance en los pagos. “Tienen atraso pero no muy importante. Es grave porque la tasa de interés es muy alta”, dijeron fuentes del sector. “Lo que es preocupante es que el Estado no paga intereses por atraso desde hace 15 años, no cumpliendo el texto expreso de la Ley de Obras Públicas en su artículo 48°”.