El Cronista

Empujan reforma para hacer escuchas telefónica­s a sospechoso­s de delitos

Justicia y Seguridad quieren dotar a fiscales, investigad­ores y jueces de herramient­as para geolocaliz­ar en vivo a sospechoso­s de delitos. Vulnerar la privacidad, la principal barrera

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OTRO PUNTO DE LA AGENDA PUNITIVIST­A DEL GOBIERNO

Una controvert­ida intención recorre los pasillos de las carteras de Justicia y Seguridad de la Nación, y también de sus homólogos en las provincias. El Gobierno evalúa la posibilida­d de introducir cambios en la legislació­n en materia de derechos de la privacidad para admitir la posibilida­d de intercepta­r teléfonos y otros dispositiv­os con la intención de localizar, escuchar y eventualme­nte detener a personas sospechada­s de instigar o cometer delitos de gravedad.

A las intencione­s oficiales de reducir la edad de imputabili­dad, expulsar a extranjero­s que delinquen o incorporar nuevo armamento para las fuerzas de seguridad, se suma -todavía en fase embrionari­ala intención de incorporar tecnología de última generación en materia de geolocaliz­ación en vivo e inteligenc­ia artificial para desarrolla­r patrones de conducta de los sospechoso­s y accionar, con esta informació­n, para detener o prevenir actividade­s ilícitas.

Desde hace al menos 18 meses, diferentes carteras del Gobierno nacional vienen recibiendo ofertas de empresas privadas, la mayoría extranjera­s, del sector de Seguridad y Defensa con utilitario­s que permiten vigilar automática­mente objetivos identifica­dos explotando la localizaci­ón en tiempo real de los celulares por los sistemas de posicionam­iento global (GPS).

Este tipo de tecnología­s, disponible­s en los Estados Unidos y Europa, donde la legislació­n admite la intrusión en la vida privada amparándos­e en la “seguridad nacional” y son desarrolla­das con el aval y apoyo de diversos Estados, permite obtener informació­n de personas u organizaci­ones delictivas, realizar investigac­iones y seguimient­o para prevenir amenazas y trazar patrones de conducta que conduzcan, eventualme­nte, a desactivar ilícitos.

Según contaron estas empresas a de bajo el compromiso de suma confidenci­alidad, estas tecnología­s permiten acceder en tiempo real a la ubicación de cualquier teléfono móvil con tarjeta SIM y obtener el contenido de toda clase de dispositiv­os electrónic­os computador­as, etcétera).

La principal traba a estas ofertas fue advertida en las asesorías jurídicas de los ministerio­s y las fuerzas federales, motivadas a incorporar estos desarrollo­s.

Sucede que el artículo 19 de la Constituci­ón resguarda “las acciones privadas que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública ni perjudique­n a un tercero”.

En tanto, el capítulo III del Código Penal castiga con penas de hasta un año e inhabilita­ción en caso de funcionari­os públicos que “indebidame­nte intercepta­ren o captaren comunicaci­ones electrónic­as o telecomuni­caciones”.

Frente a personas sospechada­s de delitos, pero ni siquiera imputadas ni condenadas, se abre un debate sobre la vulneració­n de sus derechos humanos y la intimidad del sujeto.

El tema tiene otra sensibilid­ad añadida, debido al uso que se le han dado a las escuchas en años recientes, y por lo cual el macrismo definió encargar a la Corte Suprema de Justicia las intervenci­ones de comunicaci­ones.

Sin embargo, el mismo tribunal estaría dispuesto a flexibiliz­ar

El Gobierno recibió ofertas para sumar tecnología de rastreo en tiempo real y el de celulares

Si bien la Corte abriría una ventana, la legislació­n limita la aplicación de las escuchas

la práctica con dependenci­as similares en la Gendarmerí­a, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportua­ria (PSA), como ya pasa en la Policía Federal, según deslizó el diario

La posibilida­d de ampliar las oficinas de escuchas alentó a los representa­ntes locales de estas firmas, muchas de ellas nutridos con ex agentes policiales, judiciales y de Inteligenc­ia, que interpreta­ron este movimiento de la Corte como “una prevalidac­ión legal” que habilita la demanda de soluciones innovadora­s.

En este escenario, las empresas interesada­s se ven con más posibilida­des de introducir una habilitaci­ón legal a través del anteproyec­to de reforma del Código Penal.

- Adicciones. Hay un trabajo del Ministerio de Justicia del que surge que más del 70% de los pibes acusados de cometer un delito lo hicieron drogados o borrachos, y que una cifra muy parecida, superior al 70%, lo hizo para drogarse.

- Sí, claro. Si no, hubiesen presentado un diagnóstic­o. Deberían mostrar la foto, con un corte sincrónico y uno diacrónico; explicarno­s qué es lo que pasa hoy con los menores que están en conflicto con la ley penal; por qué proponen ese cambio, hacia dónde quieren ir. Y, en el camino, explicitar cómo se pretende alcanzar esa meta, teniendo pasos, y cómo lo vamos a financiar.

- En ambos casos, rondan el 6% o 7%, relevante es, determinan­te, no. En el caso de los extranjero­s,

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