El Cronista

Del diván a la producción en cuero

- POR LAURA MAFUD

Hace casi dos años, la psicóloga Florencia Molina Harrington fundó una firma dedicada a la producción de carteras y accesorios. Espera crecer un 80% este año. Planea expandirse en los Estados Unidos y tiene la mirada puesta en España.

Durante 25 años, Florencia Molina Harrington se dedicó a la psicología, carrera con la que se formó, emprendió y cuya profesión ejerció, brindando atención a pacientes así como desempeñán­dose en el ámbito judicial como perito. Sin embargo, un día, decidió que había llegado el momento de hacer un cambio radical. Y, en marzo de 2017, con una inversión inicial de $ 10.000 (origen propio) y el apoyo de un socio, fundó Tan Tan Bag, un emprendimi­ento dedicado a la producción de carteras de industria nacional, con el que facturó $ 840.000 en 2017 y $ 1,3 millón (e.) en 2018.

“La idea de emprender surgió a raíz de unos hechos significat­ivos que tuvieron lugar en mi vida: pérdidas personales, divorcio y la necesidad de reiniciar la actividad laboral, que había sido algo postergada por la maternidad y la crianza de mis tres hijos, y, sin tener mayores conocimien­tos ni experienci­a en el rubro, decidí cambiar mi rumbo profesiona­l, teniendo claro que el diseño, los colores y la creativida­d eran el foco de este nuevo camino que decidía emprender”, comparte Molina Harrington, oriunda de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, que empezó a hilvanar los pilares de su empresa en su departamen­to del barrio de Belgrano.

La emprendedo­ra admite que, al comenzar a dar los primeros pasos de Tan Tan Bag, no tenía experienci­a en el rubro. No obstante, traía consigo un plus en cuanto a saber diseñar, coser y bordar, gracias a las clases de costura que había tomado con su abuela Memelsa y al tiempo que pasó aprendiend­o a bordar con mi su otra abuela, Memedolly. “Además, siempre me gustó tejer, como mi madre. Simplement­e, aposté a mi gusto personal, desde el que le di forma al proyecto y, para mi sorpresa, recibí una aceptación inmediata”, comparte.

El camino, no obstante, no fue fácil. “Fue fundamenta­l creer en nuestra intuición, en nuestro proyecto y en nuestro trabajo. Pero, sí podemos resaltar que una oportunida­d que nos brindó el mercado, fue que ofrecíamos un producto de calidad, de cuero, de diseño a un costo accesible, en contraposi­ción a lo que quizás puedan ver en las vidrieras de los shoppings, algo que dio como resultado que muchas de nuestras clientas hayan llegado, por medio de nosotros, a adquirir su primera cartera de cuero. Es algo que nos da mucha satisfacci­ón y nos motiva a seguir, lo veo como una forma de democratiz­ar la cartera de cuero”, asegura Molina Harrington, cuya firma se especializ­a en carteras de cuero (ver recuadro), pero que fue, asimismo, incorporan­do otros productos, como sobres, vestidos y accesorios al estilo de llaveros, colgantes y pañuelos.

La venta está enfocada principalm­ente en las redes sociales. “Logramos tener un alcance en todo el país, y algunos compras que se registran desde el exterior. También contamos con una tienda online Tantan2. mitiendanu­be.com y el showroom, potenciado con un costumer care que hace que nuestras clientas se sientan valoradas”, afirma la emprendedo­ra que inició Tan Tan Bag cuando tenía 47 años.

Una de las mayores trabas u obstáculos al iniciar el negocio tuvo que ver con la selección de los talleres de artesanos idóneos para la fabricació­n de los productos de cuero. “Fue algo que no nos fue fácil en el arranque: hay muchos talleres de costura, pero dar con las personas que sepan trabajar el cuero de manera eficiente y confiable, no es una tarea sencilla. Y, en particular, el tener que interioriz­arme en el manejo de las redes sociales, nuestro primer y mayor canal para comerciali­zar los productos”, afirma Molina Harrington, quien, durante su carrera como psicoanali­sta y en conjunto con otros profesiona­les, había fundado un centro de rehabilita­ción de adictos.

Fronteras afuera

Por el momento, Molina Harrington no planea abrir franquicia­s, pero sí espera expandirse hacia el exterior, inicialmen­te, en los Estados Unidos. También, confiesa, tiene la mirada puesta en otros mercados, como España. “Apiramos a lograr un 80% de crecimient­o para este año. Y, desde ya, nuestro objetivo es continuar afianzando la presencia en el mercado local”.

Actualment­e, la emprendedo­ra cuenta con el apoyo de un socio y también de talleres de artesanos especializ­ados (de forma tercerizad­a). Pero, es ella quien se ocupa personalme­nte, junto con su socio, de la publicació­n online, la parte administra­tiva y comercial, la logística con proveedore­s y la entrega del producto.

El sector del cuero y la marroquine­ría no escapan a la crisis que viven otros sectores de la industria, sumado a la caída del consumo. “Las pymes debemos exprimir el ingenio para sostener nuestros negocios. La carga impositiva, simplifica­r la conformaci­ón de sociedades, facilitar y acompañar con medidas más amigables a los emprendedo­res para el desarrollo de nuevos negocios, sería fundamenta­l. Pero, más allá del contexto económico actual, creo que debemos seguir apostando al país, sobre todo si hay mercado para ese producto o servicio que se quiere lanzar”, concluye.

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Florencia Molina Harrington.

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